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Un tercio de la provincia de Segovia está en riesgo de registrar una elevada concentración de nitratos en el agua. Hasta 64 municipios están incluidos en la clasificación de zonas vulnerables por la presencia de este compuesto en acuíferos, ríos o embalses, lo que puede ... poner en peligro la salud de la población. La práctica totalidad de los sondeos afectados no se corresponden con las captaciones de las que se sirven las diferentes localidades para el suministro de agua potable a las viviendas, pero la multiplicación de puntos contaminados en los últimos años preocupa a las administraciones, que vigilan muy de cerca la evolución de lo que se ha considerado un «problema de salud pública».
El verano está a la vuelta de la esquina y son numerosos pueblos los que cada año se las tienen que ingeniar para garantizar el abastecimiento de agua potable. En los meses más secos, los bandos que avisan del consumo 'no apto' proliferan por el conjunto provincial, ya sea en referencia a ocasiones puntuales o periodos prolongados. ¿El motivo? El hallazgo de altos índices de sustancias perjudiciales para la salud en el agua, como son el arsénico, nitratos, flúor, fósforo, plaguicidas e, incluso, bacterias fecales.
La reserva hídrica de la provincia no es suficiente para abastecer a sus 209 municipios. Tan solo cuenta con cuatro embalses de mayor tamaño que almacenan poco más de 80 hectómetros cúbicos cuando otros territorios de similar población, como Ávila, superan los 280. Esta situación conlleva a que la mayoría de las localidades segovianas recurran a los acuíferos para la captación de agua. Y eso «tiene sus contras», asegura el ingeniero y presidente de la Asociación para la Investigación del Agua y el Medio Ambiente (Asiama), Juan Carlos Domingo.
El principal hándicap de la dependencia del agua subterránea para el abastecimiento es que, en numerosas ocasiones, los vecinos conviven con problemas de «contaminación habitual». Los análisis periódicos evitan a tiempo que los segovianos beban agua que no alcanza los rangos necesarios para ser declarada apta, pero los ayuntamientos deben reorganizar el suministro por medio de reparto de botellas o la llegada de grandes cisternas, lo que supone «un quebradero de cabeza», refiere Domingo.
Los parámetros que más preocupan, al ser los más dañinos para la salud humana, son los del arsénico y los nitratos. Mientras el primero está presente «de manera natural» en el terreno y se filtra en el agua por reacciones químicas, el segundo «es un subproducto que viene por la mano del hombre», explica. La Junta de Castilla y León atribuye su origen a los excesos de aportes de abonos químicos y orgánicos a los cultivos con fines de fertilización, a lo que el presidente de Asiama añade la posibilidad de que esta sustancia llegue a las capas profundas a raíz de vertidos de «aguas sucias».
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Ana María Criado
El manto superior del terreno, lleno de vegetación, «no es capaz de absorber los nitratos» y llega a las aguas subterráneas, que son las más afectadas por una elevada concentración. El Ministerio de Transición Ecológica y para el Reto Demográfico contabiliza 15 pozos en los que se superan los umbrales máximos de este compuesto, si bien en ningún caso se dedican al suministro de agua potable. Estos acuíferos se reparten por los términos municipales de Montejo de Arévalo, Codorniz, Añe, Tabanera la Luenga, Mozoncillo, Navalmanzano, Cantimpalos, Adrada de Pirón, Cuéllar, Cozuelos de Fuentidueña, Aldeasoña, Cantalejo y Boceguillas.
Lo mismo sucede, aunque en menor medida, con aguas superficiales. En concreto, se registran cinco ríos o arroyos con altas concentraciones de esta sustancia dañina a su paso por las localidades, como son el Malucas, Hoz, Polendos, Sacramenia o de Los Adjuntos. A estos ejemplos se suma el embalse de Burgomillodo. Más de la mitad de los emplazamientos que presentan mayor grado de contaminación se corresponden con lugares de actividad ganadera, según el último informe gubernamental.
50 miligramos
por litro es el nivel máximo permitido de nitratos en aguas potables, según la Unión Europea.
La tendencia de contaminación por nitratos es creciente, pese a que en algunas captaciones los índices han caído en picados. La Unión Europea especifica que, si los valores de nitratos superan los 50 miligramos por litro, el agua no es apta para el consumo. La provincia superó con creces este límite en diferentes ocasiones. El récord lo ostenta Navalmanzano, donde se sobrepasaron los 320 miligramos en una de las mediciones realizadas estos años. La media se sitúa en 228. Le siguen Mozoncillo, ya que uno de sus acuíferos alcanzó el máximo de 198 miligramos; Cozuelos de Fuentidueña, con 146; o Añe, con 121.
Ecologistas en Acción, cuyos voluntarios realizaron análisis de nitratos en manantiales a lo largo de 2023, advierte de que los niveles existentes en las redes de distribución de Bercial, Mata de Quintanar, Valdesimonte (Cantalejo), Ituero y Lama, Lastras de Cuéllar, Ortigosa del Pestaño y Cobos de Segovia también llegan a superar los parámetros recomendados. En el caso de Mata de Quintanar, perteneciente a Cabañas de Polendos, donde la falta de agua es un mal endémico, se iguala el límite designado por el Ejecutivo comunitario.
La propia organización alerta de que la contaminación está presente en fuentes públicas no tratadas y manantiales en los que la población, al estimarla de mejor calidad, recogen agua para su consumo. Sin embargo, algunos de los ayuntamientos citados han emitido comunicaciones en las últimas semanas para aclarar o desmentir estos hechos.
La Administración autonómica reconoce que la mala calidad del agua obliga a disponer de costosos sistemas de depuración y también provoca la pérdida de biodiversidad en los ecosistemas. Aunque una veintena de sondeos relacionados con la captación de agua para la actividad industrial o agraria concluyeron con resultados positivos en lo que respecta a la contaminación por nitratos, el Ministerio elevó a 64 los municipios que están incluidos en las zonas vulnerables. Es decir, en aquellas áreas donde se detecta la superación de los límites y los entornos próximos. Esto se debe a que «el problema puede estar introduciéndose en un sitio y detectándose en otro», concreta la Junta.
39.000 habitantes
de la provincia de Segovia residen en los 64 pueblos declarados como zona vulnerable por presencia de nitratos.
Más de 39.000 habitantes segovianos están en riesgo de sufrir cortes en el suministro al declararse sus aguas no aptas para el uso en boca en los próximos años, lo que obligará a buscar soluciones. «La cuestión del agua subterránea no va a mejor, hemos observado cómo a lo largo de las dos últimas décadas todo ha ido a peor pese a haber una mayor vigilancia», subraya Domingo.
El dato de pueblos vulnerables por altos índices de nitratos se ha quintuplicado en solo 25 años. En 1998, se anotaron 12 municipios y una entidad local menor clasificados bajo esta categoría. En 2012, la cifra se duplicó, ya que se alcanzaron 24. La mayoría, en el noroeste provincial. «O cortamos rápidamente la tendencia o va a ir a peor», vaticina el presidente de Asiama.
Además de las organizaciones ecologistas, los sindicatos agrarios también intentan combatir esta creciente preocupación por la situación sanitaria y medioambiental del agua. Unión de Campesinos de Segovia-UCCL, en colaboración con otras entidades, puso en marcha a finales de 2023 un proyecto para la concienciación y formación de los profesionales del campo en aras de «fertilizar de manera adecuada».
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