Regantes del Carracillo afirman que la recarga del acuífero garantiza el caudal del Cega

Los regantes indican que lo único que se pretende con este proyecto es poder mantener en el tiempo el desarrollo económico al que se ha llegado en la zona, mientras que «no se pretende crecer en superficie de cultivo, como algunos han dicho».

La comarca del Carracillo se ha consolidado como la zona puntera de Castilla y León en producción, envasado y comercialización de hortícolas, con una cuota de mercado del 30% de la región y con una media de población cercana a los 17 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que casi triplica la media de Castilla y León. Los empleos vinculados a las actividades de agricultura e industria son 3,5 veces superiores a la media de la región, lo que redunda además en el sector servicios, que se ve también beneficiado. En concreto, en El Carracillo se contabilizan 11,29 trabajadores por kilómetro cuadrado, frente a una media regional de 3,73. En el sector agrícola se alcanzan los 2,38 trabajadores por kilómetro cuadrado, frente a una media de 0,67 en Castilla y León.

Estos datos son puestos encima de la mesa por la Comunidad de Regantes del Carracillo. Su presidente sostiene que «los efectos de las producciones hortícolas y su transformación sobre el trabajo, la actividad empresarial y, en consecuencia, el conjunto de la actividad socioeconómica en el medio rural de una zona, son muy importantes, multiplicando por tres las posibilidades existentes en estos entornos».

Subraya su defensa de un uso responsable del agua y señala que el proyecto de recarga ha sufrido una Evaluación de Impacto Ambiental «muy dura», en la cual hubo participación de todos los agentes sociales y que finalmente fue aprobada.

La resolución del Ministerio de Transición Ecológica obliga a los agricultores, según apunta Herranz, a cumplir «unos condicionantes muy estrictos» para poder derivar agua del río Cega y así poder regar sus cultivos. El agua se deriva del río de diciembre a mayo y se acumula en el acuífero subterráneo para utilizarlo en el riego de las parcelas en los meses de marzo a octubre. «La concesión de agua a derivar ahora es de 14 hectómetros cúbicos, cuando la anterior era de 22, con lo cual se ha bajado sustancialmente, por lo que, aunque se ha ampliado en dos meses la derivación se va a derivar menos agua», explica.

Además, la extracción para riego a lo largo de la campaña está condicionada a la situación piezométrica del acuífero cuaternario. Para ello se lleva un control «exhaustivo» de los volúmenes de agua extraídos del río, de los volúmenes infiltrados en el acuífero yde los extraídos del acuífero. Además, se debe respetar en todo momento el caudal mínimo establecido en el río Cega, que se sitúa en 1.072,44 litros por segundo; y no se puede derivar más del 50% del caudal circulante por el río, ni un volumen superior al caudal máximo establecido (1.370 litros por segundo).

Herranz concluye que se trata de un proyecto respetuoso con los criterios de gestión y aprovechamiento de los recursos hídrico, que establecen una prioridad, el uso del agua para consumo humano, y sitúan en segundo lugar su aprovechamiento para el regadío. «Ninguna administración puede, ni se plantea, modificar este orden de prioridades», asevera.