«Las puertas de Sepúlveda están abiertas a todos»

Sepúlveda es de sus vecinos, de los que habitamos todos los días y de los hijos del pueblo que nos acompañan con regularidad. Gracias al esfuerzo y cariño diario de todos sus habitantes, Sepúlveda es uno de los Pueblos más Bonitos de España y referente del turismo de interior, siendo uno de los pilares de este sector en nuestra comunidad, algo que nos ha convertido en embajadores de nuestra riqueza cultural, medioambiental, histórica, monumental y gastronómica.

Tenemos fiestas y celebraciones culturales singulares y relevantes a nivel nacional como pueden ser: el Certamen de Teatro de las Siete Llaves, La Fiesta de los Fueros, Los Santos Toros, La Semana Santa y algo inédito y novedoso cómo será el I Festival de Humor en la calle Corderitititito que estoy seguro será un gran éxito.

Afortunadamente, sigue creciendo nuestro sentimiento de tener un pueblo maravilloso. Lejos queda aquella perversa frase de «hijo estudia y vete del pueblo». En la actualidad, y gracias también al desarrollo de las nuevas tecnologías, que también han llegado para enriquecer los servicios de nuestro pueblo, nos abre un abanico lleno de posibilidades para venirse a vivir a un pueblo como Sepúlveda. Un lugar privilegiado en el que vivir con los servicios del siglo XXI.

Trabajar como alcalde es un privilegio para mí, de lo mejor que me a ocurrido en mi vida. El servicio público, a pesar de algún sinsabor, es enriquecedor. Lejos del apocalipsis político que sufrimos en estos momentos en otros ámbitos, un buen alcalde tiene que saber gestionar, ser un buen árbitro, ya que tendrá que tomar decisiones sobre «prioridades» en detrimento de opiniones adversas de conciudadanos. Ser fiel con los proyectos, pero realista respecto a las formas de lograrlo, y que las inversiones no sean obras de arte sino inversiones prácticas Estas son mis premisas que trato de llevar a cabo todos los días.

Sepúlveda es un lugar para todos los públicos y está abierto todos los días del año para visitarla, desconectar, respirar aire puro, teletrabajar, pintar atardeceres, escuchar el silencio, sentir las historias que nos cuentan sus rincones y piedras, pero sobre todo aquellas historias que nos cuentan los vecinos.

Escribió Antonio Machado: «Tiene el pueblo siete llaves para siete puertas. Son siete puertas al campo, las siete abiertas». Las puertas de Sepúlveda están abiertas a todos.

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