Carlos García, rector del santuario del Henar. M. R.

El rector del santuario del Henar se despide para continuar su labor en Valladolid

Cuéllar ·

Carlos García asegura que «estos dos años han sido trepidantes e inesperados»

Mónica Rico

Cuiéllar

Viernes, 28 de julio 2023, 12:09

Hace menos de un mes celebraba el trigésimo aniversario de su ordenación sacerdotal a los pies de la Virgen del Henar, donde ofició su ... primera misa y este domingo, Carlos García, celebrará la que, en principio, será la última eucaristía como rector del santuario, un día que para él será muy especial y que los fieles han querido convertir en una celebración de agradecimiento, para lo cual se contará con actuaciones musicales y bailes segovianos. Para García, hace treinta años, el santuario vivía el apogeo de los padres carmelitas y era impensable que algún día ellos marcharan del Henar y que llegara un rector que iba a ser él.

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«Además de una sorpresa absoluta, años muy gozosos, de reencuentro con mis raíces, mi llegada al Henar supuso el reencuentro con mi generación, compañeros míos de pupitre en las monjas de Divina Pastora, compañeros luego en La Villa, donde estudié hasta cuarto de EGB. Sorpresas agradabilísimas que me han llenado de gozo y alegría», señala.

García califica de «trepidantes e inesperados» los dos años que pasado al frente del santuario. «Venía como año sabático a recuperarme física y mentalmente de unos cuantos años que habían sido muy duros, y con la idea de tipo de descanso, atender al santuario sacerdotalmente pero no muchas más cosas, lo que fuera surgiendo».

Pero nada más llegar, se encontró con el documento de la concesión pontificia de la fiesta de la Virgen. «Como historiador, se me fueron los ojos a la fecha, y vi que en menos de un año, en unos meses, se cumplían 400 años de esa fecha y ese es el embrión del Año Jubilar Henarense. Todo eso ha conllevado un trabajo ímprobo, que desde luego yo no contaba ni muchísimo menos, además de un trabajo para mí muy ajeno a lo que yo venía dedicándome, que eran mis clases, mi investigación en archivos, con lo cual pues para mí fue del todo sorpresivo», recuerda.

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«Espinas clavadas»

Terminado el Año Jubilar Henarense, había mucha tarea que hacer en el santuario. «Eran cuestiones que habíamos aplazado y teníamos que acometer. Hemos intentado hasta el final dejar todo a punto para la nueva fase que se inicia en el Henar, con las nuevas moradoras, el instituto secular Notre Dame de Vie. Todo lo que se ha podido hacer por el santuario ha nacido de muchísimo amor a la Virgen y muchísimo amor al santuario, a toda la zona. Y todo lo que se ha hecho en el Henar, yo solo no podía haberlo hecho, imposible, por eso quiero destacar el gran papel de los voluntarios».

Carlos García confiesa que, aun así, han quedado cosas por hacer. «Me quedan varias espinas, pero, entre otras, la vitrina del manto de la orden de Carlos III de la Virgen. También no haber podido arreglar los frescos del crucero, emprender proyectos que teníamos en la cabeza para que el santuario no solamente fuera un ámbito espiritual, sino también cultural, por representar ese corazón de Castilla», señala.

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