El encuentro que tiene previsto Segovia con la reina Isabel la Católica requiere vestir de etiqueta. Por ello, lo medieval se ha vuelto a poner de moda. Damas, caballeros, guerreros y maestres participarán en el cortejo real y, por ello, han tenido que sacar de ... sus armarios una indumentaria propia para la ocasión. El servicio de alquiler de vestimenta histórica ya ha recibido los primeros encargos de interesados en sumergirse en lo más profundo del siglo XV este fin de semana, de ahí que sean decenas de personas las que a lo largo de estos días pasarán por las manos de Carmen Andueza, diseñadora abulense especializada en la confección de trajes de época.
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Los velos, capas, cofias y sotanas ya están a punto para salir a la calle con motivo de los actos de proclamación de Isabel I como reina de Castilla. Un vestidor improvisado en la sala Unturbe del Casino de la Unión, ambientado con estelas, decorado y música medieval, alberga cientos de prendas dirigidas a su alquiler o compra por parte de aquellas personas que quieran acompañar a la reina en un viaje en el tiempo con parada en el año 1474.
Hay más de 300 alternativas que pueden elegir tanto niños como hombres y mujeres, cuyo precio de alquiler se sitúa a partir de los 35 euros . «Y también hay diferentes categorías, aunque no hemos traído mucho tema de campesinado, pues la coronación es lo suficientemente importante como para que la gente vaya de la corte», asegura Andueza, cuyo taller ha elaborado cada uno de los trajes que pueden reservarse hasta el 5 de octubre.
Los colores son variados, así como los tejidos, desde la seda y terciopelo hasta el cuero y lino. «No hay ningún vestido igual», subraya. De ahí que ya este martes por la tarde fuesen muchos vestidos los que ya se habían retirado del perchero. Su pasión por la moda medieval, que ahora se ha convertido en una dedicación «casi absoluta» en su taller, comenzó cuando una clienta preguntó si podían hacerle un traje para un evento histórico. «Al principio dudé, pero pensé: si hago vestidos de novia, ¿por qué no voy a poder hacer uno medieval?», relata. El resultado le cautivó y muy pronto vio un nicho de mercado, ya que también proliferaron las bodas con esta temática.
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«La gente ve mucha información, series o películas, se fijan, les gusta y te piden modelos muy interesantes», sostiene. Algunos de ellos tardan en confeccionarse varios meses. «Si hay que tenerlo rápido, se paraliza el taller para hacer el vestido», relata la diseñadora, quien ha dedicado los últimos años a profundizar en la historia en busca de documentación y, sobre todo, inspiración. Esto se debe a que hay ejemplos «muy elaborados», con joyería, pedrería y brocado. «Es importante conocer, pues es una moda más», concluye.
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