La primera evaluación de un San Cristóbal más ambicioso

Aunque ocupar el cuarto puesto tras tres jornadas podría equivaler a un notable alto, Diego Gacimartín, técnico del San Cristóbal, aplaza las notas –hablamos de un docente– hasta el final de temporada. «Más allá del rendimiento deportivo, creo que el trabajo que estamos haciendo es muy positivo. El grupo está trabajando bien, todo el mundo está muy implicado». Resalta el avance técnico y táctico en esa fase inicial, así como el margen de mejora. El cuerpo técnico prevé hacer evaluaciones a lo largo de la temporada a partir de segmentos de cinco partidos, pero ha empezado con una a menor escala tras las tres primeras jornadas. «Vemos en la pista muchos de los aspectos que trabajamos en el día a día, eso nos indica que vamos por la línea correcta».

El plan de juego ha implantado cambios significativos respecto a temporadas anteriores. Lo que el año pasado era principalmente un formato 3:1 (el pívot como eje asociativo y tres jugadores por detrás, un dibujo basado en la profundidad) alterna este con un 4:0, más asociativo: busca atacar los espacios libres y llegar a la portería contraria con más elaboración.

«Creo que tenemos polivalencia en el equipo para poder jugar con los dos sistemas. Porque hay equipos que a lo mejor se cierran más y necesitas más un trabajo de 3:1 y otros que te aprietan más y dejan espacio a la espalda, que es lo que busca el 4:0». Algo que enriquece. «Al final, cuantos más recursos tengas, más posibilidades de hacer daño al rival». Y que la plantilla va aplicando. «Muchos jugadores ya entienden cómo hacerlo y cuándo, que es lo difícil».

Los cambios también se traducen en una defensa más agresiva. «Nos intentamos quedar en las líneas de pase para intentar robar cerca de la portería contraria, no defendemos tan atrás, tan individual. Todos los sistemas son igual de válidos, cada entrenador le da su toque». Una arquitectura que parte de una pretemporada con una carga física que su plantilla ha asimilado. «Intentamos que los tiempos de juego sean efectivos, de calidad, que no haya rotaciones excesivamente largas». Una preparación que surtió efecto pese a que hubo más derrotas que victorias. «Como el objetivo era prepararnos para enfrentarnos a equipos que tienen un nivel alto, el objetivo está 'requeteconseguido'. Estamos siendo competitivos».

Una andadura que comenzó con una holgada victoria ante O Esteo, uno de los clásicos de la categoría, en San Cristóbal (6-2). «La clave estuvo en dominar el marcador todo el tiempo. Arrancar bien siempre es positivo, está claro». Una confianza que se multiplicó siete días después en Siero, el primer viaje asturiano. «A pesar de ser un recién ascendido, fuera de casa es muy complicado ganar». No fue sencillo, porque el margen al descanso fue estrecho, apenas 1-2, y los locales fueron mejores en la segunda parte, reconoce Gacimartín. Pero los suyos se rehicieron al empate, volvieron a ponerse por delante y pusieron el 2-4 definitivo a 15 segundos del final.

Así recibieron el sábado al Albense, el 'coco' de Alba de Tormes al que el San Cristóbal respetó quizás más de la cuenta. Con 1-2 al descanso, los locales mostraron una versión más agresiva y empataron dos veces hasta el 3-3 con el que se llegó al desenlace.

Los segovianos usaron más el portero-jugador que los salmantinos y tuvieron ocasiones para llevarse el duelo. Incluso tras el 3-4, en los últimos cuatro segundos tuvieron la última ocasión para empatar. «Evidentemente estamos fastidiados por la derrota, pero si tengo que perder, quiero hacerlo utilizando todas las armas que tengo y con la sensación de que puedo ganar». Un mensaje de ambición que parte del vestuario. «Nosotros proponemos, pero el grupo cree en ello».

Su buen inicio lo pondrá a prueba el sábado el Benavente, líder y gran candidato del grupo al ascenso –un equipo que militó en Segunda y disputó un 'play off' para subir a Primera– que recibe a los segovianos tras haber ganado sus tres primeros partidos. «Vamos a ver qué nivel tenemos, qué somos capaces de hacer fuera de casa».

Un reto que empieza por la superficie de parqué, a la que el San Cristóbal no está acostumbrado, por mucho que entrene una vez a la semana en el Pedro Delgado. Algo que jugará a su favor en la segunda vuelta. Una pista que empieza a conocerse por su buen ambiente de fútbol sala –lo comprobó el sábado la afición del Albense–, especialmente con el primer equipo, pero también con las categorías inferiores. «Lo bueno que tiene el club es que todos los equipos van a ver a todos los equipos. Y en Segunda B hay lleno al cien por cien. El otro día estaba el pabellón muy bonito». El mejor motivo para seguir mejorando.