El 'pleno al 15' del PP en la Diputación revive los laureles de hace doce años

Las siglas que preside en la provincia la senadora Paloma Sanz no cantaban un 'pleno al 15' en la Corporación desde hacía doce años. Quince escaños, quince representantes que conformarán la amplia bancada popular durante el mandato que viene. Han transcurrido tres legislaturas, las tres comandadas por el Partido Popular, para volver a marcar un hito, como insiste De Vicente en el mensaje lanzado pocas horas después de las celebraciones de la noche electoral en la sede de Aniceto Marinas de la capital segoviana.

En estos doce años, el PP no ha cedido la hegemonía. Primero, con los dos mandatos presididos por el actual secretario general del Partido Popular de Castilla y León, Francisco Vázquez; y ya últimamente con quien había ejercido de vicepresidente de la institución. El triunfo en estos comicios es rotundo, pero no tanto como el de aquel 2011, aunque la aplicación de la Ley D'Hont asigne el mismo botín de sillones en la próxima Diputación. Aquel 'pleno al 15' se cimentó en un Partido Popular aún más arrollador en el medio rural. El granero de votos del que presumen los dirigentes provinciales de las siglas rebosó tras los resultados de hace doce años. El PP tocó con los dedos el 50% de los sufragios depositados. Su aval, 44.891 votos y 760 concejales.

Unos resultados que se asemejaban a la aplastante victoria de cuatro años antes, cuando las huestes populares superaron la barrera de los 45.000 votos, pero que se tradujeron en menos ediles (685). En ambos comicios, al PP se le atragantó el gobierno de la Alcaldía de Segovia y un Pedro Arahuetes, independiente enrolado en las filas socialistas, que encabezó las victorias del PSOE en la capital.

El escrutinio de estas últimas elecciones municipales se acerca más al de aquel 2007, último mandato del malogrado Javier Santamaría. También con quince diputados provinciales frente a los diez del Partido Socialista. En esta ocasión, el próximo cuatrienio contará con 664 ediles populares en las diferentes corporaciones que se formen el 17 de junio. Sin embargo el arco de la representatividad cosechada en las urnas este domingo, que alcanza el 46,5% de los sufragios emitidos, es ahora mayor que hace cuatro años (38,7%) y que hace ocho (40,2%).

Pero en este 2023, el trampolín sobre el que se propulsa el Partido Popular es que esta vez sí 'asalta' la capital. José Mazarías será el alcalde en el próximo cuatrienio. El primero del PP en este siglo XXI en el que los socialistas han sido hegemónicos, bien en solitario o en alianza con otras fuerzas de izquierda como IU.

La debacle del PSOE en las urnas les resta dos escaños, se quedan con ocho, y les retrotrae veinticuatro años atrás. Las derrotas electorales precedentes en el resto de la provincia tenían el bálsamo del bastón de mando en el Ayuntamiento de Segovia capital. En estos comicios, ni siquiera existe ese consuelo para las filas socialistas, que en términos relativos se han quedado en el 30,4% de los votos emitidos el pasado domingo. Son entre cinco y siete puntos menos que en las tres citas electorales anteriores.

Los 315 escaños logrados por el PSOE son setenta menos que en 2019; 18 menos que en 2015 y siete menos que en 2011. En 2007, el Partido Socialista tenía un suelo más bajo de ediles en los corporaciones municipales con 297. El cuatrienio que viene estará al frente del Ayuntamiento del Real Sitio de San Ildefonso, que se alza como el principal bastión que conserva de manera directa y mayoritaria el PSOE en el territorio segoviano, a expensas de una suma de fuerzas con Izquierda Unida en Cuéllar que doblegue a un PP con más votos y de unas alianza con Municipio Unido en Palazuelos de Eresma para desbancar a Jesús Nieto y por ende al Partido Popular en este Ayuntamiento del alfoz.

El cinturón metropolitano acoge dos plazas a las que el PSOE se aferra en el partido judicial de la capital, que son Torrecaballeros y Trescasas, cuyas Alcaldías revalidan Rubén García de Andrés y Borja Lavandera. En el alfoz han sustentado su entrada en la Diputación Vox e Izquierda Unida, con un sillón cada una.