«Reinvertiremos la venta de Mansilla en tener un flujo continuo de ingresos»

Rafael Ruiz afirma que el montante que va a engordar las arcas de la que antes fue la Fundación Caja Segovia se va a destinar a «reinversiones que nos permitan tener un flujo continuo de ingresos». Según el acuerdo con IE de hace cinco años por el que se arrendaba el edificio con opción de compra, esta estaba valorada en unos 3,6 millones de euros. El importe invita a mirar por que «la fundación tenga una larga vida».

El patronato tendrá que volver a reunirse tras la buena nueva de la venta de Mansilla. Hay que ir pensando en qué y cómo se va a reinvertir. Aún no ha dado tiempo a planificar nada. En líneas generales, el director esboza dos grandes retos a los que destinar los rendimientos. Uno, «equilibrar gastos e ingresos» para atajar los déficit. El otro tiene nombre propio: el Torreón de Lozoya. Ruiz cree que la inyección financiera permitirá intensificar la promoción del buque insignia de la fundación y de toda la actividad que acoge como museo, visitas a la torre y un largo etcétera de reclamos que le confieren ser «un gran atractivo turístico».

Ese potencial está por exprimir. «La concentración de cantidades ingentes de turistas en unos pocos puntos, como la Calle Real, no es buena», esgrime. El resto del casco antiguo también contiene otros reclamos interesantes, pero sin embargo carecen de la suficiente difusión. Ruiz aboga por «redistribuir el flujo de turistas». Para derivar esa afluencia de visitantes hacia otras zonas, hay que invertir en promoción. No en vano, el Torreón «es posiblemente el segundo edificio, después del Alcázar, más importante de la arquitectura civil de Segovia», destaca.

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En cuanto a los locales que posee la fundación, «la prioridad es el alquiler», una premisa que no ha cambiado desde que se constituyó. Esta fórmula contribuye a generar esos recursos contantes que persigue la gestión financiera de esta institución y, por ende, acercarla al anhelado equilibrio que citaba Ruiz entre gastos e ingresos.