Segovia
La producción de cereal se reduce un 50% pese a las lluvias tardías de primaveraSegovia
La producción de cereal se reduce un 50% pese a las lluvias tardías de primaveraLas lluvias de los últimos días de la primavera no serán suficientes para salvar la cosecha de cereal de este año. Las altas temperaturas registradas durante abril y la ausencia de precipitaciones durante varios meses han hecho que peligre entre el 50 y el 80% ... de la producción de cereal de la provincia, según afirman los agricultores y detallan las organizaciones profesionales agrarias.
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Del cereal y de leguminosas de secano, la cosecha está prácticamente perdida, a excepción de aquellas plantaciones más tardías, aunque la hortaliza y los cultivos de regadío podrían llegar a salvarse, gracias al alivio de las lluvias de junio, que pueden evitar las limitaciones de riego que estaban previstas. Estas aún se pueden mantener en algunas zonas, lo que afectaría principalmente a aquellos agricultores cuya extracción principal se encuentra en los ríos.
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En concreto, la situación está «fastidiada, el campo está fastidiado de verdad», apunta Tomás Martín Nieto, responsable de cultivos herbáceos de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) en Segovia. Incluso se cuestiona si algunos agricultores llegarán a poder cosechar algo este año. La única solución ha sido la llegada de la lluvia, lo que no ha llegado a ayudar a que la cosecha sea buena y abundante, pero sí «como mínimo para cubrir costes». Si no llega a llover la campaña «habría sido desastrosa», asegura. En parte lo ha sido, pues muchos agricultores apenas podrán recoger grano.
A ello hay que añadir que este año, por efectos de la guerra en Ucrania, los costes de los agricultores han sido mucho más elevados que en una campaña normal. Productos como el fertilizante se han pagado al doble de precio que el año pasado. «Hemos tenido que cubrir costes casi de dos campañas», apunta Martín, que asegura que todo ello va a repercutir en el precio de los alimentos, pues la oferta será menor. Pero también en algunas explotaciones, que, debido a la complicada situación, van a ver afectada su viabilidad.
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La falta de cosecha de este año dificultará aún más la situación, pues será complicado tener una amplia oferta de semilla para el año que viene. Para tratar de salvar su cosecha, algunos agricultores de cereal han llegado a regar sus cultivos ante una situación que para muchos ha sido desesperada, pues la única solución era la llegada de la lluvia, que no ha hecho aparición a tiempo de salvar sus cosechas.
Las ayudas de las administraciones pueden ser un salvavidas para algunos agricultores, además de los seguros para los cultivos herbáceos. Sin embargo no todas las explotaciones cuentan con un seguro de rendimientos en la provincia. Aunque no se cuenta con cifras exactas, Martín apunta que en torno a la mitad de los agricultores podrían no tener este tipo de seguros, que no llegan a cubrir costes, pero ayudará a poder mantener la actividad. «La persona que no haya hecho el seguro lo va a pasar mal», destaca.
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Eso teniendo en cuenta que este tipo protección no llega a cubrir el total de la cosecha. Dependiendo de la zona, del manejo y del historial, se asignan unos rendimientos, unos kilos por hectárea de los cultivos. De ellos, el 30% no se cubre y aún faltaría una peritación. El precio del kilo que se paga está prefijado, por lo que este tipo de seguros «te puede llegar a aliviar, ayudar a poder sembrar este año», apunta Martín. Si se encauzan dos o tres años malos, los seguros bajarán los rendimientos, por lo que cada temporada será menos rentable.
Las lluvias de los últimos días van a ayudar «muy poco», a juicio de Martín, que explica que seguramente terminará granando los cereales de primavera, ya que hubo siembras un poco tardías y «puede que les ayude algo, a mitigar un poco las pérdidas», pero los de invierno «nada». «Este año es horroroso, apunta tajante». En provincias como Segovia, junto con Ávila y Salamanca, que son más tempranas a la hora de sembrar y cosechar, la lluvia apenas se notará, aunque sí será más beneficiosa en zonas norte de la región, aunque no en aquellas en las que el granizo ha hecho su aparición, ya que en algunas zonas ha arrasado los cultivos.
