Una persona mayor conduce un coche en una calle de Segovia. Óscar Costa

Segovia

La provincia cuenta ya con 11.000 conductores de más de 70 años

Tráfico ·

El envejecimiento general de la población eleva también la edad de las personas con carné de conducir

Carlos Álvaro

Segovia

Viernes, 16 de junio 2023, 06:41

A finales de 2018, había 3.705 conductores en la provincia de Segovia que había rebasado los 74 años. A día de hoy son 5.941. El envejecimiento de la población y el cambio en los usos y costumbres marcan la tendencia, que augura cifras ... más abultadas en los próximos años. Esos 5.941 automovilistas de más de 74 años suponen un 5% del censo de conductores en territorio segoviano, que ronda los 118.808, pero los porcentajes de veteranos al volante se disparan si se tienen en cuenta a los conductores de entre 65 y 69 años (7.834) y de entre 70 y 74 años (5.071). En total, 11.012 conductores rebasan los 70 años.

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«Estas cifras crecen porque cumplimos años. No es un crecimiento exponencial, pero nos hacemos mayores y cada vez hay menos niños. La causa principal del incremento es algo tan natural como el envejecimiento. Hay más esperanza de vida, más calidad de vida y mejores cualidades para conducir», señala el jefe provincial de Tráfico, Pedro J. Pastor.

No obstante, es preciso relativizar los datos que arroja un censo de conductores evidentemente envejecido. Para muchas personas, la edad no es impedimento para conducir en el pleno ejercicio de la facultades físicas y psíquicas. «Tengo conocidos de 80 años que están en perfectas condiciones para conducir y sé de personas menores de 60 años que no. El DNI, pues, no aporta mucha información. Lo más importante es que los reconocimientos médicos detecten si una persona mantiene las condiciones psicofísicas necesarias para ponerse al volante y puede renovar el carné», apunta Pastor, reacio a conceder a la cuestión de la edad más importancia que la debida, pues injustamente suele relacionarse edad con accidentes de tráfico. «Si nos estamos acercando a situaciones difusas, igual hay que plantearse reducir los límites máximos de las renovaciones de permisos y proceder a someter a la persona en cuestión a reconocimientos médicos con más frecuencia».

El asunto no es sencillo. La único que exige la norma es que el automovilista tenga una condiciones óptimas para ponerse al volante. Si no posee esas capacidades, no obtendrá la renovación del permiso, independientemente de la edad que tenga. Pero lo que la Dirección General de Tráfico no puede controlar es la evolución que una persona tenga en cinco años. «Seguridad no tenemos ninguna. Con 40 años te puede dar un infarto conduciendo y tener un accidente. Suponemos que los médicos profesionales, cuando examinan a una persona, detectan si puede o no seguir manejando un coche», precisa el jefe de Tráfico.

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En cualquier caso, Pastor apela a la responsabilidad de cada uno: «Vas cumpliendo años y los reflejos y la capacidad de procesar la información que te llega cuando vas conduciendo se reduce. Debemos ser conscientes de ello e ir adaptando nuestra conducción, anticipándonos mucho más, yendo más lentos si hace falta... La mayor parte de los accidentes en los que se ven implicadas personas mayores se producen en enlaces o cambios de sentido, en las salidas de los autovías, etcétera».

Pastor considera erróneo relacionar las causas de los accidentes con la edad, aunque la estadística pueda hacer pensar otra cosa. Entre 2012 y 2022, 110 personas han perdido la vida en las carreteras de la provincia de Segovia, de las cuales 37 tenían más de 65 años o más, cifra que dista de los 16 fallecidos con edades comprendidas entre los 25 y los 34 años y entre los 55 y los 64 años, por citar dos ejemplos. «En Segovia hay muchos más conductores mayores que jóvenes. Es una provincia con población envejecida y va a más. Hay personas mayores implicadas en accidentes de tráfico, pero no son porcentajes muy elevados. Suele decirse que los mayores son un peligro para la seguridad vial, pero más peligrosos son los que circulan por encima de la velocidad permitida. Así que, de inseguros, nada. Las personas mayores circulan más despacio y son más prudentes», insiste el jefe de Tráfico.

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El carné de conducir tiene una vigencia de 10 años hasta que se cumplen los 65 de edad. A partir de ese momento, el conductor debe renovarlo cada lustro, igual que están obligados a hacerlo los conductores profesionales. Son los plazos máximos. Los centros de reconocimiento médico deciden en función de la situación personal, porque pueden permitir la renovación del carné con limitaciones, revisable o incluso por un tiempo inferior.

Para una persona mayor, la pérdida del permiso de conducir debido a la reducción de sus capacidades es difícil de sobrellevar, especialmente en el medio rural, donde las posibilidades de encontrar un sistema de transporte son infinitamente menores. «Esto nos obliga a ser exquisitos en la valoración. Hay situaciones en las que se puede dejar conducir a una persona, limitando su conducción a horas diurnas o a trayectos ajustados, por ejemplo, a un radio de 50 kilómetros, de manera que pueda desarrollar su vida con cierta normalidad sin que ponga en riesgo la seguridad vial. Esto está en manos de los centros de reconocimiento médico. Ellos son los que deben valorar».

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Jóvenes

En el otro extremo del cuadro de edad, la Dirección General de Tráfico viene observando desde hace años un descenso del número de conductores jóvenes. En estos momentos, la provincia solo tiene 2.483 conductores con edades comprendidas entre los 18 y los 20 añoas (los 140 de entre 15 y 17 años son conductores de motocicletas). La cifra aumenta a los 7.078 en la franja de 21 a 24 años. «Antes, para un joven que cumplía los 18 años, era prioritario sacarse el carné. Tener un coche era símbolo de estatus y te permitía una capacidad de movimiento plena. Ahora mismo ninguno de estos dos factores es determinante, porque tener coche no es socialmente relevante, salvo que sea un Ferrari, y hay una red de transporte público más desarrollada», explica Pedro J. Pastor. Los jóvenes esperan, pues, unos años para ir a la autoescuela.

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