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Juan José Arbeláez. El Norte
Un vecino de Cuéllar repatriado de Australia: «Tuve que ir a centros sociales que abrieron para la gente que no tenía qué comer, lo pasé mal»

Un vecino de Cuéllar repatriado de Australia: «Tuve que ir a centros sociales que abrieron para la gente que no tenía qué comer, lo pasé mal»

Juan José Arbeláez afirma que «mucha gente no vuelve a España porque no puede pagar el vuelo de repatriación»

claudia carrascal

Segovia

Domingo, 21 de junio 2020, 13:40

Llevaba un año estudiando inglés y trabajando en Australia, se le acababa la visa a finales de abril y su madre le había comprado un vuelo para el 1 de mayo, porque tan solo podía permanecer en el país 10 días más, pero se lo cancelaron a causa de la crisis sanitaria. «A pesar de la pandemia mundial, en Australia son muy estrictos con las normas de inmigración, pidieron que los que no tuviéramos los papeles en regla nos marcháramos y si incumples, no puedes volver», explica Juan José Arbeláez.

Al paralizar la mayor parte de la actividad del país, le comunicaron el despido de la empresa para la que trabajaba como obrero, por lo que «marzo y abril fueron meses muy tristes». Por la habitación en la que se alojaba pagaba 130 euros a la semana y, sin empleo, cada día que pasaba era más difícil asumir el coste. «No tenía ningún ingreso y me cancelaron el vuelo sin darme nueva fecha porque las fronteras estaban cerradas. Algún día tuve que ir a por comida a centros sociales que abrieron para la gente que no tenía que comer, lo pasé mal», recuerda. Juan José sabe que como él están muchos españoles porque pertenece a varias comunidades en redes sociales de hispanohablantes en Australia en las que, según menciona, las demandas de empleo y las solicitudes de ayuda se multiplicaban por minutos.

Vivir en Sídney y conseguir, gracias a su madre y a su hermana, el dinero necesario fueron sus salvavidas para poder regresar a Cuéllar, municipio en el que ahora vive con su madre. Se siente afortunado, en primer lugar, porque aceptaron su petición de retorno en plena pandemia, pero también porque, tal y como confiesa, «mucha gente no vuelve a España porque no pueden pagar el vuelo de repatriación», que en su caso le costó 865 euros. Su lucha no acaba aquí y es que todavía no ha podido recuperar el dinero del vuelo cancelado, cerca de 700 euros, que en la situación económica en la que se encuentra su familia en estos momentos «son muy necesarios». Por eso, advierte de que no aceptarán un bono como compensación.

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