Félix Cid Martín posa junto a sus colmenas en Espirdo. Antonio Tanarro

Una ramita de marrubio contra la varroasis de las colmenas

Félix Cid Martín, un pequeño apicultor segoviano, cree haber dado con un remedio casero que combate esta enfermedad que afecta a las abejas en todo el mundo

susana sierra

Segovia

Lunes, 29 de agosto 2022, 17:25

Entre sus muchas funciones, las abejas transportan el polen de una flor a otra y, de esta manera mejoran la producción de alimentos a través de la polinización. Pero no se queda ahí su actividad. Con ello, contribuyen a la seguridad alimentaria y a la ... nutrición teniendo un impacto positivo en el medio ambiente, ayudando de forma activa al mantenimiento de la biodiversidad y de los ecosistemas. Sin embargo, las abejas, así como otros polinizadores, están cada día más amenazados por los efectos la actividad humana.

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En la actualidad, uno de los principales problemas que sufren los apicultores de todo el mundo es la enfermedad de la varroasis. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación lo cataloga como una acariosis externa causada por el ácaro 'varroa destructor', que afecta tanto a la cría como a las abejas adultas. Los daños que produce no solo provienen de su acción expoliadora, sino que además favorece la aparición generalizada de infecciones víricas y bacterianas en las abejas.

Tanto en España como en el resto de la Unión Europea tiene un carácter endémico, siendo esta la única enfermedad apícola que obliga a un tratamiento sistemático de las colonias de abejas con el objetivo de mantener las tasas de parasitación por debajo de umbrales fijos que se consideran dañinos. Para frenar su propagación por las colmenas, los apicultores utilizan medicamentos veterinarios. Sin embargo, un pequeño apicultor segoviano cree haber dado con la solución para eliminar la varrosis de las colmenas. Se trata de un remedio natural que él mismo ha descubierto, aunque no se ha demostrado científicamente su efectividad.

Félix Cid Martín, de 80 años, es vecino de El Carmen y posee una parcela en Espirdo donde tiene ocho colmenas de abejas. Explica que llegó a ser apicultor por su pasión por las abejas. «Hasta ahora mis colmenas me han dado un rendimiento suficiente para el consumo de casa y para algunos familiares. No tengo para vender porque no es mi objetivo. También son imprescindibles para los árboles frutales que tengo en la parcela», menciona.

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Cree haber dado con un remedio natural para frenar la infección de varroasis en las colmenas. Su método es muy simple y fácil de poner en práctica, ya que consiste en colocar una rama de una planta silvestre llamada marrubio. Hay que ponerla encima y a lo largo de un cuadro del panal. De esta manera, asevera, la planta se mantiene intacta durante más tiempo y aun seca y propolizada por las abejas, sigue funcionando. «Con este método natural tengo las colmenas con tres alzas, lo cual quiere decir que son sanas y se reproducen. Cualquier producto químico no funciona al cien por cien y parece que esta simple planta funciona bien», afirma Cid Martín.

El marrubio es una planta silvestre muy prolífera en España. Se puede encontrar incluso en la misma ciudad de Segovia. Entre sus propiedades se encuentra que es una planta insecticida. Por ello, Cid Martín considera que puede funcionar con esta enfermedad.

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Explica que la varroasis, lo que hace, es obstaculizar la reproducción de las abejas. Estos insectos se están reproduciendo constantemente porque en pleno proceso de producción no duran «más de un mes» y la enfermedad frena este ciclo. «Cuantas más abejas haya, más producción hay. Entonces, en plena producción si está la colmena sana hay más abejas. Cuanta más población tenga una colmena, más producción de miel habrá y más polinización», asegura Cid Martín.

A través de un libro

Cid Martín explica que él quería encontrar un remedio natural para frenar la varroasis. Por ello, un día cogió un libro de plantas medicinales y se informó sobre cuáles de ellas podrían servir para dicho objetivo. «Quería dar con el remedio de la varroasis porque me parecen sumamente importantes las abejas, así que puse cuatro o cinco plantas diferentes, como la malva o la ortiga, en cinco colmenas y hubo una que me funcionó, que fue el marrubio», explica.

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Comenzó este trabajo de investigación hace cinco años y desde que encontró este remedio ha tenido una producción de miel regular. A su vez, comenta que cambia la ramita de marrubio cada dos años «como mucho», por lo que parece ser un método que también funciona a largo plazo. «Yo desde un principio solo he utilizado plantas y no he utilizado ningún procedimiento químico por el simple motivo de que las plantas no contaminan la miel mientras que los productos químicos sí», señala Cid Martín. En este sentido, asevera que «la naturaleza tiene solución para todo y todo lo que hay en la naturaleza sirve para algo». Es por ello por lo que buscó la solución en las plantas.

Cid Martín indica que en la última reunión de la Asociación de Apicultores de Segovia explicó su método natural con la intención de que la asociación informase de ello a otras de diferentes puntos de España. Así, los apicultores tendrían este conocimiento, podrían usarlo y ver si es una posible solución a la enfermedad.

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La intención es encontrar un método que haga desaparecer la varroasis de las colmenas. Sostiene no quiere ganar dinero con este remedio y que lo único que quiere es divulgarlo a los demás apicultores. «Todos los enjambres silvestres que había en huecos de árboles y huecos de rocas y demás han desaparecido. Yo estoy trabajando e investigando para ver cómo ponemos el remedio que he encontrado en manos de los apicultores de la provincia», indica.

Por último, Cid Martín defiende que las abejas son un insecto «imprescindible» ya que poliniza alrededor del 62% de las plantas. «Si faltan abejas, se pierden plantas y eso es un problema muy grave para el planeta», señala. En este sentido, explica que las abejas pueden irse hasta 10 kilómetros alrededor de su colmena si no encuentran plantas cerca. «Van a 60 kilómetros por hora volando cuando van vacías y a la vuelta alrededor de 30 kilómetros por hora cuando vuelven con polen o con néctar», declara. «Yo animo a la gente a que ponga alguna colmena. Debería haber un enjambre o alguna colmena en cada pueblo como hace años para que no se pierdan esas plantas porque para algo están ahí», concluye.

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