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Rafael de rojas
Segovia
Domingo, 24 de septiembre 2017, 17:14
Emprender para salir de una crisis personal. Ese fue el camino que eligió la segoviana Arantxa Santamaría (38 años), que hasta hace dos años trabajaba como consultora y auditora por cuenta ajena y ahora se dedica al coaching. Su cambio empezó a fraguarse hace cuatro años, cuando decidió probar un máster de coaching «que me llamaba». «Entro en el mundo del coaching en un momento de mi vida en que estaba un poco perdida. No sabía hacia dónde ir y me dije: vamos a probar. Fue muy revelador y muy interesante, me ayudó mucho en el plano personal y en el profesional. Me ayudó sobre todo a empezar a valorarme», dice.
Así que, en los meses previos a enero de 2016, el mes en que empieza su vida como autónoma, le da vueltas a todo lo que ha aprendido y a su situación personal. «No me sentía valorada en las empresas en las que trabajaba, no tenía espacio para todo lo que podía desarrollar. Había tocado techo. Veía el cambio que se había producido en mí con el coaching y quería compartirlo con personas en situaciones similares. Vi lo potente que es esta herramienta y me decidí a ayudar a personas en situaciones difíciles. Lo primero que hice fue seguir formándome en coaching personal, coaching de ejecutivos, técnico y de grupos», relata.
Su currículo anterior comienza con una licenciatura de Biología en Segovia e incluye más de 15 años de trayectoria profesional en el mundo empresarial como consultora, auditora y formadora de proyectos de gestión de calidad, medio ambiente y responsabilidad social. Hoy asegura que ha formado «a más de 3.000 personas en los diferentes ámbitos en los que trabaja, ha asesorado en torno a unas 200 empresas en el área de consultoría estratégica y de sistemas de gestión y ha realizado más de 1.000 auditorías en diferentes sectores industriales».
Parte de esta experiencia previa le serviría para poner en marcha su propio negocio. En concreto, sus 12 años en el Área Sanitaria y específicamente su etapa como responsable del Área Sanitaria, Farmacéutica y de Productos Sanitarios de Bureau Veritas durante 3 años. «Los primeros pasos son con miedo. Y el miedo siempre sigue estando presente, aunque las cosas me vayan yendo relativamente bien. Pero empiezo a dar pasos firmes con una dirección marcada: me asesoro, desarrollo mi plan estratégico y miro mucho qué mercado existe y qué puedo ofrecer», explica.
Una de sus primeras decisiones fue «no cerrarse». «Hago diferentes trabajos y todo lo que hago me gusta: auditorías externas y consultoría de calidad y de todo tipo, formación en coaching, coaching de equipos y también talleres abiertos al público más centrados en el desarrollo personal. Todos me dan de comer, no he puesto todos los huevos en el mismo cesto», recalca.
Su especialización más acusada es en coaching sanitario. «El sector, especialmente la parte asistencial, está sufriendo una presión importante. El personal está expuesto siempre a situaciones de estrés y les enseño cómo manejarlas, cómo gestionar las emociones. En muchas ocasiones viven la muerte y la tristeza y se genera una empatía que lo hace duro», indica. Arantxa también trabaja en otros ámbitos sanitarios, como mejorar la comunicación con los pacientes y entre el personal, el liderazgo o el trabajo en equipo. «Estas cuestiones no se enseñan en las carreras», dice. Pero Arantxa cuenta con un ingrediente particular para que su negocio salga adelante: la confianza en uno mismo. «Confío en mí, en que creo que puedo hacer las cosas y que lo que venga siempre me pasa por algo, aunque sea una situación complicada o un resultado que no me esperaba. Y luego también fluyo con lo que venga, confío y me dejo llevar. He trabajado mucho en eso», expone.
Entre los otros factores que le han llevado a tener éxito en su empresa enumera: «La claridad en lo que hago, el tener claro lo que quiero hacer y cómo, es decir, un buen plan estratégico de negocio; una buena red de contactos; crear alianzas para colaborar y compartir trabajo; invertir tiempo en formarme y estar actualizada y participar en los foros y actividades donde se encuentran profesionales de mi sector o potenciales clientes».
Una de las primeras cosas que hizo Arantxa siguiendo esa política de alianzas, fue apuntarse a la Asociación de Profesionales de Coaching de Castilla y León, de la que ahora es presidenta. También es colaboradora de la Escuela de Identidad y participó en las formaciones a escolares del programa ¿Cuál es tu vaca? de la Diputación de Segovia.
Arantxa no considera que el coaching sea una moda, sino más bien «una profesión emergente», que lleva décadas funcionando en Estados Unidos, pero que aquí es relativamente nueva. «Estamos en un proceso de transformación dentro de las empresas. Mi abuelo iba en burro; han pasado 40 años y se puede ir a la luna si se tiene el dinero. Las organizaciones necesitan otro tipo de herramientas diferentes a las que hay y el coaching es una de ellas, puede ayudar a llevar esa transición. La tecnología y el perfil de los clientes cambian muy rápido y no estamos acostumbrados a eso», dice.
La coach segoviana, que ya organizó en su ciudad el Congreso de Coaching de Castilla y León, tiene la vista puesta en el próximo evento. Se trata del curso Liderazgo y Coaching en Ciencias de la Salud, del que es coordinadora. «Llevaremos a ponentes de prestigio y lo lanzaremos en el primer trimestre del año 2018 junto con la Universidad de la Felicidad de Salamanca», anuncia. A juicio de Arantxa: «Segovia necesita coaching. Uno de mis objetivos principales era traer el coaching aquí, porque en todas las formaciones que he tenido que hacer tuve que ir a Madrid. Los segovianos han acudido cuando hemos hecho una jornada de puertas abiertas en la asociación o cuando organizo jornadas y congresos. Hay gente que te pregunta por la calle cuándo va a ser el próximo evento. Y a nivel empresarial también se necesita coaching. La mentalidad empresarial en Segovia está cambiando y poco a poco se van introduciendo elementos nuevos, llámese coaching o consultoría. Hay componentes mucho más elevados, más estratégicos, que permiten que tu negocio avance de otra manera. Es cierto que en Segovia la mayoría de las empresas son familiares, pero con el cambio generacional todo esto lo valoran y hay un nicho en el que se puede trabajar».
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