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El joven acusado de forzar a una mujer a tener relaciones sexuales aprovechándose de su estado de embriaguez, a pesar de que ella se ... negó verbalmente, se ha declarado inocente este martes de los cargos que se le imputan durante el juicio que ha tenido lugar en la Audeincia Provincial de Segovia. En su testimonio apuntó que él y la denunciante eran buenos amigos, «siempre hemos mantenido una buena amistad, nunca hemos tenido ningún conflicto» y negó que forzara a la víctima. «Recuerdo que me puse el pijama, que ella vomitó al lado de la cama y me levanté a limpiarlo.Estaba muy cansado, me tumbé en la cama y me dormí, no recuerdo nada más», ha declarado durante la vista.
Los hechos ocurrieron el 1 de noviembre de 2018, cuando el hombre coincidió en una discoteca con la víctima, a quien conocía previamente. En su relato, el acusado dijo que había invitado a la denunciante por su cumpleaños. «Ella estaba con sus amigas, y yo con amigos y familiares, la invité a una copa, estuvimos conversando,.. No la vi fuertemente embriagada, podía tenerse en pie y mantener una conversación larga y fluida. No sé a qué hora se fue, y luego volvió. Yo me fui de la discoteca sobre las siete de la mañana, me quedé hasta el final con un amigo y cuando salí me encontré con ella en la puerta, me cogió de la mano, nos fuimos caminando, solos, hasta mi casa, un cuarto piso sin ascensor. Me puse el pijama, me tumbé en la cama y me dormí, cuando desperté por la mañana, ella estaba desnuda de cintura para abajo. No sabría cómo explicarlo, no lo entiendo», dijo.
La fiscal ha confirmado su petición de siete años de prisión para este joven que supuestamente abusó sexualmente de una amiga suya, aprovechándose de su estado de embriaguez y a pesar de que ella negó verbalmente su consentimiento. Durante el juicio, que ha quedado visto para sentencia, el MInisterio Públicoha considerado probado que el acusado es responsable de un delito de abuso sexual y ha pedido, además de la pena de cárcel, que se le imponga una orden de alejamiento a la víctima por ocho años y la obligación de pagarle 2.000 euros de indemnización.
Ese 1 de noviembre de 2018, acusado y víctima coincidieron en una discoteca de Segovia. Ella bebió mucho alcohol y llegó a un estado de embriaguez «muy acusada» según apuntó la fiscal, extremo que fue confirmado en el juicio por una testigo, amiga de la víctima, compañera de trabajo, que salió con ella esa noche y fue quien la llevó a casa mientras esta no podía apenas caminar por sí misma. «No se tenía en pie; la teníamos que sujetar. No podía ni abrir la puerta», declaró la testigo.
Después de haberla dejado en casa, la víctima, que declaró a puerta cerrada, y según la fiscal, mantiene «recuerdos fragmentarios pero claros en lo sustancial» debido a los efectos del alcohol, salió de su domicilio y volvió a la discoteca porque había perdido parte de sus pertenencias y en la puerta del local coincidió con el acusado. Fueron juntos a casa de él, ambos se acostaron en la cama y ella vomitó varias veces de su lado. Después de esto, lo siguiente que recuerda la víctima es que el acusado estuviera forzando el acto sexual sobre ella, ante lo cual esta le dijo que no quería y que la dejara. «Dejó muy claro la falta de consentimiento y el acusado no hizo caso y continuó», aseguró la fiscal en sus conclusiones finales.
Para acreditar que hubo un acto sexual, el Ministerio Público se ha apoyado en las pruebas periciales ratificadas este martes por dos facultativos que hicieron una valoración ginecológica a la víctima, en la que encontraron restos de semen del acusado, «que no ha dado ninguna explicación», dijo la fiscal.
La acusación particular, en representación de la víctima, se ha adherido a la petición del fiscal y el abogado de la defensa ha pedido una sentencia absolutoria para el procesado. La defensa se ha remitido al testimonio de su cliente, quien a su juicio es «el único que dice la verdad» y que ha explicado que, cuando llegaron a casa, él se puso el pijama, se acostó, se levantó a limpiar el suelo cuando la víctima vomitó y después volvió a la cama y se durmió, hasta el día siguiente. Uno se pone el pijama para dormir y no para para tener relaciones sexuales».
El abogado de la defensa ha relatado que, en realidad, fue ella quien le «usó» para «tener la relación sexual que quería tener» mientras su cliente dormía, sin que este se enterara de nada: «Hizo lo que quería hacer», dijo en su valoración final, mientras la víctima, que seguía el juicio entre el público, visiblemente afectada, no paraba de llorar mientras escuchaba al abogado defensor. El letrado también aseguró que la víctima estuvo «toda la noche detrás» de su cliente y que, cuando vuelve al local, lo hace porque «quiere lo que quiere. Una persona en estado de inconsciencia no recorre ese trayecto sin ayuda ni sube las escaleras de un cuarto piso ni llama por teléfono», apuntó.
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