La reconstrucción del teatro Cervantes recuperará el tramo anejo de la muralla

«Como la roca natural aflora a un nivel muy superficial, no ha sido necesario realizar una excavación arqueológica en extensión. Afortunadamente, la muralla se apoya directamente sobre el nivel geológico, con lo que se va a poder consolidar perfectamente. Ese tramo de muralla también quedará liberado del peso del teatro y será lo primero que se vea cuando entremos en el edificio. De esta manera, recuperaremos no solo el teatro, sino también un elemento patrimonial fundamental para la ciudad, como es la muralla», explicó Martín.

Las obras, no obstante, se encuentran en su fase inicial: «Empezaron a trabajar antes del verano. Se ha vaciado el solar, se ha reforzado la muralla en alguna zona y se está pilotando. Cuando estén terminadas todas las actuaciones previas, comenzará la construcción del teatro propiamente dicha», dijo Lucas, que subrayó la dificultad que entraña la intervención: «Seguramente estamos ante una de las obras de recuperación del patrimonio histórico más complejas y cuantiosas que se están ejecutando ahora mismo en España. Aun así, va a ser una obra excelente y el Cervantes será una realidad dentro de cuarenta meses», manifestó.

Tres años y medio es el tiempo comprometido por la Unión Temporal de Empresas (UTE) integrada por las compañías valencianas Torrescámara y EMR para la reconstrucción integral del emblemático teatro segoviano, presupuestada en 7,4 millones de euros, aunque el desembolso final superará los 9. Curiosamente, las obras se están ejecutando cien años después de la construcción del edificio primitivo, inaugurado en septiembre de 1923. El teatro Cervantes cerró sus puertas en 1984 y el inmueble quedó sometido a las consecuencias del abandono y el deterioro. La rehabilitación empezó en 2006 con la demolición del viejo coliseo, pero Patrimonio paralizó las obras porque las cerchas de la estructura metálica levantada no se ajustaban a la normativa, y hubo que proceder a desmontarlas. La consecuencias de la crisis económica de 2008 hicieron el resto. La reconstrucción conservará los elementos tipológicos más relevantes del antiguo recinto dentro de una arquitectura contemporánea que dará una respuesta funcional, formal, técnica y de normativa a las necesidades actuales. La reconversión del antiguo teatro en un moderno espacio cultural pasa por la instalación de 680 butacas.

En la visita también estuvo presente el vicario general de la diócesis de Segovia, Ángel Galindo. El Obispado autorizó en su día a la UTE adjudicataria la ocupación de una parte de la Huerta del Seminario para poder ejecutar la obra. Galindo trasladó la «satisfacción» que supone para el estamento eclesiástico poder colaborar con un proyecto cultural de tanta envergadura. «Es cierto que hay molestias, sobre todo para las personas mayores que viven en la residencia sacerdotal, pero el fin es bueno», subrayó.