El pico de bronquiolitis en Segovia es este año «más intenso y duradero»

La cantidad de infecciones detectadas en bebés de hasta dos años de edad se mantiene estable pero por encima de la incidencia de cursos anteriores «desde hace aproximadamente un mes y medio». Es decir, que este ejercicio, la campaña de asistencia sanitaria a niños con bronquiolitis empezó entre septiembre y octubre, lo que significa anticiparse entre dos y tres meses a los periodos habituales, ya que son las semanas de diciembre y enero las épocas que, por experiencia, suelen dar más trabajo a los servicios de pediatría por este tipo de patología respiratoria aguda, explican en la Gerencia de Asistencia Sanitaria.

La semana pasada empezó con doce menores hospitalizados en planta del complejo asistencial de referencia en la provincia, una cifra que creció un 75% en apenas cinco días. Ha habido, además, cuadros más graves y delicados, asociados normalmente a una edad más corta del paciente, que han tenido que se trasladados a otros hospitales de referencia de Castilla y León, en particular a Valladolid, para su tratamiento intensivista pediátrico más adecuado.

El repunte de la bronquiolitis no se produce de forma exclusiva en la provincia. Ya hay que lamentar, además, una muerte en Salamanca. A su vez, se ha sumado este año a la incidencia de gripe en lo que a la prevalencia de infecciones respiratorias agudas se refiere, sin olvidar los pacientes aquejados del contagio por covid que también requieren el ingreso en el centro sanitario para su tratamiento por el estado de salud que presentan, aunque últimamente estos internamientos se han contenido mucho más con respecto a los momentos más álgidos e infecciosos de anteriores oleadas de la pandemia.

El último dato conocido, hecho público por la Consejería de Sanidad este viernes, indicaba que en planta permanecen ingresadas ocho personas con coronavirus.

En lo que atañe a este pico de la enfermedad infecciosa que se ceba con los más pequeños, los especialistas en Segovia señalan que la mayoría de los afectados son niños de hasta dos años, pero sobre todo lo están acusando los bebés que no han cumplido los seis meses de vida.

El alza sostenida en el tiempo ha obligado a los servicios asistenciales a redoblar y reforzar el personal de enfermería para atender la cantidad de pacientes aquejados por bronquiolitis en una campaña que está resultando anómala. Y es que incluso el servicio de Pediatría del Hospital General de Segovia ha llegado a tratar alguna infección por esta causa en los meses de verano.

Los niños aquejados que presentan este diagnóstico suelen llegar al Hospital General a través de la derivación que se hace desde el primer nivel asistencial de la Atención Primaria y los centros de salud o bien ingresan por Urgencias por presentar unos síntomas más acusados. La estancia media de los pacientes es de unos cuatro días, ponen de relieve fuentes sanitarias.

La previsión que manejan en la Gerencia de Asistencia Sanitaria es que ese pico aún pueda alargarse unas semanas debido a las fechas a las que se acerca el calendario, en las que proliferan las reuniones y los encuentros familiares y de amigos, lo que puede favorecer el contagio y la propagación. De ahí que los responsables sanitarios de la provincia incidan en el llamamiento a la prevención. Las medidas son similares a las que se adoptan para defenderse del coronavirus, siendo fundamental la higiene y la desinfección de manos para eludir la transmisión, así como tratar de evitar las aglomeraciones.

El jefe del Servicio Territorial de Sanidad de la Junta de Castilla y León en Segovia, César Montarelo, ya avanzó que la bronquiolitis suele ser la antesala de la gripe, por lo que una explosión de casos puede anticipar una temporada alta y copiosa de infecciones respiratorias.

Los síntomas, por su parte, empiezan por un catarro de infección de vías altas. El niño presenta tos, mocos, conjuntivitis y, en ocasiones, fiebre. En esos primeros tres o cuatro días resulta complicado hacer una diferenciación, pero a partir de ahí es cuando se define la bronquiolitis. Consiste en la inflamación de los bronquiolos, lo que ocasiona que el pequeño tenga dificultad para respirar. El menor respira más rápido, usando músculos que habitualmente no emplea para ello. Se le marcan las costillas o se hunde el espacio entre abdomen y pecho con cada respiración. Además, empieza a estar más irritable y rechaza el chupete o el biberón para poder respirar. La gravedad del cuadro también se observa cuando se agravan las dificultades para alimentar al niño. Es entonces cuando el ingreso hospitalario se hace necesario.