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Un contingente de temporeras marroquíes palió este año la falta de efectivos laborales para la campaña de la fresa en la provincia de Segovia. La Subdelegación del Gobierno expuso ayer los datos de piloto en una reunión de la comisión provincial de Flujos Migratorios: 254 ... mujeres procedentes de Huelva, la campaña más importante del sector en España, que han estado en diferentes municipios de Segovia desde junio hasta finales de año.
La comisión provincial se reunió con la presencia de la dirección general de Migraciones, la dependencia de Trabajo, miembros de la Guardia Civil, seguridad social, Servicio Estatal de Empleo, Agricultura o Extranjería. También han formado parte del proyecto sindicatos y organizaciones agrarias como Comisiones Obreras, UGT, la Unión de Campesinos de Castilla y León o Asaja. Esta comisión se constituyó en Segovia abril de 2008, pero no retomó su actividad hasta 2018.
En febrero, las empresas pidieron efectivos para suplir la falta de efectivos laborales en el mercado español y europeo. «Se puso de manifiesto que el sector de la planta de la fresa, en un momento álgido de la campaña (septiembre y octubre), necesita una cobertura de alrededor de unos 2.000 puestos de trabajo para los que no se encuentra demandantes de empleo en el mercado nacional, por lo que se tiene que acudir a trabajadores del mercado exterior», resumió la subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín. En septiembre del año pasado había 3.980 trabajadores afiliados al régimen especial agrario, mayoritariamente en la categoría de peón agrícola. De ellos, el 83% eran extranjeros. Las campañas agrícolas se caracterizan por su temporalidad. En diciembre de 2018 solo permanecían en alta 1.054 trabajadores.
Esta carencia de efectivos nacionales se remonta a principios de siglo. Entonces se suplió con trabajadores de Bulgaria o Rumanía, que aún representan el origen principal de los empleados migrantes del sector. La cifra de trabajadores desplazados este año para la participación en labores agrícolas en la provincia de Segovia roza los 2.500. Martín relata un «cierto agotamiento» en el desplazamiento desde estos países en los últimos años. Por eso, los sindicatos agrarios solicitaron cubrir 500 puestos tras la campaña de 2018. El Ministerio de Trabajo dio respuesta a la demanda a través del sistema de migración circular: expedición temporal del visado en el país de origen –Marruecos– y regreso al mismo una vez acabada la relación laboral.
Los antecedentes con Marruecos, el principal suministrador de temporeras para la campaña de la fresa en Huelva, le hicieron el socio ideal. Martín habla de una «experiencia piloto» con ofertas de empleo a trabajadoras marroquíes con experiencia previa en la provincia andaluza. Fueron ofertas nominativas y de carácter temporal que permitían a las mujeres trabajar nueve meses al año, sin que la recogida de Huelva coincidiera con la segoviana. «Son trabajadoras experimentadas y altamente cualificadas», explica. El servicio de Empleo de Marruecos seleccionó a las trabajadoras y el empresario tenía la obligación de organizar los desplazamientos –pagar, al menos, el primero de los viajes y el retorno hasta el puerto fronterizo de Tarifa– así como establecer un «alojamiento adecuado». La remuneración era el Salario Mínimo Interprofesional del sector.
El resultado final apenas cumplió la demanda de trabajadoras por parte de las cuatro empresas segovianas participantes; de los 500 solicitados, se autorizó el desplazamiento de 295 trabajadoras y fueron contratadas 254. «Hemos querido ser prudentes. Ha sido el sector de la fresa el que ha ajustado la relación entre la oferta y la demanda para la actividad laboral y el alojamiento», subraya Martín, que esgrime un procedimiento «muy garantista» en busca de un «alojamiento digno y en condiciones humanitarias».
El primer expediente se aprobó en Fuente el Olmo de Fuentidueña, entre el 15 de junio y el 25 de agosto. Posteriormente se tramitaron tres expedientes más para el periodo del 10 de julio al 30 de octubre, en las localidades de Chañe, Navalmanzano y San Martín y Mudrián. Por último, se realizó la tramitación acumulada de dos nuevos expedientes entre el 20 de septiembre y el 30 de diciembre para Chañe.
El 80% de las trabajadoras desempeñó «con normalidad» su labor. El resto regresó por razones de salud o situaciones como un embarazo, partos inminentes o enfermedades propias y de la familia. Martín subrayó que el instrumento «consolida un sistema de buenas prácticas» en la migración circular. «Tiene en consideración las necesidades de las trabajadoras y del mercado agrícola de la provincia. Esperamos que se puedan desarrollar nuevos procesos migratorios». La idea es repetir el próximo año la experiencia con Marruecos. No ha habido demanda de otros sectores agrícolas.
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