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La Junta de Castilla y León apostará por el desarrollo industrial de la provincia con una gran inversión en el polígono industrial Los Hitales, de Bernuy de Porreros, en un momento en el que algunos de los más importantes se encuentran a medio gas, a ... pesar de su ubicación estratégica y sus buenas comunicaciones, tal y como ocurre en la mayoría de los que gestiona el gobierno regional a través del Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE).
Es el caso del polígono industrial de Boceguillas, ubicado al pie de la autovía A-1, Madrid Burgos, con una buena ubicación y una importante vía de comunicación, y que no ha terminado de arrancar. Se puso en marcha en torno al año 2.000 y cuenta con una superficie aproximada de 55.000 metros cuadrados que se dividen en 60 parcelas, todas vendidas excepto una, lo que no significa que su uso sea completo y por lo tanto que el espacio se encuentre a pleno rendimiento.
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«Las expectativas se cumplieron a medias», afirma la alcaldesa del municipio, Cristina Cristóbal. No todas las parcelas se encuentran edificadas y que el uso aproximado del polígono se sitúa en torno al 50%, aunque en un primer momento la venta funcionó muy bien. Sin embargo, esto no se ha traducido en un desarrollo total real, y ahora hay propietarios dispuestos a vender, por lo que «parcelas disponibles hay, pero excepto una, la compra sería a particulares».
Tampoco se han cumplido las expectativas de que la comarca del nordeste pudiera albergar el plan de industrialización, que ahora se realizará en Bernuy y por el que Boceguillas también luchó. De hecho, el pasado octubre, de la mano de Codinse, se mantuvo una reunión con el secretario de la Consejería de Industria, a quien se mostraron las características de la comarca y sus potencialidades para el desarrollo industrial, «pero la acción de Bernuy ha sido mucho más potente y determinante para ese proyecto», apunta la alcaldesa.
Este pequeño municipio de menos de mil habitantes no cuenta con capacidad para desarrollar suelo industrial con recursos propios. «Es imposible, nuestro presupuesto es muy limitado», señala Cristina Cristóbal, a quien le gustaría poder impulsar su municipio, por lo que no descarta intentar alguna acción si surge la posibilidad a través de fondos europeos, sobre todo teniendo en cuenta que alrededor del polígono se cuenta con multitud de suelo rústico, donde se podría facilitar un uso excepcional. En los últimos años, ha habido empresas interesadas en instalarse en el lugar. «Siempre surgen cosas, pero de momento no se ha logrado materializar. Hay un proyecto que está parado», apunta la alcaldesa, señalando que hay que los empresarios tienen que hacer frente a una inversión muy fuerte en unos años lastrados primero por la pandemia y ahora por la guerra y los altos costes de materiales y mano de obra. «Yo creo que no es buena época para hacer una inversión para nuevas empresas», apunta.
Un caso con características similares podría ser el del polígono industrial Prado Vega, en Cuéllar, situado en la carretera SG-205, principal conexión de la villa con la A-1, y a medio camino entre las ciudades de Segovia y Valladolid, unidas por autovía. En este caso, desde el ICE se ofrece una única parcela, puesto que el resto se encuentran vendidas, si bien existen propietarios privados dispuestos a vender. Se trata de un polígono que se impulsó hace décadas, y, aunque en los últimos años ha habido empresas que se han instalado en el lugar, es un espacio «al que le ha costado arrancar y le está costando verse lleno», apunta el alcalde, Carlos Fraile, a la vez que señala que una de las causas puede haber sido el impulso de otras áreas industriales en zonas más cercanas al municipio, como es el caso de Malriega, El Silo o Contodo, todos ellos más próximos a la villa, lo que podría haber inclinado más la balanza hacia estos últimos.
De hecho, en estos momentos el Ayuntamiento trabaja en el desarrollo de otras áreas para favorecer la industria. La más inmediata será el plan denominado Camino de Valdeolmos, con el plan de normalización y urbanización de la carretera de Segovia, que consiste en la ampliación de la vía con un carril de servicio que dotará de aparcamiento a las parcelas, donde está prevista la construcción.
El desarrollo de suelo industrial de Cuéllar cuenta con otros proyectos, como el SUR-12, que se encuentra en la misma zona de la carretera de Segovia y continuaría el primer plan hacia la zona sur de la villa, y contaría con 55.000 metros cuadrados. En este caso se están manteniendo conversaciones para su desarrollo. Como tarea pendiente se encuentra el Plan Parcial La Serna, ya desarrollado, pero sobre el que se está trabajando en una modificación para poder ampliar el tamaño de las parcelas.
De las situaciones de Boceguillas y Cuéllar no dista mucho el polígono industrial de Cantimpalos, que consta de 69 parcelas distribuidas en más de 75.000 metros cuadrados. En el lugar empezaron a llegar empresas a principios de los años 90, tal y como explica el alcalde, Amador Álvarez, que detalla que «al principio su implantación fue un poco lenta pero constante». Aunque la mayoría de parcelas se encuentran vendidas, apenas quedan libres tres, más las de equipamiento, la realidad es que en la actualidad la ocupación ronda el 70%. «Parte de los propietarios las compraron como inversión, o con unos planes de futuro que no se han cumplido, y es una pena, porque todavía pueden instalarse más empresas», señala Álvarez.
Ubicado cerca de la A-601, que une Valladolid y Segovia, el polígono se sitúa en una localidad eminentemente chacinera y dedicada a actividades agroalimentarias y, según el regidor municipal, «ha sido una buena solución a la demanda de suelo industrial para el pueblo», si bien, ha habido empresas que se han instalado fuera del mismo por la falta de suelo. De hecho, incluso algunos empresarios han preguntado por la posibilidad de ampliarlo.
En Coca se encuentra el polígono Las Salinas, cuyo suelo también se pone a la venta a través del ICE. Aunque se encuentra bien comunicado, junto a la línea del Ave, a 60 kilómetros de Segovia y a 140 de Madrid, aún tiene libres más de una decena de parcelas, de las 25 de las que consta, y que se sitúan en un terreno de 35.000 metros cuadrados ubicados al pie de la N VI (Madrid-La Coruña), en la intersección con la N-110 y circunvalado por la AP-6, a tan solo 68 kilómetros de Madrid.
Sin embargo, uno de los casos más llamativos de la provincia es el del polígono industrial de Villacastín. Inaugurado en el año 2018, con casi 600.000 metros cuadrados, las previsiones iniciales eran de superar la ocupación del 50% en los primeros meses. Casi cinco años después, esta cifra aún queda lejos. De las 213 parcelas con las que cuenta, apenas se han vendido medio centenar, aunque existen otras tantas con reserva solicitada para compra, pero estas aún no se ha llegado a materializar. En los primeros meses, fueron muchas las empresas, algunas incluso extranjeras, que mostraron su intención de instalarse en el lugar, pero la pandemia y la incertidumbre posterior hicieron que no se llegaran a materializar.
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