Cuando la Gimnástica Segoviana asumió el reto de jugar en Primera RFEF entre los mejores 82 equipos de España veía necesario dar un salto a todos los niveles. Lo ha hecho en algunos puntos –una masa social casi duplicada hasta los 2.000 aficionados y ... una nueva iluminación en La Albuera–, pero hay batallas endémicas como las instalaciones deportivas. La aspiración era disponer del campo de las pistas de atletismo Antonio Prieto con exclusividad, pero no ha sido posible porque no sobran campos en la ciudad. Así que compartirlo es norma, incluso con otros equipos del club que no tienen otro acomodo. «Tengo claro cuáles eran las mejores circunstancias de entrenamiento para nuestro equipo. Eso es lo que pretendíamos, pero al final ha sido una quimera», subraya su entrenador, Ramsés Gil.
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El invierno empeora el campo, que paga las consecuencias del sobreuso y de la meteorología. «Son dos factores con los con los que tenemos que convivir». El esguince de Carmona y la rotura de los tendones de Sergi Molina ocurrieron allí. Y en esa lucha de detalles para lograr la permanencia, los azulgranas no van sobrados. «El orden de prioridades es cuidar La Albuera porque competir con la hierba mal nos perjudica muchísimo. Y luego, priorizar la hierba natural siempre que sea posible».
Los atletas usan puntualmente el verde. «Eso no le hace daño a la hierba, son los entrenos de fútbol y de rugby. La mejoría como club era que el campo únicamente lo utilizáramos nosotros, pero ahora hay muchos más equipos, sobre todo con la escalada del fútbol femenino». Cuadrar a los clubes en instalaciones no es algo ajeno para Ramsés, que pasó 14 años en el Instituto Municipal de Deportes. «Es una de las tareas más desagradables que puedas hacer porque nunca aciertas con nadie. Entiendo que siguen en esa misma tesitura y punto. Es muy difícil pasar de cero a cien en el tema de instalaciones; intuía que pedir exclusividad no iba a ser nada fácil y resulta que es el año que más uso se le está dando».
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Ramsés evita una relación directa entre el césped y las lesiones, que median otros factores. «La intensidad de los entrenamientos, los choques… Pablo [Carmona] sí que estaba solo y pisó un bache, pero la de Sergi fue un duelo en el que pisó mal». El concejal de Deportes del Ayuntamiento de Segovia, Jesús Garrido, argumenta que las lesiones son algo natural: «Prueba de ello es que allí hay más de cien deportistas de fútbol, rugby o atletismo y no ha habido ninguna lesión. Son campos deportivos, no hay una exclusividad de nadie». Entre los planes municipales está sumar un nuevo campo en Nueva Segovia, junto al Elena Fortún, para aliviar la presión en el resto, pero el proyecto no tiene fecha.
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Ramsés asume que el rugby «se lleva el campo por delante porque es el deporte que es», pero apunta que los Lobos solo lo usan cuando el rival de Madrid decide venir. Y el remedio –llevar algún entreno semanal a la hierba artificial– es peor que la enfermedad. «Es híper lesiva, aunque parezca muy bonito y muy plano. Es criminal para un equipo profesional y la trataremos de evitar al máximo». La Sego hace cuatro sesiones a la semana en las pistas y una quinta en La Albuera, un privilegio en la categoría. «Si te pones a revisar equipo por equipo en Primera RFEF, no sé si habrá tres que entrenen siempre en hierba natural». Será un ejercicio diario: elegir el mal menor en función del agua, la nieve y cómo se pele la hierba, que frena su crecimiento en invierno.
Davo lleva más de un mes sin marcar –desde el 2 de noviembre ante el Barça Atlètic– y pese a dar cuatro jornadas de margen al resto de goleadores, sigue siendo pichichi del grupo. «Un delantero quiere marcar siempre gol, pero ganando en el 97, como si lo mete Ramsés desde el banquillo. Ojalá fueran así todos los partidos. Cuando marcó Astray el 2-2 chimpé [saltar] al campo como un loco, pero fue llegar al banquillo y celebrar otro gol. Casi jodo un isquio corriendo». La remontada ante el Andorra permitirá a la Sego iniciar su duelo mañana (15:30 horas) ante Unionistas fuera del descenso.
Con las lesiones, especialmente la ausencia de dos centrales, el gallego presume de equipo «Chupo tiene más años de experiencia que las piedras de Segovia». Y elogia el gol de Fer Llorente al Andorra, olvidado por lo que pasó después: «De repente manda un zambombazo por la escuadra y se queda tan tranquilo. Y el de Astray, ni contarlo. Con la mala suerte que tuvimos otros partidos, merecíamos esta victoria a la épica». Como bastión goleador confía en la faceta ofensiva. «Seguramente llegarán esos partidos sin encajar y haremos muchos más puntos».
Ninguna reaparición de lesionados parece inminente. Rodrigo Sanz está entrenando con el grupo, pero sin choques, para proteger el hombro. David López podría incorporarse la semana que viene al grupo, quizás el regreso más esperado porque Sergi Molina tendrá seguramente para dos meses por su rotura de ligamentos en el tobillo y está recuperándose en Alicante. Carmona no entrará en convocatoria esta jornada pero quizás pueda hacerlo la semana siguiente. Como consuelo, Unionistas lo dio ayer todo ante el Rayo Vallecano, que volteó un 2-0 en Copa para ganar 2-3. Y ese cansancio jugará también mañana.
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