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La situación crítica que atraviesa el sector comercial es un hecho general en el conjunto de la provincia, pero se agudiza aún más en el medio rural. La pérdida y el envejecimiento de la población no ayudan a revertir el cierre de multitud de negocios, ... ya que otra parte fundamental que origina el problema es la falta de relevo generacional. Contra esta realidad intentan luchar los cuatro grupos de acción local que están repartidos por las comarcas de Segovia. Un parte del programa de ayudas Leader, financiado con fondos europeos, se centra en la ampliación y diversificación de pymes cuyo objeto es la actividad comercial. Sin embargo, hay entidades que han apostado por poner en marcha iniciativas de forma urgente.
«Es necesario atraer el mayor porcentaje de gasto al comercio local y, para ello, necesitamos negocios más competitivos y modernos en el medio rural», remarca la gerente de la Asociación Segovia Sur, María José Gil. Los residentes en los 51 pueblos que están bajo el amparo de la agrupación son conscientes del «declive» del comercio. «Las condiciones de competencia del colectivo tradicional han empeorado en los últimos años», asevera. Esto provoca que, a día de hoy, muchas localidades «no dispongan de comercios ni viabilidad para tenerlos», lamenta.
Sin embargo, donde muchos ven una muerte anunciada, Segovia Sur contempla oportunidades. La asociación se niega a rendirse ante la deriva del sector y apuesta por su revitalización de la actividad en multitud de municipios. En caso de que este propósito sea difícil de lograr, siempre quedará la dinamización de aquellos locales que, a día de hoy y pese a las dificultades, permanecen abiertos.
La entidad ha conseguido la ayuda pública necesaria para poner en marcha un proyecto dirigido a promover acciones innovadoras para volver a poner sobre el mapa el comercio rural y de proximidad. La subvención permitirá contratar durante seis meses a dos técnicos que se dedicarán plenamente a la realización de un diagnóstico «exhaustivo» del estado actual de los comercios en el territorio, la digitalización de los negocios, la promoción del sector a través de ferias o rutas; y la mejora de la imagen de las empresas rurales.
«Los bares desaparecen, pero también lo hace el pequeño comercio; gracias a la venta ambulante los problemas se van solventando, pero no siempre es suficiente», remarca la gerente. Lo mismo sucede con el reparto de paquetería a través de compras por internet, que permite a los habitantes de las localidades más pequeñas conseguir aquellos bienes puntuales que necesitan. Son nuevas fórmulas, pero no pueden considerarse como soluciones definitivas.
A juicio de los diferentes grupos de acción social, la existencia de tiendas en los municipio permiten el arraigo de la población, y viceversa. Por ello, «es importantísimo concienciar a la gente», subraya Gil. «Para mantener los comercios, hay que comprometerse a hacer compras diarias en ellos, en lo que también hay que insistir a nivel institucional», concluye.
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