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Desde que el nuevo equipo de gobierno tomó posesión, el pasado junio, las averías ocasionadas por la rotura de tuberías de fibrocemento se han producido en cascada. El cambio político no es la causa, evidentemente: las averías también se producían antes y traían de cabeza ... a la corporación precedente. Que le pregunten a Miguel Merino, antecesor de José Luis Horcajo en el cargo. Pero la sucesión de incidencias sí ha servido para hacer ver al nuevo Ayuntamiento que no le queda otra que acometer un plan integral para la renovación de redes que erradique todas las tuberías de fibrocemento existentes, unos 51 kilómetros en total, según las cifras que barajan los técnicos, y las sustituya por otras de material limpio o PVC.
«Ni lo llevábamos en el programa electoral ni éramos conscientes de la magnitud de la situación. Sabíamos que había una red de fibrocemento antigua que estaba dando problemas, pero no que había que cambiar tantos kilómetros de tubería. Ahora sabemos que no nos queda otra», reflexiona el concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras del Ayuntamiento de Segovia, José Luis Horcajo.
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El plan está aún por definir, pero el edil tiene claro por dónde hay que empezar: «Hasta que la situación no esté vista y valorada no podemos determinar lo que se va a tardar en arreglar toda la red y lo que va a costar hacerlo. Es evidente, no obstante, que debemos establecer, al menos dos prioridades: la población a la que abastece la red que en cada momento se va a sustituir y la antigüedad de las tuberías a renovar. Serán prioritarias, pues, las zonas más pobladas. En cuanto a la antigüedad, si son de fibrocemento, todas las tuberías son antiguas», explica Horcajo.
El concejal prefiere no hablar de plazos. Para empezar, el Ayuntamiento está cubriendo el ejercicio 2023 con un presupuesto prorrogado. Y la disponibilidad financiera es clave: «Acometer un plan de esta envergadura requiere una financiación grande. Y aún no la tenemos. Una vez sepamos lo que costará el arreglo, buscaremos esa financiación. Si queremos actuar bien, tiene que ser así. Lo primero que debemos hacer es, pues, valorarlo. Es una cuestión de necesidades y prioridades. Que la red esté en buen estado es algo que no se ve, pero constituye un servicio básico. Al final, todo el mundo quiere que salga agua cuando abre el grifo».
Abrir el grifo y que salga agua parece algo garantizado, pero los vecinos de las calles Ezequiel González, Blanca de Silos, Ortiz de Paz, Enrique IV, Alfonso VI, Tercios Segovianos y Doradores y del barrio incorporado de Hontoria no hace mucho que han experimentado las consecuencias de un corte de agua prolongado motivado por una avería. Además, en algunos de estos lugares, la rotura de tuberías de fibrocemento es ya algo recurrente. «Estas son las averías que han trascendido, pero no todas las que ha habido este verano. Se han producido otras, de menor entidad, también ocasionadas por la rotura de tuberías viejas. Es normal que pase en una casa, cuanto más en una ciudad entera. El problema es que hay puntos en que las fugas son ya tan recurrentes que es preciso acometer inversiones más contundentes», afirma el edil.
Preguntado por las zonas más castigadas, el concejal no lo duda: la calle Blanca de Silos y el paseo de Ezequiel González, aunque sería interminable da lista de calles donde se ha registrado algún problema de este tipo. En Ezequiel González, el pasado mayo se produjo una avería que obligó a abrir una enorme zanja. Casi tres meses después, a comienzos de agosto, los vecinos del tramo inferior del paseo Ezequiel González volvieron a pasar varias horas sin suministro debido a la rotura de otra tubería. Los bomberos tuvieron que acudir con un camión cisterna para proporcionar agua a los vecinos y comercios del entorno. La cañería sufrió dos roturas a lo largo de la misma jornada.
El Ayuntamiento de Segovia acometió las reparaciones oportunas y ya ha cerrado la zanja, localizada en la acera de los impares, a la altura del número 13, después de varios meses a cielo abierto. La operación ha sido compleja, porque ha sido preciso sortear y salvar el olmo centenario que queda del antiguo Paseo Nuevo. «En Ezequiel González, una de las calles más pobladas, ha habido que resolver, puntualmente, algunos problemas, pero ese tramo situado entre las glorietas de Sancti Spiritus y de la Policía Nacional no solo precisa de una renovación integral de la red de abastecimiento, sino de la reurbanización de toda la zona, que incluya la renovación de las aceras. Hay que ver cómo acometemos eso, que no es poco», añade el concejal.
El Ayuntamiento estima que quedan por renovar 51 kilómetros de la red de abastecimiento, pero esto no quiere decir que no se hayan producido avances. En los últimos años, siempre que se ha reurbanizado una calle, Obras y Servicios ha aprovechado para sustituir las viejas tuberías de fibrocemento por secciones y canalizaciones de PVC, las exigidas por la ley como material limpio sustitutivo del fibrocemento. Estos días, por ejemplo, se está actuando en la calle París, en el barrio de San José, aprovechando las obras de reurbanización previstas en el plan de rehabilitación integral del barrio.
El 80% de las averías en la red de abastecimiento se produce por una rotura en tuberías de fibrocemento. Trazar un mapa de toda la red no es tarea fácil. A veces, hay sorpresas. «Nos ha pasado recientemente en La Albuera. Se produjo una rotura en una tubería que no estaba catalogada, situada a tres metros de profundidad, algo muy poco habitual, pero que daba suministro a varios edificios. Puede ocurrir que hayamos sustituido todo lo que creemos que hay que sustituir y dentro de unos años se produzca una rotura en una tubería que ni sabíamos de su existencia», advierte el concejal.
La legislación prevé dos escenarios que obligan a acometer la sustitución de tuberías de fibrocemento por PVC: cuando se produce una avería y cuando la canalización llega al final de su vida útil. La vida útil del fibrocemento oscila entre los 20 y los 25 años. Transcurrido ese tiempo, el material empieza a perder sus propiedades, de manera paulatina, dando lugar a multitud de averías. Según el concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras, José Luis Horcajo, bajo el suelo de Segovia hay tuberías con cuarenta o cuarenta y cinco años de antigüedad, si no más. «No es extraño, pues, que estén dando tantos problemas. Siempre hay una llave atascada, oxidada, antigua, y aunque la red sea nueva, puede dar averías, pero no de tanta magnitud como las que ocasiona la red de fibrocemento, donde se producen la mayoría de las incidencias», afirma. Pese a que aún no hay proyecto, plazos y financiación, el edil considera «prioritario» para el Ayuntamiento de Segovia empezar a trabajar en un plan integral que renueve completamente la red de abastecimiento.
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