La proporción de usuarios de Tinder es de cuatro hombres por cada mujer

La perspectiva general que brinda esta aplicación es que la población masculina que entra en ella supera en mucho a la femenina: en un amplio radio en torno a la capital, hay más de cuatro hombres por cada mujer.

Ante la falta de datos provinciales por parte de la empresa generadora de este contenido, este periódico realizó la misma búsqueda para calibrar la presencia de cada género. La aplicación permite filtrar el rango de edad desde los 18 a los 100 años y, a priori, también habilita al usuario ha establecer un radio geográfico en kilómetros de distancia para localizar sus posibles 'matches'. El criterio de búsqueda no restringió el abanico de edad y planteó una distancia máxima de diez kilómetros desde Segovia capital.

Si bien es cierto que la aplicación respeta el filtro de la edad, alterna perfiles que están dentro de la ubicación marcada con otros que sitúan al otro usuario más lejos, incluso cuadruplicando la distancia deseada, ya en la Comunidad de Madrid, lo que eleva el número de aspirantes.

En esencia, alterna candidatos a un kilómetro con otros que se encuentran, por ejemplo, a 37. Todo se sustenta en la lógica de que el número de 'likes' en la versión gratuita de la app es limitado –si se supera un cierto número en un espacio de tiempo impide al usuario dar más durante las siguientes doce horas–, así que esa forma indirecta de 'distraer' al usuario busca el fin último: conducirle a pagar una suscripción en la que los 'síes' y 'noes' son ilimitados y pueda incluso ubicarse en otra ciudad para buscar contactos allí.

La aplicación concreta casi cualquier escenario de género en la definición del perfil, incluidas opciones más allá del modelo binario, así como una decena de orientaciones sexuales. El número de perfiles es tan cambiante como la movilidad humana: el criterio es la ubicación, así que los perfiles de una zona cambian constantemente.

El estudio estadístico consistió en dos búsquedas simultáneas: una cuenta con perfil masculino heterosexual en busca de mujeres y otra de mujer heterosexual en busca de hombres, en pos de obtener la muestra más amplia posible. El ejercicio consistió en rechazar todos los candidatos hasta agotar el catálogo. El resultado de esta exploración arrojó la siguiente proporción: 726 mujeres y 3.142 hombres. Es decir, más de cuatro hombres por cada mujer.

Cuando en el año 1994 nació Match.com, la primera plataforma de citas, era muy rudimentaria. Tinder y Meetic, dos de las preferidas para encontrar la media naranja a día de hoy, son de la misma compañía, Match Group. Tinder es la aplicación de citas más popular del mundo desde su lanzamiento hace doce años. Ha sido descargada más de 530 millones de veces y está disponible en 190 países. Más de la mitad de sus usuarios tienen entre 18 y 25 años.

El paso de los años ha hecho avanzar en la especificación de las búsquedas, que se han vuelto más concisas. La principal pregunta para diferenciar perfiles es: '¿Qué buscas?' Y las opciones de respuesta van desde 'relación estable' a 'relación, pero ya veremos', 'rollos, pero ya veremos', 'rollos cortos', 'hacer amigos' y una última opción que es la de 'no lo tengo claro'.

Esta elección es obligatoria para completar el perfil, así como la publicación de dos fotografías. A partir de ahí, la aplicación da manga ancha al usuario para concretar qué muestra, desde estudios a hábitos como el consumo de alcohol, tabaco o la práctica de ejercicio físico. También permite enseñar si se tienen mascotas, qué horóscopo se es y hasta doscientas etiquetas sobre gustos e intereses, que van desde los deportivos, culturales y musicales hasta los políticos o sociales. De ellos, el candidato se ha de quedar con un máximo de cinco.

Esa información aparece en los perfiles de los usuarios, pero la toma de decisión es fundamentalmente visual. La socióloga Sara Fernández realizó en 2021 un estudio entre 765 universitarios del Campus María Zambrano de la Universidad de Valladolid en Segovia y jóvenes entre 18 y 25 años sobre el uso de las aplicaciones de citas. La conclusión fue que un 78% las utilizaban para buscar sexo y que el 94% de los 'likes' respondían a la atracción física. Las mujeres consultan más el perfil, especialmente la descripción verbal del usuario.

El dilema de un contexto así es hasta qué punto garantiza la seguridad de las citas. Tinder plantea herramientas como el bloqueo de contactos de la agenda a los que evitar, tanto si ya están en la app como si se incorporan más tarde. El propio chat facilita la opción de denunciar a los aspirantes por mensajes inapropiados.

Dentro de la conversación, plantea alertas antes de enviar un comentario problemático o un código numérico como un teléfono móvil o una tarjeta de crédito: '¿Te incomoda el mensaje?' y '¿Estás seguro?' son preguntas que hace la aplicación en previsión. Asimismo, detecta términos relacionados con la incitación al odio, la explotación sexual o el acoso. Con todo, no impide el envío del mensaje. La empresa argumenta que ha contribuido a reducir estos mensajes en un más de un 10%.

Otra opción es la verificación de la fotografía, una función en la que el usuario se hace una serie de instantáneas tomadas 'in situ' y la app verifica que es la persona que figura en el perfil. Desde abril de 2023, el proceso suma un 'vídeo selfie'. A partir de esta nueva funcionalidad, los candidatos pueden escoger hacer 'match' solo con aquellos aspirantes que tengan su foto verificada, recibiendo mensajes únicamente de este tipo de perfiles. Casi el 40% de los consumidores de esta herramienta tienen ya la marca azul que acredita esa verificación.

El centro de seguridad concreta una serie de consejos como no enviar dinero ni compartir información financiera; proteger la información personal; no fiarse de personas que afirman ser del mismo país, pero se encuentran atrapados en otro sitio, especialmente si piden ayuda económica para volver a casa, así como denunciar todos los comportamientos sospechosos u ofensivos.

La aplicación móvil también aconseja no quedar en persona en la primera cita y utilizar las funciones como el videochat para ver si la persona es quien dice ser: «Antes de intimar, hablar sobre la salud sexual y posibles enfermedades: dar el consentimiento siempre antes de mantener relaciones sexuales», informa.