Un preso propina un cabezazo a un funcionario de la cárcel de Segovia
El trabajador, junto a otro vigilante, estaban realizando un cacheo tras un incidente entre dos reclusos, detalla la Central Sindical Independiente (CSIF)
Un recluso que cumple condena en el centro penitenciario de Segovia ha agredido a un vigilante de la cárcel cuando éste y un compañero ... procedían a cachearle después de haber estado involucrado en un incidente con otro preso. Representantes de la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF) relatan que el suceso ocurrió este pasado domingo 25, en el módulo 3. El interno se revolvió, «se abalanzó violentamente sobre el trabajador y le propinó un fuerte cabezazo en la nariz», lo que le produjo una herida por la que sangraba abundantemente.
En durante la agresión, el reo insultó también a otros funcionarios que estaban presentes. El empleado de la cárcel de Perogordo tuvo que recibir atención médica por parte de los propios servicios del centro debido a la lesión que le ocasionó el golpe recibido en el rostro.
Esta nueva agresión dentro de las instalaciones de la prisión segoviana por parte de un reo a un trabajador es otra gota más que rellena a rebosar el vaso de las denuncias públicas que vienen realizando las organizaciones que representan al personal que vela por la seguridad, el cual se siente desprotegido e indefenso, sobre todo cuando se producen episodios «tan graves» como el de este pasado domingo.
Exigencias de las plantillas
Los representantes de la Central Sindical Independiente de Funcionarios exigen a Instituciones Penitenciarias que se dote de más medios materiales y humanos a la plantilla de profesionales que se encargan de garantizar la normalidad en la convivencia dentro de la cárcel. También subyace en el malestar y en las reivindicaciones de los trabajadores que el Gobierno central siga sin atender su petición para que sean considerados agentes de la autoridad. «Es urgente que se les reconozca porque incrementaría la protección jurídica ante este tipo de hechos», esgrimen en la organización.
«El actual enfoque de gestión penitenciaria, excesivamente permisivo, está generando un clima de impunidad entre los internos, con un aumento de los desafíos a la autoridad y el incumplimiento sistemático de las normas de régimen interior», critica CSIF. En la cárcel de Segovia, la sucesión de altercados y de agresiones verbales y físicas de reclusos a funcionarios empieza a ser cada vez más frecuente.
No han pasado tres semanas desde el precedente más grave en esta escalada conflictiva. También fue en el módulo 3 de la prisión de Perogordo, recuerda la central sindical que fue la que dio la voz de alarma de este incidente ocurrido el pasado día 7 de este mismo mes de mayo. Entonces, un interno, con un notable historial de altercados contra el personal penitenciario, se negó a ser llevado al módulo de aislamiento para cumplir una sanción y comenzó a proferir insultos y amenazas a los empleados. Estos intentaron resolver la situación con diálogo.
Sin embargo, cuando intentaron trasladarlo, el preso arremetió contra los funcionarios propinándoles patadas y puñetazos, relatan en CSIF. Los dos empleados recibieron la baja médica. Tras ser atendidos por los servicios de la cárcel, tuvieron que ser trasladados al Hospital General Universitario de Segovia.
El sindicato independiente reclama, además, la implantación de formación continua y especializada, así como protocolos de prevención frente a la violencia institucionalizada, que viene aumentando de forma alarmante en centros de todo el país.
«Con extrema violencia»
Dos meses antes, la representación sindical de Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) alertó de otro grave ataque protagonizado por un recluso del centro penitenciario de Segovia. En aquel suceso, un interno «reventó» su celda. Estas mismas fuentes contaban que el reo que cumple condena en esta prisión ejerció una fuerza descomunal y «rompió todo lo que estaba a su alcance, haciéndose fuerte en el fondo» de la estancia ante los intentos de los trabajadores de repeler la agresión.
En recluso empuñó un pincho hecho con cristales de la ventana de seguridad que destrozó y con el que amenazó al personal que intentaba reducirle. Testimonios consultados precisaban que el interno se empleó «con extrema violencia». Tal fue así que los funcionarios tuvieron que utilizar cascos y escudos para protegerse de las andanadas del reo, quien también se armó con un palo de madera partido tras arrancar el cepillo de una escoba y que también usó en su ataque.
Veinticuatro horas después, el mismo condenado provocó otro hecho «muy grave que puso en peligro la integridad» de los funcionarios que acudieron a la celda cuando el interno la prendió fuego, revelaron fuentes de Tu Abandono Me Puede Matar.
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