![La reinvención de los quioscos como fórmula de supervivencia](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202301/30/media/cortadas/quiosco-tanarro-kfBF-U190446995162zjG-1968x1216@El%20Norte.jpg)
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NACHO MÁRQUEZ
Segovia
Lunes, 30 de enero 2023, 09:33
Según la Real Academia Española de la Lengua (RAE) un quiosco o kiosco es la 'pequeña construcción que se instala en la calle u otro lugar público para la venta de periódicos, flores, etc.', una acepción que en la actualidad no es tan precisa como hace años.
Según los mapas de la ciudad, quedan seis establecimientos que se dedican a esta actividad con el nombre de 'quiosco de prensa'. Las librerías, estancos, gasolineras o tiendas de souvenirs ofrecen la venta del producto en menor cantidad. Aunque en realidad, son alguno menos y quioscos como el de calle Juan Bravo ya no tiene actividad. Según el último informe sobre la Industria de las Publicaciones Periódicas, elaborado por la Universidad de Santiago de Compostela y la Universidad de A Coruña, desde 2012 más de 6.000 quioscos en España han bajado la persiana definitivamente. «Antes se vendían más de cien periódicos diarios, bajabas a por el pan o a por un café y comprarle era algo imprescindible. Ahora no, los hábitos han cambiado», explica María Ángeles Sanz, del quiosco Manolín en la calle Gobernador Fernández Jiménez.
Lleva con su negocio desde 1987 y reconoce que las cosas han cambiado: «Antes era otra época, solo estaba esto y no había competencia. Es que yo me acuerdo de que se vendía todo, era un 'boom'. Las colecciones la gente venía corriendo para que no se lo quitaran. Ahora uno coge un libro que viene con tal revista que le gusta, pero después no vienen a por el siguiente, solo quieren uno en específico. La gente selecciona más y antes se compraban todo».
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El auge de los dispositivos móviles es una de las causas que explican la caída de la venta de prensa en papel. «Se vende mucho menos que antes. El móvil a nosotros nos ha quitado mucho. La venta de periódicos ha bajado más del 50%. El declive general ha venido en los últimos tres años. Cuando vino la pandemia, la gente estaba encerrada en casa y aumentó la venta. Luego ya pegó otro bajón», afirma.
En la calle Tomasa de la Iglesia, en el barrio de San José, se encuentra el quiosco San José, regentado por Mercedes Vázquez. «Empecé a notar el descenso hace diez años, más o menos cuando empezaron los móviles y la gente ya lo miraba por internet. Además aquí se ha notado que es un barrio de gente mayor. Se han ido muriendo y es la que leía. Desde entonces se ha notado mucho el bajón», dice.
Con la caída de la venta de periódicos, aquellos que decidieron continuar con el negocio se vieron obligados a introducir nuevos artículos o servicios. Con el paso de los años estos pequeños cambios han convertido a los quioscos en lugares totalmente diferentes donde la prensa ha pasado a ser un producto secundario. «Ahorapuedo llegar a vender a lo mejor 35 periódicos de entre todas las cabeceras. Antes, hace como veinte años hemos llegado a vender los domingos, solo de uno vendía hasta 120 ejemplares», explica Vázquez. Ella ha introducido nuevos servicios con los que consigue mantener los ingresos: «Hemos tenido que empezar a coger paquetería como punto de recogida. Por cada paquete nos dan un porcentaje», señala. Otro de los productos que resiste el empuje de la venta 'on-line' es la lotería. «Si no fuera por la Quiniela y la Primitiva no sería rentable un quiosco», añade. María Ángeles Sanz comparte la opinión de su compañera de San José: «El volumen de periódicos y revistas que se vendía antes era en torno al 70% del negocio y ahora no. No hace falta que te lo diga, cualquiera que se pase por aquí lo puede ver, los juguetes, las chuches, la bollería, bolsas de salado… lo ocupan todo. Tenemos tabaco también, pues vamos pellizcando de todo», sostiene.
Al cambiar la demanda, la oferta de los quioscos tuvo que cambiar. También el tipo de cliente que acude hasta los quioscos: «La gente que viene aquí es la gente del barrio, que vive aquí y se pasa a por algo. Ahora, con los paquetes, empieza a venir mucha gente joven», asevera la responsable del quiosco de San José.
En el quiosco Manolín su público también es variado. Los periódicos siguen siendo demandados por un cliente adultos, mientras que en las revistas observan tanto jóvenes interesados en la materia como personas más mayores. «Entre semana lo que más se vende son los periódicos de aquí de la provincia», añade.
La duda que surge en el sector es hacia dónde se dirige el negocio. «Nosotros nos vamos a mantener porque vendemos más productos. Un quiosco lo puedes denominar como quieras, pero ha cambiado. Eso sí, creo que no va a acabar como muchos piensan. La radio que se suponía que iba a desaparecer cuando apareció la tele y ahora rompe récords de audiencia», concluye.
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