![Los presos cocinan en la cárcel de Segovia, donde además faltan psiquiatras y la mitad de los médicos](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202111/12/media/cortadas/carcel-tanarro-03-kXrE-U1501116652042rD-1248x770@El%20Norte.jpg)
![Los presos cocinan en la cárcel de Segovia, donde además faltan psiquiatras y la mitad de los médicos](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202111/12/media/cortadas/carcel-tanarro-03-kXrE-U1501116652042rD-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Hace poco se ha jubilado un funcionario del centro penitenciario de Segovia. No es que le hubiera llegado la edad legal de la retirada. Este ya extrabajador es uno de los cuatro que en julio de 2019 resultaron agredidos por un preso al que trataban ... de reducir. Al parecer, nervioso y violento, se revolvió por no haberse tomado el fármaco que le correspondía. Tres terminaron en el hospital con lesiones en un ojo, en el pómulo, contusiones por todo el cuerpo por las patadas y puñetazos que les propinó el reo.
Las secuelas no solo físicas, sino psiquiátricas que le dejó a uno de esos funcionarios le han llevado a retirarse antes de tiempo. Este ataque se produjo dos meses después de que otro recluso golpease en su celda a otros tres trabajadores de Perogordo.
Este tipo de incidentes no son tan habituales en la cárcel de Segovia como en otros centros penitenciarios, lo que no quita que «suframos agresiones verbales y hasta físicas» que minan la dedicación del personal, relatan portavoces de los trabajadores que, por motivos de seguridad, solicitan mantener el anonimato.
Esa conflictividad latente con la que han de convivir cada vez que se abren las puertas de la prisión, sin medios materiales ni figura de autoridad para repeler la violencia con la que se manifiestan algunos reos más problemáticos, constata que «trabajamos en un entorno muy inseguro en el que no sabes cómo actuar porque estamos maniatados», cuentan en la asociación Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM), colectivo que emergió hace más de dos años para hacer frente a la vulnerabilidad que sienten las plantillas de prisiones por parte de la Administración General del Estado.
Esta agrupación en Segovia no solo se queja de la «desprotección e indefensión» con las que afrontan cada jornada laboral dentro de los muros de la cárcel. La lista de carencias, citadas también por otras organizaciones sindicales como CSIF o Acaip-UGT o CC OO, es poco menos que interminable. Tu Abandono Me Puede Matar cita, por ejemplo, que «debería de haber en plantilla laboral tres cocineros; sin embargo dos se han jubilado y el otro está de baja de larga duración y no se ha sustituido» desde el verano. Esto quiere decir que «son los propios presos, los que están considerados de confianza, los que hacen las comidas». Los portavoces de esta asociación añaden que esta circunstancia puede ser un foco de conflicto, por no hablar de las garantías sanitarias y alimenticias del rancho.
Hay más botones de muestra para dar fe de las carencias con las que trabajan los funcionarios de Perogordo. Así, el colectivo TAMPM también se queja de que «no se han repuesto las plazas de fontanero y de electricista» que están ahora vacantes.
Por su parte, Instituciones Penitenciarias replicó este mismo jueves que «actualmente está en marcha y pendiente de la última formalidad administrativa un proceso de contratación de profesionales para cubrir las bajas de los cocineros de plantilla, por lo que se prevé que un muy breve plazo se incorporen estos nuevos contratados». El organismo estatal que dirige el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, extiende la voluntad de completar las vacantes al resto de plazas libres que hay en la prisión segoviana, una antigua reivindicación de los representantes de los funcionarios de vigilancia.
De hecho, enfatiza que «está en vigor un concurso nacional de traslados por el que las dotaciones de los centros sufrirán variaciones en breve, además hay convocadas mil plazas para funcionarios de Instituciones Penitenciarias, que tendrán este domingo el primer examen, más otras mil pendientes de fijar fecha de exámenes». Fuentes oficiales avanzan que «es de prever que repercutirá positivamente en la prisión de Segovia».
Sin embargo, la sempiterna demanda de más plantilla se retroalimenta con cada baja laboral o cada jubilación. Los puestos que hay vacantes en el organigrama de funcionarios ascienden a unos 70 sobre un dotación idónea de unos 300 trabajadores. Esto quiere decir que a la plantilla le falta el 23% de sus integrantes. Cabe matizar que hay una parte de empleados que están asignados a segundas actividades, tareas más burocráticas y administrativas aunque sobre el papel figuren en labores de vigilancia, advierte el colectivo.
Tu Abandono Me Puede Matar coincide con las reivindicaciones que vienen haciendo desde hace tiempo las otras centrales sindicales sobre la escasez de personal, un déficit cada vez más inquietante. Y es que hay puestos que los representantes de los trabajadores consideran claves en el tratamiento de la población reclusa y que, en el caso del centro penitenciario de Segovia, están cortos de profesionales. Es el caso de los médicos. «Tenía que haber siete y solo hay tres», aseveran voces de TAMPM.
Más carencias. «En vez de los siete educadores sociales que debería de haber, hay dos», añaden a la retahíla de reclamaciones. Y aún hay más. Según denuncian, la atención psiquiátrica a los presos solo se presta dos veces al mes, una frecuencia que consideran a todas luces insuficiente, habida cuenta de la cantidad de reos que cumplen condena en Perogordo que recibe tratamiento por padecer alguna enfermedad mental, adicción o de trastorno psiquiátrico.
«Cada vez que viene a pasar consulta [el psiquiatra] a lo mejor ve a treinta, que es aproximadamente un 10%» de los internos susceptibles de necesitar este tipo de atención específica, explica la asociación, que además eleva a un «60% o 70%» el porcentaje de reclusos en el centro penitenciario de Segovia que requiere de tratamiento psiquiátrico. En la actualidad, la prisión no vive la masificación y la saturación de antaño, afortunadamente, porque sino este déficit asistencial y la falta de vigilantes se alinearían para sembrar la conflictividad.
Los profesionales de prisiones anhelan desde hace años su reconocimiento como agentes de la autoridad, lo que reforzaría su figura y su defensa frente a los ataques que padecen de los presos.
Instituciones Penitenciarias rebate la denuncia pública de Tu Abandono Me Puede Matar. El organismo dependiente del Ministerio del Interior asegura que «la atención médica en el centro penitenciario de Segovia está garantizada en todo momento con la dotación de que dispone en estos momentos». En lo que atañe a la asistencia psiquiátrica que se presta en la cárcel de Perogordo, la Administración del Estado asevera que «cuenta con el apoyo del hospital de referencia de la prisión, además de las visitas periódicas de profesionales». Instituciones Penitenciarias añade que, en cualquier caso, «si se necesita la atención por una situación específica, el psiquiatra acude cada vez que se solicita su servicio». En este sentido, fuentes oficiales hacen hincapié en «la atención psiquiátrica está garantizada para aquellos internos que lo precisen, porque no todos necesitan atención diaria», matizan.
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