Esther Núñez (Vox) y Rosalía Serrano (PP) presentan el acuerdo de presupuestos el pasado enero. Antonio de Torrre

Segovia

El PP y Vox tensan su relación tras once meses de tira y afloja

El anuncio del pacto de gobierno entre ambas formaciones ha roto la buena sintonía mostrada desde el inicio de 2024

Quique Yuste

Segovia

Jueves, 9 de mayo 2024, 23:54

Las aguas de la relación que mantienen los grupos municipales del Partido Popular y de Vox en el Ayuntamiento de Segovia vuelven a bajar revueltas a poco más de un mes de alcanzar el primer año del actual mandato corporativo. El anuncio por parte de ... la derecha reaccionaria de un acuerdo de gobierno firmado en abril con los populares, primero negado por estos y después despojado de validez por el alcalde, ha vuelto a tensar una cuerda que durante los últimos meses apenas había sufrido tirones.

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Las primeras tiranteces entre ambas formaciones se remontan prácticamente al inicio del pasado mandato, cuando tras las elecciones municipales del 28 de mayo de 2023 el Partido Popular de José Mazarías se quedó a tan solo un concejal de alcanzar la mayoría absoluta. En Vox, su portavoz Esther Núñez no ocultó su deseo de formar parte del cambio de gobierno de la ciudad y de tener influencia en el equipo del nuevo alcalde. Su entrada en el gobierno habría garantizado la mayoría absoluta en el pleno y habría evitado al PP tener que alcanzar acuerdos con cualquiera de los otros cinco partidos de la corporación para sacar sus proyectos adelante. Sin embargo, José Mazarías decidió gobernar en solitario confiando en su sólida mayoría.

Tras un inicio de mandato en el que Vox protagonizó su primera polémica en el Ayuntamiento con su deseo de suprimir el Instituto Municipal de Deportes -en el pacto firmado con el PP se recoge esta posibilidad si se demuestra que resulta un perjuicio para la ciudad-, el primer gran punto de fricción entre ambas formaciones llegó con la intención del equipo de gobierno de aumentar las retribuciones salariales de los concejales de la corporación. Tras el anuncio del voto en contra a la medida del Partido Socialista, Izquierda Unida, Segovia en Marcha y Ciudadanos, los populares necesitaban como mínimo la abstención de Vox para sacar adelante una propuesta que generó polémica y ruido en Segovia durante días. Esther Núñez anunció su voto en contra y el Partido Popular respondió con un comunicado en el que desveló las intenciones de la edil de Vox de querer ser parte del gobierno municipal con condiciones «inaceptables».

El PP tuvo que retirar la medida del orden del día del pleno ordinario de agosto y, hasta la fecha, no ha conseguido los apoyos necesarios para su aprobación. Desde entonces, la relación con Vox se apaciguó con la aprobación de las nuevas ordenanzas fiscales del Ayuntamiento de Segovia.

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Pese a la aprobación de las tasas, la verdadera prueba de fuego para comprobar si la relación PP-Vox iba a ser tormentosa o calmada era la aprobación de los presupuestos municipales de 2024, los primeros del gobierno municipal de José Mazarías. No obstante, antes ya hubo otra votación clave que mostró una mejora de la sintonía entre ambos partidos.

Fue en noviembre cuando el gobierno del Partido Popular se enfrentó a otras de las grandes polémicas del mandato: la aprobación de la modificación presupuestaria necesaria para abordar la peatonalización de la calle Blanca de Silos. De nuevo, al igual que en verano, el PSOE, Izquierda Unida, Segovia en Marcha y Ciudadanos anunciaron su voto en contra. Y Vox amagó con hacerlo. De hecho, Esther Núñez anunció en rueda de prensa que votaría en contra de la medida, dejando solo al PP en una votación que hubiera tenido más fotos desfavorables.

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Pero en la sesión plenaria, la formación representada en el Ayuntamiento de Segovia por Esther Núñez y Alfonso Ceballos-Escalera cambió el sentido del voto anunciado. Pasó del voto en contra a la abstención, suficiente para que el PP aprobase la modificación presupuestaria y tuviera a tiempo el dinero necesario para peatonalizar Blanca de Silos. El giro de Vox fue asumido rápidamente por los partidos de la oposición como un acercamiento al PP. De hecho, las sospechas de un acuerdo de presupuestos y de un posible pacto de gobierno se intensificaron en cuestión de horas.

Sin choques

Según la versión de Vox, apenas un mes más tarde se produjo la primera reunión entre ambas formaciones para negociar un pacto mediante el cual Esther Núñez asumiría la Concejalía de Comercio, Industria y Mercados del equipo de gobierno. Al mismo tiempo, se avanzaba en un acuerdo de presupuestos, este sí refrendado de forma pública por ambas formaciones, que recogía guiños del PP a Vox como la colocación de una escultura de una aguadora junto a la estatua del diablillo (así como su traslado de la calle San Juan).

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Desde entonces, la sintonía entre ambas formaciones ha sido impecable salvo contadas excepciones, como el intento de declaración institucional para reclamar a la CHD medidas que ayuden a evitar avenidas del Eresma, que no salió adelante por la negativa de Vox a incluir en el texto una mención a la influencia del cambio climático en este tipo de episodios.

No afectó a la relación entre PP y Vox. De hecho, los populares se han mostrado tibios ante las propuestas de la derecha reaccionaria, que llegó a pedir en el pleno de febrero retrasar la implantación de la Zona de Bajas Emisiones de la ciudad. El PP aceptó en parte la medida, para cabreo de toda la oposición, con una enmienda «transaccional» que confirmaba que la ZBE no entraría en vigor hasta el próximo 1 de enero.

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Fue la última gran muestra de acuerdo entre ambos hasta la semana pasada, cuando Vox anunció en solitario el pacto de gobierno alcanzado en abril y afirmó sentirse «engañados y estafados» por el PP.

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