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Segovia
Lunes, 7 de enero 2019, 12:00
El objetivo es que la plaza de la Reina Victoria Eugenia, antesala del Alcázar de Segovia, sea «un lugar de belleza, armonía e historia», según declara el alcaide de la fortaleza y director de la Academia de Artillería, el coronel José María Martínez ... Ferrer. Los trabajos para renovar esta plaza emblemática tendrán un año de duración, también pretenden mejorar la accesibilidad y están listas para comenzar, pero, indicó Martínez Ferrer, serán compatibles con las visitas turísticas porque serán ejecutados en varias fases a lo largo de todo 2019 y el Patronato del Alcázar ha elaborado un sólido plan que reducirá «al máximo las molestias a los visitantes», según comentó el coronel hace unos días.
El Alcázar, que terminó el pasado año con un número de visitas muy cercano a su récord absoluto, con 680.341 entradas, es uno de los cuatro monumentos emblemáticos de la ciudad de Segovia, junto al Acueducto, la Catedral, y la Real Casa de la Moneda. El conjunto comprende no solo la fortaleza-palacio, sino otras zonas aledañas como el jardín norte junto al Eresma o la gran extensión de 10.600 metros cuadrados entre la plaza de Juan Guas, donde concluyen las calles Daoíz y Velarde, y el propio monumento, cercado por las murallas de la ciudad al norte y al sur, y, hacia el este, hacia el barrio de las Canonjías, delimitado por una verja erigida en tiempos de Fernando VII, señala el Patronato. Este espacio, que los segovianos denominan habitualmente como «la plazuela del Alcázar», tiene el nombre oficial de plaza de la Reina Victoria Eugenia.
Destaca el Patronato que la plazuela constituye en la actualidad un espacio dedicado al ocio y disfrute de los visitantes y de los segovianos. «Permite a los visitantes disfrutar de cerca la historia de la ciudad y del Alcázar que alberga, así como recrearse con las maravillosas vistas sobre los valles de los ríos Eresma, al norte, y Clamores, al sur, o de la fachada este del propio Alcázar, en la que destaca la majestuosa Torre de Juan II».
La configuración actual de este espacio, tras diversas vicisitudes a lo largo de los siglos, data de la última gran reforma realizada por el arquitecto Joaquín de Odriozola en paralelo a la reconstrucción del Alcázar tras su incendio en 1862, que dotó por primera vez a la plaza de un verdadero jardín el año 1900. Posteriormente, entre 1908 y 1910, se completó la actual configuración con la instalación del monumento a Daoíz y Velarde, obra de Aniceto Marinas.
Sin embargo, el inexorable paso del tiempo, la gran afluencia de visitantes al monumento y la climatología adversa han deteriorado ostensiblemente el pavimento y la calzada que conduce a la entrada a la fortaleza, así como parte de las fachadas de la Casa de la Química.
Es necesario también afrontar la modernización y adaptación a la normativa vigente de las canalizaciones y redes de los diferentes servicios (electricidad, agua, telefonía, fibra óptica) del monumento, así como mejorar el sistema de drenaje de algunas zonas de la plazuela.
Así, la intervención se plantea con carácter global y se llevará a cabo en la totalidad del espacio de la plazuela y de los elementos que la delimitan, acometiendo su restauración, consolidación y, solo en caso necesario, su renovación, aunque respetando en todo lo posible el estilo original.
Los restos arqueológicos que se encuentren durante las obras serán detalladamente conservados y catalogados. Los actuales pavimentos de asfalto y baldosas de cemento de cuadradillo se sustituirán por materiales como el granito de diferentes tonalidades y el basalto, más duraderos y adecuados al entorno.
Especial cuidado recibirá el canal del Acueducto que discurre por el subsuelo de la plazuela, cuyo trazado es en buena parte conocido. La intención del Patronato señalar sobre el pavimento la traza del canal, como ocurre en el resto del tramo urbano que discurre por la ciudad.
«Se trata, en suma, de conservar, recuperar y potenciar la identidad y características propias de la plazuela, dentro de la general del Alcázar, sin alterar los elementos de diseño que desde hace un siglo lo conforman. Esto es, poniendo en valor el preciado patrimonio histórico artístico y ambiental, en el área que conforma el perímetro de la plaza, y realzando su vinculación con el Alcázar», señala la entidad.
El Patronato del Alcázar, institución que vela por la conservación del monumento, ha decido acometer la restauración de la Plaza de la Reina Victoria Eugenia por todos estos motivos y porque, añade, «es de todo punto necesario que una fortificación de tal relevancia histórica y artística esté cuidada en todos sus aspectos. Máxime cuando se encuentra enclavada dentro de la Ciudad Vieja de Segovia que fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en el año 1985».
La actuación, que tendrá una duración aproximada de un año, se iniciará esta semana. La larga duración de las obras está justificada por el hecho de que habrá que trabajar en la plazuela por fases y zonas diferenciadas, «a fin de mantener un acceso ininterrumpido al Alcázar en las condiciones y horario habituales, lo que constituye un requisito imprescindible». El paso al monumento será inevitablemente algo más complicado durante el período de intervención, aunque en todo momento los visitantes podrán entrar y acceder al Archivo General Militar.
La intervención ocasionará algunas molestias a los visitantes, pero el Patronato pretende que «sean las mínimas imprescindibles» y espera que el resultado final haga que merezca la pena el esfuerzo «al obtenerse una plazuela remozada, con mejor accesibilidad y en perfecto estado de conservación», concluye.
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