La provincia regresó en octubre a niveles de junio con 40 muertes con coronavirus

De septiembre a octubre, las muertes por coronavirus en la provincia aumentaron un 81%. Se pasó de 22 durante el noveno mes del año (que es la mortalidad más baja registrada durante la pandemia), a 40 al siguiente. Esos efectos del empuje de la llamada segunda ola no se notan solo en el ascenso constante en el número de positivos o en el aumento de pacientes ingresados en el Hospital General. El crecimiento de la incidencia del virus con la llegada del otoño ya se ha visto reflejado también en la tasa de mortalidad por covid, según los datos que cada día actualiza la Junta de Castilla y León.

Los guarismos de octubre son, sin embargo, los cuartos mejores desde el estallido de la pandemia, entre finales de febrero y principios de marzo. Tan solo de julio a septiembre –con 37, 29 y 22 decesos, respectivamente– hubo menos defunciones que en octubre por coronavirus. Pero el cambio de tendencia que supone, y sobre todo por la forma en la que se produce (con casi el doble de fallecimientos de un mes a otro), aumenta el temor a que la mortalidad por covid-19 siga subiendo durante los próximos meses. De momento, durante el primer día de noviembre no se registraron nuevas defunciones por coronavirus (el Hospital General sí que comunicó un deceso el 1 de noviembre, previsiblemente producido el día anterior).

De los cuarenta fallecimientos registrados por la Junta en la provincia durante el mes pasado, menos de la mitad, 16, se produjeron en el Hospital General. Es decir, otros 24 se lamentaron en centros residenciales o en domicilios. No se trata de una circunstancia especial, ya que desde el inicio de la pandemia se han producido más muertes por coronavirus fuera que dentro del centro sanitario.

Si la segunda ola ha afectado a una zona básica de salud de la provincia por encima del resto esa ha sido la de Riaza. El brote declarado a principios de mes castigó especialmente a la residencia de la principal localidad del área. Ese daño también ha tenido su reflejo en la mortalidad. Así, con once decesos notificados, uno de cada cuatro fallecimientos a causa del coronavirus registrados en la provincia el pasado mes corresponde a la zona básica de salud de Riaza. Pero no ha sido la única damnificada por el virus. Segovia Rural, que agrupa a los pueblos situados alrededor de la capital, también ha lamentado otras siete muertes por covid-19 durante octubre. Es decir, casi la mitad de los óbitos por la enfernedad registrados en octubre se localizaron en las dos áreas citadas.

Las zonas básicas de salud de Carbonero el Mayor y de Nava de la Asunción, con cuatro muertes por covid, también han sufrido las consecuencias de la enfermedad, mientras que en la capital Segovia III (ambulatorio de San Lorenzo) lamentó tres decesos y Segovia II (ambulatorio de La Albuera) otros dos. En la zona básica de salud de Cuéllar hubo tres; en las de Villacastín y Cantalejo se contabilizaron dos y en las zonas básicas de Sepúlveda y San Ildefonso, una defunción por coronavirus.

Tan solo cinco áreas de la provincia no añadieron nuevas defunciones por la enfermedad durante el mes de octubre. Entre ellas se encuentran dos de las más pobladas de la provincia, como son la de Segovia I (ambulatorio de Santo Tomás) o la zona básica de El Espinar. Completan la lista de un octubre sin defunciones las zonas básicas de salud de Navafría, Sacramenia y Fuentesaúco de Fuentidueña, esta última la única de toda la provincia sin nuevos contagios detectados durante los últimos siete días.