Segovia
El 53% de los pueblos tiene como actividad principal la agricultura y ganaderíaSegovia
El 53% de los pueblos tiene como actividad principal la agricultura y ganaderíaEl tejido económico de la provincia de Segovia ha evolucionado a pasos agigantados en las últimas décadas. Los sectores que eran mayoritarios en el siglo pasado ahora ven cómo se recorta su ventaja frente a otros que han adquirido mayor relevancia. La estructura productiva de ... cada municipio es diferente, pero el análisis de las cifras laborales permiten establecer una tendencia. De este modo, la agricultura, ganadería y pesca se mantiene como la actividad más popular en más de la mitad de los pueblos, pero otros gremios como la industria y hostelería cada vez tienen más presencia en el mapa provincial.
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El campo segoviano todavía lidera la estadística como escenario laboral. Pese a la falta de relevo generacional y las dificultades que atraviesan algunas explotaciones a raíz de la inflación, el sector primario se mantiene a la cabeza como la actividad con mayor representación en la provincia. Es el impulso económico de más del 53% de los 209 municipios que conforman Segovia. La mayoría de los residentes en un total de 111 localidades se dedican a la agricultura o ganadería, hasta superar la barrera de los 10.000 trabajadores.
Esto significa que el 15% de la población segoviana desarrolla su labor diaria en las tierras de cultivo o las granjas, un porcentaje que supera en casi diez puntos a la media nacional, según los datos de la Tesorería General de la Seguridad Social. El sector agrario no solo es la ocupación mayoritaria de los vecinos de muchas localidades. En algunas, casi es la única, como es el caso de Aldeonte. En este pequeño pueblo del nordeste, que ronda los 55 habitantes, un total de 22 personas se dedican a la agricultura o ganadería, lo que se traduce en el 91% de los ocupados empadronados.
Le sigue muy de cerca Navares de Ayuso, con el 90%; San Cristóbal de Cuéllar, con el 87%; o Languilla, con el 83%. Uno de los municipios más destacados en lo que respecta a liderar las estadísticas en número de trabajadores es Fuente el Olmo de Fuentidueña. Con alrededor de 280 censados, el 85% de sus vecinos en activo son profesionales del campo, ya sean por cuenta propia o ajena.
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El predominio de la agricultura y ganadería va más allá en un total de 55 términos municipales, donde más de la mitad de sus residentes afiliados a la Seguridad Social están dados de alta en esta actividad, según los últimos datos publicados correspondientes al pasado mes de junio. Es una marca que no llega a ser superada por ningún otro oficio.
Los tractores son un complemento más del paisaje de la campiña y Tierra de Pinares, y el ganado habita en la falda de la sierra. No hay ningún rincón provincial en los que este sector no esté presente. Pese a ello, el sector primario es tan solo la principal actividad en tres de los 25 municipios cuyo padrón superaba los 1.000 habitantes a lo largo de 2023: Navas de Oro, Navalmanzano y Turégano. A ello se suma Mozoncillo que, pese a no alcanzar este límite, aporta un importante volumen de mano de obra al gremio.
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Los tiempos han cambiado y, en consecuencia, el mercado de trabajo. El dato de personas empleadas dentro de los límites provinciales ha batido el récord del presente siglo, al registrar 67.800 afiliaciones. Pero no todos los oficios responden de la misma manera a este acontecimiento.
El comercio, que se sitúa en el segundo puesto de la clasificación provincial al registrar mayor cifra de trabajadores -unos 9.400-, ha recortado su despliegue en los últimos años. El porcentaje de segovianos ocupados en este sector se encuentra por debajo del promedio regional. Si bien es cierto que es una actividad existente en prácticamente todo el territorio, apenas sobresale en quince pueblos.
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Los locales comerciales resisten en núcleos como Espirdo y Fuenterrebollo, y proliferan por entornos turísticos como Ayllón y localidades próximas a vías de alta capacidad, como son Boceguillas o Castillejo de Mesleón. También es un oficio importante en cabeceras comarcales, como es el caso de Cantalejo, y en el alfoz de la capital, cuyo mejor ejemplo es La Lastrilla, que reúne a más de 600 vendedores.
La industria es una actividad que ha ganado impulso en los últimos años, sobre todo la manufacturera. Es la profesión más abundante en 22 municipios que tienen una larga trayectoria en el sector, como son Cantimpalos y Carbonero el Mayor con las empresas cárnicas, o Valverde del Majano con motivo de su amplio polígono. No hay que olvidar las fábricas que levantan sobre Sanchonuño o Cuéllar, así como en Ortigosa del Monte o el Real Sitio de San Ildefonso. El trabajo en el sector secundario empieza a ser mayoritario a su vez en pueblos en crecimiento, como es Abades; pero también en otros que combaten activamente la despoblación, como La Matilla, que apenas supera los 80 habitantes.
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La extracción de materiales, como es la piedra o el cuarzo, protagoniza el tejido productivo de Arcones, Carabias, Juarros de Riomoros, Maderuelo y Carrascal del Río. En estos tres últimos casos, las empresas pertenecientes al sector emplean a más de la mitad de la población activa que está empadronada en los pueblos. Los negocios dedicados al saneamiento y suministro de agua despuntan en Aldealengua de Pedraza, Los Huertos o Juarros de Voltoya. Mientras, el 83% de los trabajadores que viven en San Martín y Mudrián desarrollan su labor en procedimientos industriales, sin importar.
Hay multitud de localidades cuya economía está orientada en gran medida al turismo, de ahí que no sorprenda que la hostelería y alojamiento cierren el 'top cinco' de actividades con mayor número de profesionales en la provincia, hasta superar los 6.200. Precisamente, este gremio es la seña de identidad de una veintena de ubicaciones que figuran entre las más visitadas por viajeros a escala nacional.
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La hostelería es una profesión esencial en el día a día de la villa medieval de Pedraza o Sepúlveda, del pueblo de Cuéntame, Arahuetes; y espacios con gran riqueza natural como es Navafría o Riaza, a los que se suma la histórica Fuentidueña. El mismo patrón sigue Sotosalbos, Torrecaballeros, Collado Hermoso, Cerezo de Abajo e, incluso, el pueblo más pequeño de la provincia, Ventosilla y Tejadilla.
Por el contrario, una treintena de municipios están desprovistos en su totalidad de vecinos dedicados al sector hostelero. Es el caso de Martín Muñoz de la Dehesa, pese a superar los 300 censados, o Rapariegos, que ronda los 200 empadronados. La construcción tiene especial relevancia en El Espinar, pueblo más grande de la provincia -sin contar la capital-; así como en la localización más joven en Segovia, un título que recae en Hontanares de Eresma; y en Palazuelos de Eresma o San Cristóbal de Segovia, que han experimentado algunos de los mayores crecimientos de población. Pero también en pequeñas localidades que no llegan al medio centenar de residentes, lo que sucede en Domingo García o Navares de las Cuevas.
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Un padrón más grueso no siempre conlleva una mayor variación de las actividades. En el corazón del medio rural se encuentra Rebollo, cuyos 75 habitantes están especializados en todo tipo de oficios: desde la agricultura y construcción hasta la hostelería y servicios profesionales. En Valdevacas de Montejo, el oficio más destacado se corresponde con el área educativa, pero también hay profesionales del campo, hosteleros y trabajadores de la Administración pública.
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