Ver 19 fotos

Un hombre observa las fotografías de la exposición que alberga el Museo Rodera-Robles. Antonio de Torre

Las reminiscencias que acercan la Segovia de 1960 al presente

El Museo Rodera-Robles exhibe panorámicas memorables y paisajes irreconocibles de la ciudad en la sexta entrega de instantáneas del archivo de Foto Rio

Viernes, 21 de junio 2024, 08:23

Han pasado más de 70 años desde que el fotógrafo Manuel Riosalido -Foto Rio- capturó algunas de los paisajes más memorables de la ciudad de Segovia. Muchos de ellos, ahora irreconocibles. Desde calles despejadas que pasaron a estar custodiadas por altos bloques de viviendas hasta ... edificios que anteriormente tapaban las vistas al Acueducto. La huella de las instantáneas queda reflejada en rostros de trabajadores anónimos que desarrollaban su labor en puestos que se han afianzado o, incluso, han desaparecido. La sexta entrega de la exposición de 'El valor de la mirada', que se inauguró este jueves en el Museo Rodera-Robles, trae consigo una nueva selección de recuerdos llenos de nostalgia.

Publicidad

Algunas de las escenas presentes en la muestra fotográfica bien podrían corresponderse con la actualidad. Riosalido se encargó de recopilar el paso del tiempo en la capital, hasta el punto de reflejar que hace más de medio siglo ya había campos floridos que servían de marco para la Mujer Muerta o que la nieve remarcaba aún más la silueta del Jardín Botánico.

El hijo de Foto Rio, José Manuel Riosalido; y el director del museo, Rafael Cantalejo. Antonio de Torre

Ya en la década de 1960, se puede comprobar cómo Cándido supervisaba las obras que realizaba en su mesón, lo que se repite en el presente pero con el protagonismo de su hijo y nieto. En aquella fecha, comenzaba la pavimentación de la avenida Padre Claret y a su vez se ejecutaban sendas obras para modernizar el barrio de San Millán.

Es posible reconocer a los niños que se convierten en modelos de Foto Rio por un instante, así como a personalidades destacadas de la época, como el actor Juanito Valderrama, el mago Ángel Serrano o el rejoneador Josechu Pérez de Mendoza. Hay un espacio dedicado a los vendedores que a medidados de siglo enseñaban a la cámara el mejor género en la pescadería del mercado de Los Huertos, que se consolidaba como un escenario destacado en el que los viandantes alimentaban a las cigüeñas, según recoge el testimonio fotográfico de Riosalido. Hay oficios de los que tan solo quedan imágenes en blanco y negro, como es el de recepcionista de llamadas en la centralita de telefonía de la ciudad.

Publicidad

Modernización

Las panorámicas visibilizan un periodo de renovación en Segovia, con mejoras urbanísticas que incluyen mejoras en la cuesta de los Hoyos, que carecía de esa característica vegetación que la rodea ahora; y derribos de numerosos edificios en plena avenida del Acueducto -antes, de Fernández Ladreda-. A ello se suman las demoliciones en sentido subida de la cuesta de San Juan, para garantizar las vistas al monumento romano a los turistas que poco a poco empezaban a discurrir en mayor número por los espacios más emblemáticos. Y al contrario, se iniciaba la construcción de viviendas en la calle Santa Catalina, uno de los accesos a San Lorenzo, que por aquel entonces se encontraba despejada urbanísticamente.

La exposición, que se podrá visitar hasta diciembre, «acciona la memoria» del público, declaró el presidente de la Diputación de Segovia y del patronato de la Fundación del museo, Miguel Ángel de Vicente. No solo se refiere a los ciudadanos que vivieron en la capital en la segunda mitad del siglo XX, sino también a los jóvenes interesados en conocer cómo celebraban sus abuelos las fiestas de los diferentes distritos segovianos, justo en plenas vísperas de las Ferias de San Juan y San Pedro; o eventos que ahora serían difíciles de imaginar, como es la exhibición de tractores en pleno centro de la ciudad.

Publicidad

Esta selección de más de medio centenar de instantáneas es fruto del esfuerzo realizado por José Manuel Riosalido a partir de 2009, cuando comenzó a digitalizar el archivo fotográfico de su padre, que constaba de más de 210.000 negativos. «Es un proceso que he podido terminar hace tan solo unos meses», se enorgulleció. Una vez se cumpla el plazo de visita a la muestra, «haremos un paréntesis para poder mostrar los trabajos de otros fotógrafos, ya que no será la última exposición de Riosalido», aseguró el director del Rodera-Robles, Rafael Cantalejo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad