Secciones
Servicios
Destacamos
Berta Jiménez
Segovia
Lunes, 26 de abril 2021, 20:21
Recurrir a la prostitución sigue siendo, en multitud de ocasiones, la única opción para algunas mujeres. En los últimos meses, la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional en Segovia ha llevado a cabo tres operaciones policiales (dos en la capital y ... otra en un área rural) contra la trata y la explotación sexual, que han permitido liberar a seis personas: dos de Perú, dos de Colombia, dos de Honduras y una española. Aunque el número de clubes del alterne se ha reducido en los últimos años en la provincia, quedan aún entre cinco y seis establecimientos de este tipo ubicados en las cercanías de algunos pueblos, dos de los cuales podrían estar ahora mismo en funcionamiento pese a las restricciones del coronavirus, según estas mismas fuentes policiales.
A pesar de que es un debate sobre el que se ha discutido mucho, la prostitución hoy en día no es una actividad legal en España pero tampoco ilegal. No está regulado como tal el ejercicio de la prostitución dentro de la normativa estatal, aunque sí existen algunos delitos relacionados tipificados en el código penal, como la explotación sexual.
Desde 2015, la ley de Seguridad Ciudadana persigue a aquellas personas que paguen por servicios sexuales en lugares donde pueda haber menores, como parques y colegios, o cuando haya «un riesgo para la seguridad vial». Las multas van desde los 601 a los 30.000 euros. Recientemente, el Ministerio de Igualdad ha anunciado que ya ha iniciado los trabajos para la elaboración de una Ley Integral Contra la Trata.
En el caso de Segovia y a raíz de la pandemia, el debate se ha vuelto a abrir. En septiembre de 2020, el Pleno municipal aprobó una moción presentada por Izquierda Unida en la que se instaba a la Junta de Castilla y León a legislar el cierre de los establecimientos donde se ejerciese la prostitución con el objetivo de frenar el aumento de contagios por coronavirus. Pero, como indica la concejala de Servicios Sociales, Igualdad, Sanidad y Consumo, Ana Peñalosa (IU), todavía no se ha puesto nada en marcha. «Se hizo una instancia a la Junta, pero no hemos tenido aún una contestación al respecto», señala.
La propuesta buscaba cerrar todos los locales, desde apartamentos hasta clubes de carretera, que estuvieran relacionados la prostitución forzosa, la explotación o la trata de seres humanos. «Es verdad que son situaciones complicadas de detectar, pero desde la concejalía estamos trabajando sobre el tema», asegura la edil, quien precisa, además, que mantendrán próximamente reuniones con los diferentes grupos policiales para trabajar «de forma coordinada, cada uno dentro de sus competencias». «Es cierto que se presentó en ese momento porque era un motivo más para evitar la expansión de la covid-19», explica Peñalosa «pero es un trabajo que debemos llevar a cabo más allá de la pandemia».
Los pisos particulares o 'casas de citas' también son lugares vigilados muy de cerca por los agentes, quienes aseguran que están ahora mismo sobre la pista de cuatro cinco apartamentos en los que sospechan que se pueden estar cometiendo delitos relacionados con la prostitución. En Segovia, no hay ninguna zona en la que se concentren más locales de este tipo sino que están repartidos por toda la ciudad. El jefe de la brigada provincial de Extranjería niega que a raíz de la pandemia se haya intensificado el número de intervenciones policiales y reconoce que «aparte de la investigación propia, es importante la ayuda de otras comisarías así como la colaboración ciudadana».
'Adoratrices', una congregación de religiosas que nació en Burgos hace más de 150 años, tiene precisamente como objetivo acompañar a mujeres en estos contextos de exclusión provocados por la trata de seres humanos y la prostitución. A petición de la Junta, trabajan también en Soria y Segovia desde 2016. Su función consiste en proporcionar alternativas habitacionales a las víctimas y ayudarles a vivir de otra manera para que, como explica Consuelo Rojo, integrante de la asociación, «puedan salir la violencia en la que se ven envueltas».
'Adoratrices' desarrolla proyectos de acompañamiento pero también de acercamiento, en los que es la propia entidad quien busca a las mujeres para darse a conocer y les proporciona un teléfono de contacto. En 2020, fueron 168 las mujeres que entraron en proyectos de acercamiento en Segovia y 32 las que pasaron a formar parte de programas de acompañamiento. «Actuamos en función de las demandas y necesidades que ellas tienen», sostiene Rojo, que afirma que en muchas ocasiones son las víctimas las que acuden directamente a la congregación en busca de ayuda. «La vía de entrada es muy diversa. Pueden llegar por el boca a boca o a través de otras asociaciones».
Para Rojo, más allá de que puedan existir colectivos de mujeres que reivindican el trabajo sexual como un oficio más, la prostitución más extendida y la que pretende combatir la asociación «está muy vinculada a situaciones de explotación, violencia y necesidad». «Las mujeres normalmente no quieren estar donde están, pero de ahí a que puedan salir, es un proceso largo y complicado por diferentes circunstancias», explica. «A veces, son mantenedoras de sus propias familias y dejar esta actividad, cuando no tienes otras alternativas, es muy complicado. Las mujeres no salen cuando quieren, sino cuando pueden», subraya.
La pandemia del coronavirus ha agravado la situación de estas mujeres. La Asociación APRAMP, que trabaja igualmente para erradicar la explotación sexual y la trata de seres humanos en seis comunidades autónomas de España, emitió un comunicado cuando el confinamiento de marzo del año pasado apenas acababa de comenzar. Señalaba en él que las víctimas de trata con fines de explotación sexual se encontraban en una «dramática situación» pues volvían a ser «las excluidas de las excluidas». No figuraban en los registros oficiales de contagiados de covid-19 e incluso tenían, en muchos casos, dificultad para acceder a los servicios médicos. A esto se sumaba que la mayoría de ellas tuvieron que quedarse, durante el primer Estado de Alarma, en los clubes o pisos sin medidas de aislamiento, aumentando su deuda con el proxeneta dado que normalmente «tienen que pagar una cantidad diaria por permanecer allí, así como por la manutención».
En 'Adoratrices' son conscientes de todas esas dificultades que ha traído consigo la pandemia. Para Consuelo Rojo, el confinamiento del año pasado fue «una locura. Empezaron a llamarnos mujeres que estaban desesperadas, se pasaban los teléfonos unas a otras». La Junta, dice, aportó ayudas económicas para cubrir las necesidades de primera necesidad (alimentación, alojamiento…) y desde la asociación habilitaron algunos pisos en Burgos con el fin de proporcionar a las víctimas alternativas más seguras para vivir en aquellos tiempos. Rojo coincide en que muchas de estas mujeres se encontraban entonces (y se siguen encontrando ahora) en una situación administrativa irregular, por lo que no tienen acceso al sistema sanitario. «De hecho, ha habido mujeres que se han contagiado y han pasado el virus como han podido, sin acudir al médico», cuenta.
Algo que Rojo sí ha notado es que, a raíz de la pandemia, ha habido un ligero incremento de las videollamadas o el «sexo por Internet», dado algunas mujeres han intentado evitar esos contactos físicos ofreciendo otro tipo de servicios vía 'on line'. Pero confirma que la actividad de la prostitución nunca ha parado. «Incluso en los meses más duros de confinamiento del año pasado, había mujeres ejerciendo. No la mayoría, pero había», declara, mostrándose prudente por la dificultad de saberlo «a ciencia cierta». «Todo es muy clandestino y las mujeres además tienen miedo de ser denunciadas», subraya.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.