A partir del 22 de junio, el museo palaciego estrenará 47 nuevas pinturas de la colección de Felipe V e Isabel de Farnesio. Hasta entonces, se añadirá a la muestra una colección de dibujos del propio rey y de tapices flamencos
Taladros, medidores láser, andamios, operarios y conservadores de un lado para otro… todo lo necesario para poner a punto la remodelación de la pinacoteca del museo del Palacio Real de La Granja. No sucedía desde el 2000; el museo no había sufrido variaciones en más de veinte años. Ahora, el objetivo de Patrimonio Nacional es traer de vuelta al palacio parte de la colección que Felipe V y su consorte, Isabel de Farnesio, —impulsores de esta residencia real— reunieron y coleccionaron durante sus vidas. Un conato por devolver a la colección obras que habían estado dispersas por toda España, pero que formaron parte de la esencia del palacio en los tiempos en los que éste debutó con su esplendor barroco a mediados del siglo XVIII en un alarde de devoción por el Versalles en el que el propio Felipe V nació y creció.
«Devolver las obras a su lugar de origen, a donde fueron encargadas. El Museo del Prado tiene una magnífica colección, pero las piezas no se muestran en el lugar donde se encontraban en un primer momento, aquí sí», señala Carmen García-Frías, conservadora de Pintura Antigua de Patrimonio Nacional. Aunque refleja la imposibilidad de recuperar el cien por cien del arte que coleccionaron 'el Animoso' y su mujer, ya que «aproximadamente el 55% de las obras que hubo aquí se encuentran en el Prado».
Como explica García-Frías, el objetivo es el de «recuperar el esplendor del palacio». Un esplendor que duró hasta la muerte de Isabel Farnesio en 1766. Carlos III ya no mostró interés por la colección pictórica, «prefería el valor cinegético del Palacio de El Pardo o el de El Escorial». Por otro lado, Carlos IV sacaría pintura de La Granja para adornar su morada en El Escorial o el Palacio de Aranjuez. Esto invita a pensar que a lo largo de la historia el valor artístico del Palacio de La Granja había sido desvalijado y diezmado, pero en realidad «se trata de algo que ha pasado siempre, los palacios antiguamente se 'vestían' dependiendo si los frecuentaban o no lo reyes».
En la remodelación del 2000 se incorporaron al museo cerca de 200 obras; en la de este año, se añaden un total de 47 más cuya procedencia es variopinta: El Escorial, el Palacio de Riofrío, el Palacio de Aranjuez, el Palacio de Zarzuela… Todas ellas pertenecieron a la colección de Felipe V e Isabel de Farnesio, «llegaron a recopilar una cantidad cercana a las 1.500 obras». Para identificar si una pintura pertenecía a la colección del rey o de la consorte añadieron un símbolo dinástico que se aprecia en las esquinas de las obras: «La identificación para la colección de Felipe V son unas aspas, y la flor de lis es la de Isabel de Farnesio».
«Una remodelación de 14 salas» que se realizará en 15 días y que abrirá las puertas al público el día 22 de junio y en la que prima un «enriquecimiento del museo y que será prácticamente como reabrirlo».
Protagonistas
La gran mayoría de obras que se reúnen en la pinacoteca se acondicionan al estilo barroco del palacio. En esta remodelación se incorporan obras como «Santa Catalina de Alejandría» de Guido Reni o «La bendición de San Genaro» de Andrea Malinconico.
Isabel de Farnesio, al ser una gran aficionada a la pintura, disponía de su propio maestro, Andrea Procaccini, que la formó y ayudó a elaborar obrar que también se encontrarán expuestas en el palacio. Un guiño para dar voz a las mujeres en el arte ya que otra mujer como es Fede Galizia también goza de protagonismo en la nueva colección.
Sumado a esto, obras de Snyders, Carlo Maratta, Abraham Brueghel, Frans Francken y muchos más incrementarán la calidad pictórica del palacio segoviano.
Un recorrido alternativo
De cara a estos 15 días de reestructuración de las salas y acondicionamiento para las nuevas obras, se ha dispuesto al público la presencia de un recorrido alternativo que no supone una restricción para el visitante, al contrario. Desde el 8 de junio que se cerraron las salas se puso en marcha un nuevo orden en el museo en el que destaca la novedosa presencia de unos dibujos realizados por el propio Felipe V. «Se trata de la primera de vez que se ven juntos. Son obras que Felipe V pinta en este intento de caballero renacentista y atendiendo al espejo de príncipes, era una época en la que se pretendía que los reyes también supieran de arte de una forma práctica y no solo teórica», explica Roberto Muñoz, conservador de Patrimonio Nacional. Unos 75 dibujos situados en una sala de luz tenue —en conservación preventiva— que se encontraban disperos y que ahora se reúnen por primera vez.
También para estas dos semanas se han incorporado 15 tapices a lo largo de tres salas. «Son tapices que antes no se podían ver, incluyen la serie completa de Apocalipsis encargada por Felipe II, uno de Los Triunfos de Petrarca y otros tres sobre la serie de La Creación del Hombre», ilustra Muñoz. Todos ellos de manufactura flamenca y, en su mayoría, del siglo XVI. Todo esto tan solo podrá ser visitado hasta el 22 de junio, cuando el museo, ya con su disposición final, abra al público su colección definitiva.
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