El pastillero nos puede jugar malas pasadas
El proyecto de conciliación de la medicación en enfermos crónicos de la Unidad de Continuidad Asistencial, premio a la Sanidad
La novena edición de los Premios a la Sanidad de Castilla y León han reconocido al Complejo Asistencial de Segovia por el proyecto de conciliación de la medicación en pacientes crónicos en la llamada Unidad de Continuidad Asistencial (UCA), iniciativa merecedora del premio Acción en Calidad y Seguridad del Paciente. El proyecto, que funciona desde el año 2015, está enmarcado dentro del proceso de atención al paciente crónico pluripatológico complejo que, impulsado por la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, ha desembocado en la creación de Unidades de Continuidad Asistencial como la que con tanto éxito funciona en el Hospital de Segovia.
Se trata –en palabras de Celia Sanz Lobo, doctora del Servicio de Medicina Interna al frente de las consultas en la UCA– de «atender de una manera diferente y específica a este tipo de pacientes, generalmente polimedicalizados, para evitarles los desplazamientos y ayudarlos a conciliar la medicación, lo cual evita riesgos derivados, como olvidos o contraindicaciones».
El premio reconoce la labor que la unidad viene realizando desde su apertura, aunque la implantación de un proyecto pionero que se sustenta en la estrecha colaboración entre los servicios de Medicina Interna y Farmacia ha sido determinante. El año pasado, la Unidad de Continuidad Asistencial atendió a 228 pacientes a través de 883 consultas. «Hay pacientes a quienes hemos visto solo una vez y con eso ha sido suficiente; hay otros que necesitan venir varias veces para solucionar un problema de descompensación y después no los vuelves a ver en un año, y hay otros a los que se les da el alta y al mes y medio tienen que regresar...», explica la doctora. El proyecto se desarrolla de forma continuada en el Hospital y está dirigido tanto a los pacientes ingresados en las camas de hospitalización asignadas a la unidad como a los enfermos atendidos en la consulta de la UCA. Para el día a día, también es indispensable la colaboración de los médicos de Atención Primaria. El porcentaje de ingresados en la UCA a los que se concilia la medicación al ingreso es del 90%; los pacientes a quienes se concilia la medicación al alta son el 86%, y el índice de conciliación de pacientes atendidos en la consulta de la unidad es del 79%.
«El objetivo es atender de forma ágil a personas con pluripatologías crónicas en el nivel asistencial que sea preciso, cuando están estables en Atención Primaria y en los momentos de descompensación. Si recibimos el aviso de los médicos de Atención Primaria o de cualquier otro especialista del Hospital, citamos al paciente en la consulta o solucionamos por teléfono la duda que pueda tener, para que vengan lo menos posible al Hospital. Si de todas formas tienen que venir, lo hacen directamente a la UCA, no necesitan pasar por Urgencias. Una vez aquí, vemos lo que hay, les hacemos analíticas, radiografías, electros, lo que precisen. Se realiza una valoración, una historia clínica y se estudian los detalles a nivel farmacológico. Yo siempre defendí la presencia de un farmacéutico en la unidad porque se trata de enfermos muy medicados que requieren de una atención especial. Si necesitan tratamiento, tenemos una especie de hospitalillo de día donde les podemos poner medicación intravenosa, nebulizados... Se van con su informe hecho y si necesitan ser revalorados en poco tiempo porque están inestables, salen ya con la cita para la siguiente visita, que puede ser a los tres días, a la semana o a las dos semanas. Cuando consideramos que están en una situación estable y el seguimiento lo puede hacer Atención Primaria, les damos el alta en la UCA. En este caso, Atención Primaria debe hacer un seguimiento proactivo del paciente, para intentar adelantarse un poco a cualquier episodio de descompensación», explica la doctora Sanz Lobo. Las personas que hacen uso de la Unidad de Continuidad Asistencial suelen ser pacientes con insuficiencia cardíaca crónica, pacientes bronquíticos crónicos que pasan por momentos de descompensación, de infecciones o agudizaciones de su EPOC, y enfermos con anemias y sangrados digestivos que necesitan tratamientos con hierro intravenoso o transfusiones de sangre periódicas. «Son las tres causas principales», añade la médica.
«Siempre hemos creído en ello»
Los responsables de la unidad recogieron el premio el pasado martes en el Laboratorio de las Artes de Valladolid, en el transcurso de una gala que organiza, con carácter anual, la revista 'Redacción Médica', periódico de referencia en el ámbito sanitario que publica el grupo editorial Sanitaria 2000. Los premios tienen por objeto reconocer la labor que profesionales, asociaciones, centros de Atención Primaria, hospitales, sociedades científicas, organizaciones, entidades y empresas del sector sanitario realizan en Castilla y León. Los galardonados se dieron a conocer durante la misma ceremonia de entrega, que estuvo presidida por el consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado. «Nos hizo mucha ilusión recibirlo. Es una manera de reconocer nuestro trabajo y una inyección de energía para seguir trabajando día a día», apunta Leonor Gómez Sayago. «Creíamos en ello, por eso nos hace especial ilusión, porque es algo en lo que crees. Ya la nominación era un premio», añade Celia Sanz Lobo.
La estrella de la UCA es el proyecto de conciliación de la medicación. Leonor Gómez Sayago, del Servicio de Farmacia, está muy contenta con el premio, pues considera que se trata de un acicate para seguir adelante. «El funcionamiento es sencillo. El farmacéutico del Hospital obtiene el listado de la medicación que precisa el paciente e identifica la discrepancias entre lo que el enfermo tiene prescrito y lo que realmente toma. Las que no son justificadas son consideradas errores de conciliación, se ponen en conocimiento del médico internista y, de ser necesario, son subsanadas. Así obtenemos una lista conciliada de lo que realmente toma el paciente, lista que se revisa para detectar cualquier oportunidad de mejora en el tratamiento. Aplicamos diferentes criterios de medicación inapropiada en el paciente anciano, potenciamos el empleo de fármacos eficientes, intentamos ajustar fármacos según la función renal y no prescribimos fármacos de utilidad terapéutica baja. Por último, entregamos al paciente un plan de medicación actualizado, mediante una hoja sencilla en la que aparece una tabla con los horarios en los que debe tomar la medicación. A las personas que se van con una medicación finita, es decir, con una medicación puntual, se les dan las medicinas que necesita hasta concluir el tratamiento, correctamente identificadas y señaladas. Es una manera de garantizar el cumplimiento de la medicación –para que el tratamiento acabe siendo un éxito–, de evitar pérdidas de unidades en el domicilio y de potenciar el uso racional del medicamento», explica Gómez Sayago. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los enfermos de la UCA son personas mayores, que suelen tener problemas con la medicación, olvidos, pérdidas, etcétera.
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