La rehabilitación del teatro Cervantes empezará al final del verano

La formalización del contrato por parte de la Dirección General de Agenda Urbana y Arquitectura del Ministerio de Transportes por un importe de 7,4 millones de euros es ya un hecho, tal y como publicó ayer el Boletín Oficial del Estado (BOE). No fue la oferta más barata de las 23 que concurrieron a la convocatoria abierta, ya que hubo alguna propuesta que reducía los costes a 6,4 millones de euros en un proceso de licitación que partía de un presupuesto original superior a los 10 millones.

Este anuncio oficial aproxima el inicio de los trabajos que se desarrollarán a partir del próximo otoño, aunque aún quedan pequeños flecos por resolver que no tienen visos de retrasar el comienzo de las obras. Entre esas «cuestiones previas» en vías de resolución, la concejala de Urbanismo y Patrimonio cita las negociaciones con el Obispado de Segovia para ocupar parte del espacio por el que se extiende la huerta que la diócesis posee en el entorno del teatro. El uso de este suelo que no es de titularidad pública se ha pensado que sea para el acopio de materiales que se necesiten durante la ejecución de la rehabilitación a lo largo de las diferentes fases del proyecto, explica Clara Martín.

Cabe recordar que el Ayuntamiento de Segovia, como propietario del Cervantes, es copromotor de la recuperación, cuyas obras se alargarán 42 meses, según se especificaba en la licitación. Es el Estado el que sufraga la inversión.

La restauración de este inmueble, encuadrado en la tipología de los teatros clásicos italianos, originario del siglo XVIII, pretende por una parte «conservar los elementos tipológicos más relevantes» del antiguo recinto, y por otro, «el diseño de una arquitectura fiel al presente, que proporcione soluciones adecuadas a la problemática funcional, formal, técnica y de normativa de las necesidades actuales», han expuesto fuentes municipales. Su reconversión en un renovado y moderno espacio cultural en pleno centro de Segovia pasa por la instalación de 680 butacas en un auditorio, aunque el aforo previsto total es de 866 personas.

El Cervantes abrió sus puertas por primera vez el 12 de septiembre de 1923 y cerró al público en 1984. Las obras que se iniciaron para recuperar el inmueble llevan paralizadas desde 2007. Su ubicación –como la han descrito fuentes municipales en varias ocasiones– es «un tanto peculiar», ya que ocupa parte del antiguo patio de la Casa de los Picos, edificio que se apoya a su vez en la vieja muralla, que configura su fachada y que al mismo tiempo cede su planta baja para proporcionar el acceso al interior del teatro. De este modo, la fortaleza conforma el cerramiento del teatro por su lado meridional.