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Segovia
Lunes, 22 de julio 2019, 07:30
'La muerte de otro joven ahogado reabre la polémica sobre el Pontón Alto'. El titular, de julio de 2011, bien podría servir para explicar la maraña de competencias en la que sigue inmersa el pantano situado entre los términos municipales de Palazuelos de Eresma ... y el Real Sitio de San Ildefonso tras el fallecimiento, en la tarde del sábado, de un menor de 15 años. Ocho años después de aquel titular a raíz de la muerte de un joven dominicano de 22 años en las aguas del Pontón Alto (que e han cobrado ya ocho vidas desde su construcción en 1993), las administraciones siguen sin avanzar en la regulación de los usos de un embalse que presenta un alto riesgo para el baño y en el que, pese a ello, cada día de verano se refrescan alrededor de un centenar de personas.
El peligro que conlleva zambullirse en el Pontón Alto es recordados cada periodo estival tanto por los Ayuntamientos del Real Sitio y de Palazuelos de Eresma, como por la Junta de Castilla y León y la Subdelegación del Gobierno. Sin embargo, las administraciones no consiguen ponerse de acuerdo en las medidas que se deben adoptar para evitar que accidentes fatales como el ocurrido el sábado vuelvan a producirse. O, para ser más exactos, no coinciden en qué administración debe ser la encargada de poner el cascabel al gato.
Prácticamente desde la construcción del Pontón Alto en 1993, la Escuela de Socorrismo de Segovia lleva reclamando a las administraciones medidas con las que minimizar los riesgos que cada verano asumen cientos de personas al bañarse en las aguas del embalse segoviano. Sin tener muy claro qué administración es la competente, su responsable técnico, Luis Miguel Pascual, sí está seguro de que «si hubiera voluntad de intervenir ya se habría hecho». Por ello, pide a las instituciones «que se pongan de acuerdo en un sentido o en otro». Es decir, que «si no se permite el baño en el Pontón, se cumpla la prohibición con los medios que tenga la administración». Y si se opta «por seguir permitiendo el baño, habrá que hacerlo con ciertas garantias», como los requisitos que se recogen en la ley de zonas de baño naturales de Castilla y León. «Lo que no pueden hacer es quedarse en el limbo», señala Pascual.
Indica que aunque la Escuela de Socorrismo no tiene una postura oficial acerca de qué medida es mejor, sí existen soluciones técnicas para que en el Pontón Alto se pueda bañar la gente, como recoge el Plan de Seguridad elaborado en 1995 y presentado a la Subdelegación del Gobierno. En dicho documento se propuso habilitar dos zonas en las que se permitía el baño: la situada al lado izquierdo del puente (en dirección al Real Sitio de San Ildefonso) y la zona en la que desemboca el río Cambrones, próxima al lugar en la que el sábado falleció el menor de 15 años. En los dos lugares habría vigilancia por parte de socorristas, con un operativo y unos medios acordes a las características de la zona que, según Pascual ,«tendría un coste asumible». De hecho, en los veranos de 1996 y 1997 se puso en marcha la vigilancia del baño con socorristas gracias a los fondos de la Fundación Varela, dependiente de la Subdelegación del Gobierno. Cuando se acabaron los fondos, también finalizó la vigilancia.
«Es una espinita que llevamos clavada. Llevamos desde 1995 luchando para que se haga algo, porque limitarse a campañas informativas... creemos que hay que hacer más», declara Pascual, gran conocedor de las características del Pontón Alto, donde calcula que verano se bañan más de un centenar de personas cada día. Explica que los principales peligros son su gran extensión, con tramos de más de cien metros de separación entre las orillas, además de una turbidez del agua que impide una visión de más allá de un metro. También las corrientes suponen un peligro importante, así como el fondo del embalse, donde se pueden encontrar ramas, rocas y hasta vallas de espino utilizadas durante su construcción. Pascual destaca que aunque los ahogamientos se producen por múltiples factores, la falta de consciencia sobre los peligros del pantano es uno de los principales, agudizado en bañistas que llegan de excursión sin conocer la zona. Porque incluso él, que entrena allí junto a sus compañeros de triatlón y con medidas de seguridad propias, ha sufrido más de un susto en el Pontón.
El alcalde del Real Sitio de San Ildefonso, Samuel Alonso, considera que son las «administraciones supramunicipales», es decir, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) –dependiente del Gobierno central– y la Junta de Castilla y León las que deben coordinar un plan de usos del Pontón Alto en el que los técnicos de ambas instituciones acuerden posibles soluciones a un problema que surgió en la década de los noventa. «Debe ser una coordinación entre ambas administraciones», insiste Alonso, convencido de que los ayuntamientos no tienen competencias en la gestión de infraestructuras que no son municipales, aunque sí pueden ayudar con labores de concienciación, difusión o divulgación de los riesgos que entraña sumergirse en aguas no aptas para el baño como las del Pontón.
Defiende ese argumento Alonso pese al informe de 2013 del Procurador del Común de Castilla y León en el que pedía a las entidades locales que dicten ordenanzas que lo regulen, aunque los ayuntamientos no puedan prohibir el baño. «Los servicios técnicos municipales siempre han considerado que no somos competentes en la ordenación del Pontón Alto», añade. También descarta el regidor que el Ayuntamiento del Real Sitio, por iniciativa propia, financie la vigilancia del baño en el pantano. «Si lo hiciéramos estaríamos solventando un problema que es de las administraciones competentes, que están por encima del Ayuntamiento, cuando nuestra reivindicación es la contraria», declara.
«Eso también me lo pregunto yo», responde Samuel Alonso al ser consultado por la prohibición que existe en la zona de las compuertas y el motivo por el que que no se extiende al resto del embalse, donde existe la advertencia de los riesgos de sumergirse en zonas no aptas para el baño. «No se puede pasar por el cordón de seguridad, tampoco con embarcaciones. Hacia arriba se aconseja no bañar y se explican los riesgos, pero todos los fines de semana vemos que hay cientos de personas que se bañan», apunta el alcalde del Real Sitio. «No sé si las campañas de advertencia son un fracaso o la gente considera que no existe tanto peligro. Igual hacen campañas más directas como las que realiza la Dirección General de Tráfico».
Alonso recuerda que hace más de veinte años sí que hubo varios veranos en los que existió vigilancia del baño por parte de socorristas. «Sería interesante retomar ese tipo de acciones», afirma la subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín, quien, a su vez, señala a las administraciones municipales como las competentes para dar un primer paso con el que lograr convertir zonas del Pontón en aptas para el baño. «Este Ayuntamiento lleva años reclamando medidas», replica Samuel Alonso.
Con la Junta de Castilla y León como la administración encargada de establecer qué zonas de la región son aptas y cuáles no para el baño, tanto el alcalde del Real Sitio como la subdelegada del Gobierno coinciden en realizar un llamamiento a la prudencia y la responsabilidad de los propios bañistas. «Es responsabilidad de cada uno sumergirse en una zona no apta para el baño y sin vigilancia como es el caso del Pontón Alto. Entraña un riesgo», afirma Martín, quien recuerda que la regulación de la ley de aguas «es bastante amplia» y que en ella no se recoge la prohibición del baño, «pero sí permite declarar que hay zonas no aptas».
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