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El Pontón Alto ha vertido el doble de caudal que el resto de embalses por las avenidasEl deshielo y las abundantes precipitaciones han puesto al límite los embalses de Segovia. Es una situación que se ha unido a las sucesivas inundaciones ... que se han producido en multitud de municipios de la provincia. Aunque las avenidas no han llegado a ser tan generalizadas como las que se tuvieron lugar el año pasado, es un fenómeno que ha tenido gran repercusión para la población, por el corte de carreteras y los cuantiosos daños materiales; y para los pantanos, cuya reserva hídrica vuelve a superar el promedio de la última década hasta lograr unas cifras de récord por tercer año consecutivo.
Los cuatro embalses segovianos de mayor tamaño se encuentran a casi el 84% de su capacidad, pues acumulan 67 hectómetros cúbicos de agua. Es un dato ligeramente inferior al que se anotó en el mismo periodo del año pasado, cuando el volumen almacenado rozaba el 90%. Esta disminución se debe al vertido continuo de caudal al que se han sometido los diferentes pantanos.
El tren de borrascas que ha atravesado la provincia estos días ha obligado a aliviar con urgencia millones de litros, sobre todo desde el Pontón Alto, que es el encargado de abastecer a una parte de los residentes en la capital segoviana y en otras poblaciones del alfoz. Aun así, la comparativa general respecto a la anterior semana arroja resultados en positivo: los diferentes pantanos de la provincia han sumado tres hectómetros cúbicos más en tan solo siete días.
Las inundaciones han asolado algunas zonas próximas a la ribera de los ríos y arroyos repartidos por toda la geografía segoviana. No ha importado la localización, ya que se han visto afectadas poblaciones del nordeste, campiña e incluso la sierra, donde sobresalen El Espinar y Segovia capital. La conjunción de una serie de parámetros climáticos explica esta situación. Por un lado, las elevadas temperaturas para un mes de marzo -superiores a los 14 grados- conllevaron el deshielo del manto de nieve que cubría la sierra. A ello se suma el encadenamiento de varias jornadas con lluvia, que han descargado decenas de litros por metro cuadrado.
Marzo es la época habitual en la que los embalses comienzan a ascender en la curva estadística de la reserva hídrica, que alcanza su pico máximo a finales de la primavera, justo antes de la llegada de los meses más secos. Sin embargo, en los tres años anteriores se han apuntado los niveles máximos con anterioridad. Ejemplo de ello es el actual año hidrológico, pues la cantidad de agua almacenada en los pantanos está un 15% por encima de la media registrada en la última década. Ya iguala los datos que fueron notificados en 2023, un etapa que permitió poner punto y final a una etapa de prolongada sequía; y está cerca de las cifras de 2024, a raíz de las inundaciones generalizadas que se produjeron en enero en toda Segovia.
La provincia no sobresale por tener una amplia capacidad a la hora de retener y acumular agua. Esto ha supuesto que algunos pantanos se llenen antes de lo previsto e, incluso, permanezcan al cien por cien casi todo el año. Este es el caso del Pontón Alto, que no es capaz de sumar nuevos litros de agua desde hace ya casi cinco meses al encontrarse totalmente lleno.
En tan solo una semana ha recibido un volumen de agua de 13,3 hectómetros cúbicos, lo que supone prácticamente el doble de su capacidad (7,3), según confirmó la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). Esto significa que ninguna gota que ha entrado estos días al embalse segoviano ha podido ser retenida. El promedio de caudal vertido desde el 4 de marzo, en los instantes previos a las crecidas, asciende a 19,4 metros cúbicos por segundo. Es el doble de lo que han registrado el resto de los pantanos de la provincia, de los cuales uno de ellos es aún más pequeño que el Pontón.
El menor tamaño de este embalse próximo a la capital es el motivo por el que se justifica su incapacidad a la hora de regular las crecidas por deshielo o intensa precipitación. Los estudios de laminación llevados a cabo por los técnicos de la CHD concretan que «no se recomienda la manipulación de las compuertas para anticiparse a la onda de avenida, ya que se podría generar incluso una tasa de crecimiento a la salida de la presa más acelerada y un régimen de caudales más elevados que los aportados en régimen natural».
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Este es un hecho relevante, pues el pico máximo del caudal de vertido llegó el sábado por la tarde, apenas 48 horas después del inicio del episodio de avenidas, al anotar una salida de 55,66 metros cúbicos por segundo. Los litros desembalsados por el Pontón Alto se multiplicaron por diez en apenas unas horas, ya que a principios de la semana la cantidad de agua que era aliviada apenas rozaba los cinco metros cúbicos por segundo.
Cuando el Eresma ya bajaba bravo, lo que protagonizó unas cascadas muy visuales en el pantano segoviano, el resto de ríos y arroyos empezaron a advertir sobre su rápido crecimiento. La CHD emitió sendas alertas por desbordamiento en multitud de puntos de la cuenca. Muestra de ello es que al poco de ponerse en marcha el vaciado del Pontón Alto comenzó el vertido de caudal en el embalse de Linares del Arroyo, en Maderuelo, que se constituye como el más grande de la provincia.
Su mayor capacidad de almacenamiento de agua le permitió esperar unas horas para abrir las compuertas y así aligerar el volumen embalsado por la crecida del río Riaza. Fue a las 20:00 horas del mismo día cuando la cantidad que era aliviada pasó de cinco a más de ocho metros cúbicos por segundo, un dato que se ha mantenido al menos hasta este jueves. El promedio de caudal vertido desde principios de semana se queda por debajo de los 4,5 metros cúbicos. La reserva hídrica en este punto se dispara a un total de 47,6 hectómetros cúbicos, al haber sumado cinco en apenas siete días, por lo que Linares del Arroyo se sitúa al 88%.
Estos registros se colocan entre los primeros puestos del ranking relativo a la situación embalse de Maderuelo en el presente siglo. Está dentro del 'top 10' de cursos hidrológicos en los que la presa ha conseguido rozando el 90% de su capacidad total en la primera quincena de marzo. Es el pantano que determina que la estadística del conjunto provincial sea mucho más alta que la media del último decenio en lo que respecta a la disponibilidad de recursos hídricos, aunque se queda algo más baja en la comparativa con los cinco años previos.
Los diferentes embalses de Segovia no se han comportado igual ante las crecidas. La presa de Burgomillodo, en Carrascal del Río, destinada a la explotación hidroeléctrica, comenzó a soltar agua de manera escalonada -entre cinco y diez metros cúbicos por segundo- a partir del 5 de marzo y en los momentos centrales del día.
Todo cambió el domingo, cuando el desembalse se elevó hasta los 48 metros cúbicos y obligó cortar la carretera de acceso a la localidad. La media del caudal vertido, de 11,5 metros, es la segunda más alta que se ha notificado durante el episodio de avenidas. Es el pantano provincial que más volumen ha perdido, con una disminución de tres hectómetros cúbicos, por lo que actualmente se sitúa en ocho, de acuerdo con los datos actualizados por el organismo gestor de la cuenca.
Finalmente, la presa de Las Vencías, que se encuentra en Fuentidueña, aguas abajo del río Duratón y Burgomillodo, presentó una tendencia similar a la del embalse que la precede. En este caso, el caudal vertido quedó por debajo de los 30 metros cúbicos en todo momento y su promedio desciende a los 9,7. A día de hoy, está al límite de su capacidad, ya que su reserva hídrica es de cinco hectómetros cúbicos.
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