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Fue una velada bonita, para el recuerdo. Un entrañable prólogo al Día de la Provincia, que vuelve a celebrarse después de muchos años, demasiados, en el olvido. Los integrantes del Nuevo Mester de Juglaría recibieron la Medalla de Oro de la Provincia y los segovianos Ricardo Díez, Alfredo Matesanz y Pedro Delgado sus respectivos títulos de Hijo Predilecto de esta querida tierra. El acto central tuvo lugar sobre el escenario del teatro Juan Bravo, sobriamente engalanado para la ocasión. Allí, delante de todos los miembros de la corporación provincial, el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, fue entregando las distinciones. El Nuevo Mester de Juglaría, próximo ya a cumplir cincuenta años de existencia, recibió la Medalla de Oro de la Provincia, máxima condecoración que entrega la institución. En representación del grupo habló Fernando Ortiz, que agradeció el gesto de la Diputación. «De lo que más hemos presumido en todo este tiempo ha sido de ser segovianos, segovianos de la capital, pero también de la provincia. De las entrañas de esta provincia ha salido lo mejor de nuestro repertorio, porque la música que nosotros hacemos ha salido de la tierra, de las gentes que generosamente nos daban canciones y retazos de su alma, tan apegada a esta querida tierra. Gracias es, esta noche, la palabra clave». No pudieron resistirse los chicos del Mester y esbozaron, a capela, el estribillo de la 'Chica segoviana', una de sus jotas más célebres y queridas.
Los títulos de Hijo Predilecto de la Provincia fueron para Ricardo Díez, decano de los alcaldes de España, pues lleva al frente del Ayuntamiento de Castillejo de Mesleón la friolera de cincuenta y cinco años; el periodista Alfredo Matesanz, con cuatro largos decenios delante de los micrófonos de Radio Segovia; y el ciclista Pedro Delgado, campeón del Tour de Francia de 1988 y de la Vuelta a España de 1985 y 1989. (Delgado no pudo asistir, pues compromisos laborales lo tienen estos días en Japón). Ricardo Díez recogió su título visiblemente emocionado. «Llevo cincuenta y cinco años trabajando, día a día, por mi pueblo, al que tanto quiero», dijo, como carta de presentación. Diputado provincial entre los años 1979 y 1983 y 1987 y 1991, Díez alabó el trabajo de los alcaldes, reivindicó las mejoras que ha introducido en su pueblo, «que tanto ha progresado», agradeció el apoyo a la Diputación, «la madre de todos los pueblos» y pidió a los actuales diputados que se lleven bien. «Yo estoy orgulloso de ser del Partido Popular, pero puedo presumir de haberme llevado bien con gente de todos los partidos», aseveró, entre aplausos.
Alfredo Matesanz también agradeció la distinción. «A lo largo de mis cuarenta y cinco años en la radio he tenido la oportunidad de conocer a fondo la provincia y a todos sus alcaldes, y sé lo difícil que es ser alcalde. Lo difícil y lo bonito, al mismo tiempo. Ahí radica la política en estado puro, porque se está al servicio de los vecinos las veinticuatro horas del día». Matesanz recordó cómo la radio también ha servido, en todos estos años, para vertebrar la provincia, para llevar, al último rincón de Segovia, las pequeñas y grandes cosas del día a día. «Recibir el título de Hijo Predilecto de la Provincia es algo que no ocurre todos los días», concluyó, emocionado.
El presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, cerró el acto. «Tenemos la obligación de mantenernos siempre fieles a nuestra identidad, forjada en el transcurso de nuestra historia y que refleja lo que ha caracterizado al pueblo de Segovia. Un pueblo de acogida de otros pueblos, generoso con los que llegan a compartir con nosotros su vida. Pero no es la hospitalidad el único valor que blasona nuestro espíritu; también nos caracteriza nuestra laboriosidad, nuestra rectitud en el obrar, nuestra palabra dicha que, firmada con un apretón de manos, no precisa de papel alguno», dijo. Vázquez abogó por defender y reivindicar la identidad de la provincia de Segovia, constituida a su vez, por la suma de las identidades de los municipios que la integran.
La foto de familia puso el broche a una velada que había comenzado hora y media antes en el Palacio Provincial, donde los miembros de la Corporación recibieron a los distinguidos al son de la dulzaina y el tamboril. Formando un alegre pasacalles, la comitiva desfiló en dirección al teatro Juan Bravo, en cuya puerta, el grupo de danzas de Fuentepelayo interpretó tres piezas paloteadas. La popular entradilla intepretada a la dulzaina por Joaquín González-Herrero, discípulo de Agapito Marazuela, dio la bienvenida al teatro, donde se encontraban numerosos alcaldes de la provincia, así como familiares y amigos de los premiados. Al final de todo, concluido el discurso del presidente de la Diputación, la banda de dulzainas subió de nuevo al escenario para interpretar la Jota Comunera de Agapito Marazuela, que remataron con un corrido compuesto por Joaquín González-Herrero y Las Habas Verdes.
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