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Un pescador segoviano, en un río de la provincia de Segovia. Antonio de Torre
Los pescadores de Segovia compiten fuera

Los pescadores de Segovia compiten fuera

Las dificultades para liberar en la provincia algunas especies consideradas invasoras y la fertilidad de otros lugares lleva a los federados a Extremadura o Andalucía

Lunes, 27 de mayo 2024, 07:47

Aunque Segovia es una provincia de tradición pescadora por sus ríos, no anda sobrada de licencias federativas para la pesca deportiva, unas 150, frente a las más de 7.000 de León, según los datos de la Federación de Pesca de Castilla y León. Su delegado en Segovia, David Coca, pone en valor el alto nivel de las cañas de la provincia, que palían la falta de competiciones en las riberas propias y viajan por todo el territorio nacional para medir su nivel. «Y todos los años ganamos algo».

La provincia tiene sus 150 licencias repartidas en tres clubes. Toda su actividad es pesca deportiva, es decir, captura sin meses. Los pescadores pesan los peces y los sueltan vivos. Dentro de las modalidades existentes, la provincia tiene dos clubes en 'black bass' (traducible por bajo negro), quizás la más conocida, en referencia a un pez depredador conocido por su resistencia. «Lucha mucho, salta, hay muchísimas posibilidades de pescarlo con diferentes técnicas», subraya Coca. El reglamento obliga a los competidores a limitarse a cebos artificiales –hay una infinidad de señuelos que imitan a peces o ranas– y nunca naturales, como lombrices de tierra o algún tipo de gusano, una restricción que se aplica también a la pesca no deportiva.

A su vez, hay dos modalidades en las que se compite: desde la orilla o desde embarcación. La clasificación se elabora teniendo en cuenta el número de capturas y el peso y la competición se desarrolla en una o dos mangas. El máximo de piezas válidas –algo que depende de su longitud en centímetros– es de cinco y como mucho se pueden presentar diez peces vivos para elegir los cinco que más pesen. Son calendarios fijados que se realizan en uno o dos días; las embarcaciones suelen requerir más tiempo que las de orilla, que tienden a resolverse en una única jornada.

El número de federados de la provincia casi se ha duplicado en los últimos años gracias a un nuevo club, La Lastrilla Carp, que se dedica al 'carp fishing' (pesca de carpa) o grandes peces, aunque el principal pez que se pesca en esta modalidad es la carpa, también el barbo. En este caso, la competición solo se hace en orilla. Como en 'black-bass', las competiciones parten de simples eventos «sociales» de los clubes a campeonatos territoriales, organizados por las federaciones de ámbito autonómico, o los nacionales, de la federación estatal.

«Cada vez quedan menos zonas de pescar y se van perdiendo pescadores; aun así se sabe que hay bastantes», subraya Coca. Más allá de las licencias, aunque sea un requisito imprescindible para realizar la actividad. El sector ha luchado por retirar de la lista de especies invasoras a estos dos peces –el 'black bass' y la carpa– para evitar sacrificar a los peces. «El pescador deportivo no mata. En algunos sitios de Segovia en los que se podría pescar nos obligarían a matarlos y no queremos, así que pescamos fuera». Ambas especies proliferan en gran parte de la provincia. Hay excepciones como el embalse de San Miguel –uno de los primeros sitios de España en los que se introdujeron– en los que pueden capturarse y soltarse. Pero fuera de los mapas donde está identificada su existencia –por ejemplo, el Pontón Alto– la obligación es no de devolver el ejemplar. Matarlo tampoco es sencillo. «Tampoco te lo puedes llevar, no lo puedes transportar ni vivo ni muerto».

La provincia con más federados de Castilla y León es León, sobre todo en otro tipo de peces como la trucha. «Antes sí que había, pero llevamos unos años que ya no se federa nadie. León tiene más que nadie porque tiene los mejores ríos de pesca de trucha; la mayoría ni siquiera son de la zona, pero se federan para poder pescar allí». El aumento de licencias en Segovia permite pedir escenarios deportivos para entrenar; la pesca no solo es una actividad de ocio, sino que es parte de su entrenamiento de cara a los campeonatos, como cualquier otra disciplina deportiva.

El calendario segoviano parte de los campeonatos sociales de los clubes, que cogen el coche para pescar en aguas como Ricobayo, en la comarca de Alba, cerca de Zamora. «Embalses que no son de Segovia, aquí apenas tenemos buenos escenarios para estos peces, así que nos solemos mover bastante», resume Coca. Fundamentalmente, zonas de Andalucía –principalmente Córdoba y Jaén– y Extremadura. Exploran más en esta segunda región por proximidad. «Tienen mejor clima que nosotros, más cálido, embalses más grandes». Más peces y de más tamaño. Incluso la propia Federación de Pesca de Castilla y León, que ha organizado sus últimos campeonatos regionales en Salamanca, celebra competiciones en Extremadura.

El perfil del federado es transversal, desde los cinco años, pues hay categorías inferiores desde infantiles a juveniles. Entre los seniors segovianos, hay algunos muy tempraneros –desde los 18 años– hasta por encima de los 60. Aunque el perfil mayoritario, resume Coca, oscila entre los 20 y los 35, un tipo de pescador al que le gusta viajar y que en cierta forma utiliza su deporte como una forma de turismo, a veces familiar. Con todo, los veteranos siguen ahí. «A partir de los 40 somos unos cuantos», subraya el delegado. Una actividad que sigue siendo eminentemente masculina. «Federadas hay novias, mujeres o hijas de alguno. Pero que luego compitan en Segovia… hace años había dos o tres, pero en estos momentos no hay ninguna».

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