Segovia

La provincia, en vilo por las inundaciones ante la entrada de una borrasca

Las adversidades se han alineado y han desembocado en un nuevo episodio de avenidas en varios cauces fluviales de la provincia. Al cierre de esta edición, la CHD vigilaba varios puntos de la cuenca ante el incremento repentino de los caudales con motivo de la fusión de buena parte de las reservas de nieve que existían en las cabeceras de los ríos.

En concreto, los umbrales de aviso se han superado hasta alcanzar el nivel amarillo en el Cambrones y Riaza, en los puntos de control de La Granja y Languilla, respectivamente, así como en el Duratón, a su paso por Sepúlveda. El riesgo por este último quedó desactivado unas horas después, mientras que el resto no presentaban mayores complicaciones.

No sucedió lo mismo con el río Eresma, donde se pidió extremar la precaución en aguas abajo de Segovia. «El episodio de avenidas actual se va a unir con el que va a provocar la borrasca Irene», que traerá consigo lluvias en las próximas horas, subrayó la presidenta de la Confederación, María Jesús Lafuente. Los datos ofrecidos por la estación de control ubicada en la salida del embalse de El Pontón Alto indicaban una mejoría de la situación de la crecida. A su paso por la ciudad de Segovia, los avisos se mantuvieron en valores máximos.

El color rojo fue protagonista este martes en la capital, después de que el caudal del Eresma ascendiera de forma imponente. Los metros cúbicos por segundo registrados sobre las 23:00 horas del lunes -37- quintuplicaban a los del día anterior. El nivel del agua llegó a los 2,72 metros de altura en el pico máximo, hasta entrar a la Casa de la Moneda, lo que requirió la intervención de los Bomberos de Segovia. Los efectivos evacuaron el exceso de agua con bombas de achique. «El inmueble no llegó a sufrir inundaciones», confirma el Ayuntamiento de Segovia. Aunque cubrió algunas de las maquinarias exteriores, aparentemente no hubo más daños que lamentar.

Los mismos bomberos realizaron visitas periódicas durante la madrugada a la zona afectada para supervisar el nivel. Hubo un susto cuando aumentó de nuevo a las 3:00 horas y hasta las 9:00, momento en el que se acercó de nuevo a una cifra peligrosa. El caudal se estabilizó por debajo de los 30 metros cúbicos este martes, pero no evitó que se produjeran pequeñas anegaciones al desbordarse en los paseos de la Alameda del Parral y en la pradera de San Marcos, en la confluencia en el Eresma y Clamores. Algunos de los senderos encharcados fueron precintados para restringir el paso de personas.

No es la primera vez que se produce una situación similar. El último amago de inundación tuvo lugar en diciembre de 2022, una realidad que ocurrió en el mismo mes de 2020. En esas fechas, una riada arrasó con parte del restaurante El Ingenio Chico. Ya en 2016, tras un episodio de graves inundaciones en 2014, el Instituto Geológico Minero estableció en 35 metros cúbicos el límite en el que el agua salta a la cafetería.

Por el momento, esta situación no se ha repetido, pese a superarse los umbrales. Fuentes municipales confirman que los ojos de los puentes estaban limpios, incluido el de San Marcos, que fue escenario de obras para facilitar el paso del Eresma. El Ayuntamiento no ha valorado si esta actuación ha evitado males mayores. «El agua que ha bajado no ha sido suficiente para inundar más», informa.

La Diputación de Segovia también ha hecho frente a diferentes incidentes en distintos puntos de la provincia. El punto más conflictivo tuvo como escenario la localidad de Burgomillodo, ya que la CHD anunció la suelta de agua de su embalse, lo que obligó a cortar el tráfico durante el día y noche en el tramo de carretera en dirección a Carrascal del Río, su municipio de cabecera.

Esta actuación también tiene antecedentes en 2018 y 2021, cuando el caudal de vertido era de 30 metros cúbicos por segundo. En este episodio, «van a soltar 50, lo que me parece demasiado», subrayó el diputado de la Red Viaria Provincial, Benjamín Cerezo, quien consideró que «ha habido poca previsión» por parte de la CHD. «Llevamos dos días de agua más el deshielo, se tenía que haber desaguado antes», incide.

El Ayuntamiento de Carrascal del Río pidió a sus vecinos actuar con cautela. «Seguramente también se proceda a cortar la carretera que va a Navalilla», advirtió. Pero estos no fueron los únicos habitantes que tuvieron que afrontar restricciones a la circulación: por la tarde se prohibió el paso por la carretera SG-V-3312, que atraviesa Carbonero de Ahusín, con motivo del desbordamiento del río Eresma.

Los operarios de la institución provincial trabajan en la limpieza de cunetas y arrastres, en el control de la situación viaria y en la señalización en caso conveniente. La mayoría de salidas de los efectivos de emergencias se deben a las inundaciones en vías que atraviesan arroyos y están cercanas a las fincas recientemente aradas por agricultores. «Contra eso poco podemos hacer», lamenta el diputado.

«Las tierras no dan abasto para tragar todo el agua que está cayendo», reconoce Cerezo. «Estamos muy pendientes, por ahora aguantaremos», confirma, si bien vaticinó que este miércoles será una jornada «muy complicada» por el pronóstico meteorológico. Ante ello, pide precaución al volante. En el último informe de incidencias de la Junta de Castilla y León, actualizado a las 19:00 horas, se dio cuenta de la existencia de balsas de agua puntuales en la SG-114, de subida a La Pinilla; en la SG-222, de Aguilafuente a Navalmanzano; y en la SG-342, de Cuéllar a la carretera SG-333.