El pueblo con cuatro barrios se agarra al monte

El hecho de no superar el centenar de habitantes no impide que Santiuste de Pedraza sea un pueblo repartido en cuatro barrios: Chavida, Urbanos, La Mata –el principal– y Requijada. Por eso el reto de su Ayuntamiento es vertebrarlos, desde el tejido económico a la vida social para una población que en su mayoría está jubilada. Y los que no lo están, salvo excepciones como una emprendedora de jabones o el teletrabajo, se dedica a la agricultura y la ganadería.

La principal arteria económica de Santiuste está en su ganado ovino y bovino. Y caballos, pues hay un punto de pupilaje de estos últimos, una especie de hospedaje que utilizan fundamentalmente los vecinos de Madrid que tienen el pueblo como segunda residencia. La historia de una ganadería en retroceso en un lugar que llegó a tener cinco veces más que las escasas 300 ovejas con las que cuenta ahora. El número de vacas es ligeramente mayor, cercano a las 400.

La agricultura es una actividad subsidiaria. Cereal que se siega en verde y que, en esencia, sirve de forraje. «Sembramos lo justo para mantener al ganado», subraya su alcalde, Juan Manuel Álvaro, que mantiene una pequeña explotación frente al millar de ovejas que tenía su padre. «A las vacas las tienes cerradas en una finca y las echas de comer un par de veces al día, pero las ovejas son muy esclavas. Sacarlas desde la mañana hasta casi la noche, y la gente joven, no queremos».

El regidor las mantiene en parte por tradición y en parte porque mantienen limpia la finca. Así que las explotaciones que quedan son principalmente de ganaderos jubilados que no imaginan su vida sin ellas tras tantos años en activo. Paseos por el monte que sirven para mantener la forma con el paso de los años. «Es una forma de obligarse a salir de casa».

Su paisaje de baja montaña brilla en primavera: tomillo como incentivo para el senderismo, su olor inconfundible en días de lluvia. Hay proyectos de remodelación urbanística, sobre todo en Requijada, quizás el barrio con mejores vistas. El motivo que ha convencido a un número importante de madrileños que buscaban un entorno así. Las limitaciones por la protección ambiental de la zona dificultan grandes industrias. La dispersión entre los barrios no ayuda a un grueso de vecinos mayores sin carné de conducir y sin opción de congregarse en uno de los barrios.

La economía

Inversión en infraestructuras. Diferentes alojamientos rurales atraen turismo como fuente de riqueza.

Local municipal. El Ayuuntamiento trabaj para que un local municipal se convierta en punto de encuentro.

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