Próximo destino: las islas Galápagos

En cada ocasión se han enfrentado a un papel en blanco, a una idea, a un sueño y a unos trazos que finalizan en una ruta. Primero evalúan el estado del país por el escenario de inestabilidad que suele hacer zozobrar a Sudamérica. Posteriormente, entrelazan una serie de puntos de manera que sean posibles de hilar desde el punto de vista logístico. Tras dejar atrás Cuba, Ecuador, México, Perú, Colombia, Costa Rica y Panamá, este verano han puesto sus ojos en Ecuador para adentrase en su diversidad paisajística, climática y humana.

Su pasión por viajar y profundizar en los lugares más inhóspitos le traen multitud de situaciones curiosas, pero la primera que le viene a la mente es la que vivió en un hotel flotante del Amazonas junto a sus compañeros. «Recuerdo estar hablándoles al amanecer de los delfines rosados de la zona; pensaban que les estaba gastando una broma, pero en ese momento saltaron delante de nosotros, a cincuenta metros. Al verles fue una exclamación absoluta, de manera conjunta, acompañada del pensamiento de la maravilla de sitio en el que estábamos».

Son aventuras totalmente personalizadas que crean desde el kilómetro cero. «No se puede contratar en una agencia, no queremos meternos en los parques temáticos. Vamos a sitios que creemos que son más auténticos, en los que tenemos contacto con la población nativa. Queremos conocer cómo es la gente de los lugares, enterarnos de la realidad», explica Galicia. Su objetivo primordial es saber las costumbres y la historia del destino al que se dirige. Además, también lo considera la historia de todos los españoles desde el momento en el que en 1492 Colón descubrió América. Buscan redescubrir las primeras expediciones y las de los siglos posteriores, cómo ha sido la colonización y la aventura que emprendieron los españoles en estas tierras.

A lo largo de catorce días, que irán desde el 27 de julio al 9 de agosto, recorrerán los lugares más emblemáticos de la República de Ecuador. Comenzarán por Quito, la capital del país que se halla en la profundidad de un valle estrecho formado por volcanes andinos a 2.850 metros sobre el nivel del mar. Desde allí se desplazarán a la selva amazónica en busca de «nuestro particular 'país de la canela'» tal y como hicieron Gonzalo Díaz de Pineda, Gonzalo Pizarro y Francisco de Orellana. Además, alojados en cabañas de madera, conocerán técnicas de supervivencia en la selva, elaborarán trampas, practicarán el manejo de canoas indígenas y se darán un baño purificador en la cascada de la Anaconda.

Finalizada la estancia en la Amazonía, volarán rumbo a las Islas Galápagos. Allí recorrerán San Cristóbal, Isabela o Santa Cruz donde disfrutarán de la estación Charles Darwin. En ellas conocerán multitud de especies, y en el islote Tintoreas, su último destino, podrán observar tiburones, piqueros de patas azules, cangrejos y pingüinos de Galápagos o pelícanos.

Los grupos suelen ser de unas veinte personas, pero en esta ocasión serán dieciséis por cuestiones de logística. Además, la cantidad de expedicionarios incluye a la hora de moverse entre islas. Su experiencia le dice que el 75% son mujeres. «Son más curiosas, más aventureras y más emprendedoras que los hombres, por lo menos en el tema de viajes. Los chicos somos más aburridos», reconoce el aventurero segoviano.

Los propios viajeros son los que se van a costear las plazas y el único requisito que piden es que para participar tienen que conocer a alguien que sea del Proyecto Argo. «Tenemos que conocerles de algo. No hay premisa ni de edad ni de forma física aunque siempre intentamos decir a la gente que estén preparados porque existen etapas duras. Hemos llevado desde niños de 11 años a personas de 70».

A Galicia le quedan pocos destinos que conocer de Sudamérica y Centroamérica. Calcula que unos cinco. Para el verano de 2021 ha decidido que el viaje será por el norte de Argentina y Paraguay. Visitarán lugares como las cataratas de Iguazú o el pantanal de los Tres Gigantes. En su recorrido también conocerán las misiones jesuíticas guaraníes.

«Los viajes son un éxito absoluto porque siempre se completan las plazas, la gente viene encantada y se genera muy buen ambiente. También es una aventura lúdica en la que nos divertimos y queremos vivirla a pleno pulmón. No queremos ser unos viajeros que simplemente van a hacerse fotografías», afirma. Sus objetivos son inculcar valores de compañerismo, de esfuerzo y de conocimiento de la cultura.