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Si las próximas semanas son de temperaturas suaves y lluvias, los agricultores optarán por retrasar algo la cosecha, puesto que beneficiará algo a la granación del cereal. Durante estos días y a comienzos de julio comenzará la temporada, también con los ojos puestos en otros compañeros de comunidades que ya han empezado a segar. En concreto, en Extremadura, las primeras recolecciones han dejado una producción de unos 700 kilos por hectárea en zonas que tienen rendimientos habituales de entre 3.500 y 4.000 kilos por hectárea, por lo que la cifra se sitúa únicamente en torno a un 25% de la producción habitual. En Segovia, las previsiones apuntan a unos 1.000 kilos por hectárea, pero todo puede variar en una semana.
Y con esos datos, los agricultores tienen que hacer cálculos. Quienes tienen cosechadora en propiedad, realizarán la recolección del cereal casi con toda seguridad, pero aquellos que no disponen de la maquinaria y tienen que alquilar la máquina o el servicio, estudiarán si les será rentable. Para muchos, se trata de salvar su explotación y poder continuar con su actividad.
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En líneas generales, la cosecha va a ser «de mala a catastrófica», según apunta Pablo Rincón, secretario general de Asaja. Su organización explica que muchas parcelas, independientemente de la meteorología de los días pasados, ya no tienen solución, por lo que en torno del 50% de la cosecha está perdida. El presidente de la agrupación, Guzmán Bayón, lo ratifica. Algunos cultivos ya no tienen solución, aunque «en las zonas más tardías podría salvarse».
Con los últimos datos, ya se conoce que muchas parcelas no se van a cosechar, puesto que no hay producto, «están al 0%». La situación en los últimos tiempos se ha complicado mucho, puesto que los costes son muy elevados y las pérdidas económicas «van a ser grandísimas». El coste de producción de una hectárea de cereal en Segovia este año se ha situado entre los 800 y los 1.200 euros, dependiendo de las zonas.
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Rincón detalla que a aquellas siembras tardías, que aún estaban verdes, «les ha venido bien esta agua, se va a asegurar algo más de producción que la que había», al igual que ocurre con la siembra del girasol. Sin embargo, las tierras que estaban sembradas tempranas y ya se encontraban secas, la lluvia «no les va a hacer nada, esa cosecha se va a perder independientemente del agua». También podrá ser beneficioso para que puedan remontar ciertos pastos y el ganado pueda tener más alimento, aunque de paja será un año malo. En las tierras sembradas que no ha crecido en su momento, se quedarán pequeñas.
En líneas generales, respecto al año pasado Asaja cifra las pérdidas en torno a un 60%, con el problema añadido de que «la sementera que se ha hecho este año ha sido la más cara de la historia» debido a los altos costes de abonos, fertilizantes, gasóleos e incluso la maquinaria. A ello se une un desplome generalizado de los precios del cereal que preocupa mucho en el sector. «La situación es mala», asegura Rincón. Su organización ha pedido que los seguros agrarios hagan su función y respondan, además de pedir a las administraciones públicas que articulen medidas para los agricultores en las sequías, «para paliar un poco esta situación».
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La situación es diferente en los cultivos de regadío. En su caso, las recientes lluvias sí que han ayudado. «Son riegos que se evitan, no han necesitado regar o regar tanto, y si tenían limitación de litros, esos los van a poder utilizar más adelante», comenta RIncón. Todo ello sin olvidar el ahorro que supone en costes como carburantes o electricidad.
En Asaja consideran que aunque las condiciones también parece que son difíciles, la disponibilidad de agua, si no existen limitaciones de riego ni escasez en los sondeos, permitirá regar y recoger la cosecha. «El regadío no tiene la problemática del secano», declara Rincón. En este sentido, considera que «son muy pocas parcelas» de secano las que se pueden haber regado en la provincia de Segovia. Según Guzmán Bayón, no compensa regar con perforaciones que no se han utilizado en los últimos años, pues puede ser más problemático en cuestión de averías y montajes que realmente lo que se pueda cosechar. A ello habría que sumar el precio del gasóleo, por lo que solo compensaría si el cereal tuviera un precio alto al final y si se consigue una semilla de calidad para poder sembrar la próxima temporada.
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