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Equipos juveniles de Quintanar y del Arcángel. El Norte

Una pelea en un partido de juveniles de Segovia acaba con jugadores en el hospital

La Federación sanciona al Quintanar y al Arcángel por la reyerta en San Rafael, que requirió presencia policial

Viernes, 7 de febrero 2025, 18:17

El partido de la Primera División Provincial de Juveniles de Segovia entre el Arcángel y el Quintanar disputado el pasado sábado en el campo de Los Pinos, en San Rafael, terminó en un tumulto en el túnel de vestuarios con jugadores de ambos equipos, ... aficionados y familiares que requirió de la intervención tanto de la Policía Local de El Espinar como de la Guardia Civil y desembocó en el paso de futbolistas de ambos equipos por el hospital. La resolución federativa equipara las sanciones –200 euros para cada entidad–, algo que acepta el club anfitrión, disculpándose por su parte, y rechaza el visitante, que ganó 0-3 y se considera víctima de una encerrona.

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El entrenador del Quintanar, Javi Mardomingo, puso en preaviso a sus jugadores: «Éramos conscientes de que íbamos a un campo hostil. Porque tiene antecedentes y todos los equipos que van allí sienten cierta presión ambiental. Llevo años en esto, he ido a jugar con niños y es que da igual. Por favor, no entréis en ningún tipo de provocación, vamos a jugar al fútbol, que quede claro». Habla de un desarrollo normal «dentro de la tensión que puede haber en un partido con cierta rivalidad, porque la hay». Una normalidad que, subraya, cambió a partir del 0-2, en el minuto 52, y fue in crescendo hasta el final. «Oíamos golpes en el banquillo, gritos de jugadores ya expulsados». El Arcángel se quedó con nueve tras dos rojas –tras doble amarilla– por conducta inapropiada. «Le llaman de todo. Lo ha edulcorado, pero se oyeron más cosas».

En los últimos minutos, el Quintanar denuncia entradas duras a sus jugadores a espaldas del árbitro, sin balón, y entiende la respuesta del árbitro: «No lo he visto, no puedo hacer nada». Mientras, Mardomingo gritaba a sus pupilos desde la línea de fondo: «¡No entramos en ninguna provocación! ¡No entramos!» Llegó el pitido final y cuenta cómo algunos jugadores del Arcángel iniciaron las hostilidades. «No iban a decirle tonto, iban a por ellos, a empujar. Nosotros no queríamos saber nada, no hubo intención de entrar en esa lucha porque sabíamos que no teníamos nada que hacer. Evidentemente, hay miedo. No sabes las consecuencias de lo que puede pasar ahí». Así empezó el camino hacia vestuarios.

Después, el técnico narra una encerrona. «Cuando entramos en el vestuario, había gente esperando, apagaron las luces y se liaron a leches. Luego ya hubo un tumulto de gente que nos apretó por la espalda y nos metió a los que estábamos entrando. Salvo una parte que se quedó fuera, no les dio tiempo a entrar. Lo único que sentí en ese momento, además del terror o miedo lógico, llámalo como quieras, fueron golpes por la espalda porque me puse delante de los que ya habían entrado para que no les pegaran». Una vez reunieron a todo el grupo, el entrenador llamó al 112 para pedir presencia policial y atención sanitaria. «Había chavales con golpes en la cara; en el pómulo, en el ojo y demás. Había una piña de gente esperando; no sabíamos con qué intenciones, pero no íbamos a salir a comprobarlo».

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Ambos clubes remitieron una alegación al acta arbitral. El Arcángel también llamó a las fuerzas del orden y sostiene que el tumulto empezó porque el número 12 del Quintanar dio un puñetazo por detrás con el brazo derecho a uno de sus jugadores. «Y detrás venían los dos equipos. Estos chicos, con la 'testiculina' a tope, no se contuvieron. Nuestros jugadores, los suyos, público que no sabemos ni de dónde salía y padres y madres del Quintanar. Ahí se metió todo el mundo», sostiene la entidad en declaraciones atribuibles a su junta directiva. Desmiente que las luces se apagaran a propósito. «En el vídeo que hemos pasado a la Federación, la luz se apaga cuando hay por lo menos 10 o 15 personas dentro. Con el tumulto, seguramente alguien tocaría la llave sin querer, pero ya se estaban poniendo a palos». Según esas tomas, la refriega duró más de medio minuto.

Como adelantó 'Relevo', varios jugadores del Quintanar acudieron esa noche a urgencias y el club respeta la decisión de cada familia sobre si denunciar o no. La Federación de Castilla y León de Fútbol sancionó con dos partidos a los dos jugadores expulsados del Arcángel por reiteración en las protestas, una decisión que su directiva apoya. Mardomingo lamenta la decisión salomónica de equiparar multas. «Siempre hay un verdugo y una víctima. Aquí, ha habido una incitación de un equipo y el otro ha sido pasivo».

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Presencia policial

El Arcángel lamenta dos partes de lesiones: un jugador con un dedo roto de la mano derecha que requiere cirugía y otro, el que recibió el golpe en la nuca, pasó unas horas ingresado porque tiene un historial de ataques epilépticos. «Nosotros nos hacemos responsables de la conducta de nuestros jugadores; por supuesto, es bochornosa, nos avergüenza totalmente». El club asegura medidas disciplinarias internas y la elaboración de un protocolo de cara a la finalización de los partidos. Y ha solicitado al Ayuntamiento de El Espinar la presencia de fuerza pública –presumiblemente Policía Local– en todos los partidos. «Es una de las medidas que nos ha pedido la Federación».

Y acepta las responsabilidades compartidas. «Ellos están alucinados, ¿cómo es posible que encima de apaleados tengamos que pagar 200 euros de multa? Pues porque han visto mediante los vídeos que son tan responsables como nosotros de lo que ha pasado allí». El Arcángel rechaza la etiqueta de su campo como conflictivo. «¿Qué incidentes ha habido en el campo de Los Pinos este año? La fama que nos quieran crear. La gente se inventa cosas y nos tachan de violentos cuando no lo somos».

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