El Palacio Episcopal reabre con un proyecto renovado tras años sin actividad
Segovia ·
La innovación y tecnología se funden en las estancias de esta antigua sede de obispos que ahora gestiona el Cabildo de la CatedralSegovia ·
La innovación y tecnología se funden en las estancias de esta antigua sede de obispos que ahora gestiona el Cabildo de la Catedral«Si no hubiera sido por mí, este lugar ahora sería una montaña de escombros». Así lo afirma Manuel Murillo, quien fue obispo de Segovia entre 1752 y 1765 e impulsor del Palacio Episcopal. No lo hace en carne y hueso, sino por medio de ... píxeles y ondas que se entrecruzan para traer su figura al mundo actual. La realidad aumentada permite que esta personalidad del siglo XVIII viaje en el tiempo hasta nuestros días para desgranar lo secretos de la antigua residencia segoviana de los obispos, que celebra este jueves su reapertura al público.
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La pandemia hizo mella en el proyecto museístico que se emplazó en este edificio en 2019. Las idas y venidas del Palacio Episcopal, desde su dedicación a la hostelería como a las acciones expositivas, acumulan un sinfín de cierres intermitentes y esperanzas fraguadas. El Cabildo de la Catedral acordó su gestión en 2021 y, tras acometer un lavado de cara, «deseamos que todo salga bien», confía el deán Ángel García Rivilla.
Las salas y pasillos ornamentales del entorno palaciego volverán a recibir visitantes después de más de tres años sin actividad. Con el proyecto museístico, «no buscamos gloria, sino que nos ponemos al servicio de este edificio para darle vida; todo lo que había dentro estaba muerto», lamenta Rivilla. Se refiere a la custodia de 188 obras de arte litúrgico, de las cuales 120 son orfebrería. El resto, esculturas y pinturas. De hecho, debutan tres cuadros que ilustran la virgen de la Guadalupe, el martirio de San Lorenzo y la Sagrada Familia con San Juan.
Las salas nobles mantiene inalterable el día a día de los obispos que residieron en la sede. Un calendario que reposa en el despacho principal fecha el día en que se paró el tiempo: 28 de octubre de 1969, cuando el Palacio se destinó a otras funciones.
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En un primer vistazo, todo sigue igual. Nada más lejos de la realidad. «Hemos buscado hacerlo más atractivo, combinar lo nuevo y antiguo», sostiene el deán. Para ello, se han servido de una tienda de suvenires, un nuevo sistema de iluminación, donde las piezas son protagonistas en estancias oscuras, y se han renovado las cartelas y paneles de acuerdo a la imagen corporativa.
La incorporación de seis trabajadores, con predominio de rostros jóvenes, se combina con la implantación de actividades dinámicas y llamativas. Se trata de un juego pedagógico basado en el metaverso y, por otro lado, de una 'escape room', para los que se ha solicitiado asesoramiento de Carmen Cantillo, Javier Gil, Simón Gily Javier Hueso, profesores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (Uned).
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6 trabajadores
se incorporan a las filas del Palacio Episcopal, donde predominan los rostros jóvenes.
Ya no es extraño ver tabletas y otros dispositivos electrónicos en entornos históricos. Estos elementos sirven de aliciente para sumergirse en el pasado de edificio, tanto en su sentido literario como literal. En la primera iniciativa, la experiencia educativa realiza una visita al 'metamuseo' por medio del metaverso. En ella confluye la realidad física con la virtualidad digital por medio de una narrativa histórica que invita a descubrir los orígenes del cristianismo a través del emperador romano Constantino.
«Habrá que descifrar un enigma por medio de un criptex», señala un trabajador, Luis Miguel Romo. Este artilugio de forma cilíndica esconde secretos y para afrontar cada uno de los retos será necesario trabajar en equipo. El objetivo es potenciar la gamificación y el aprendizaje colaborativo de los asistentes.
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De modo parecido, un 'escape room' basado en el misterio animará a los participantes a conocer más de trescientos años de historia, desde el siglo XV al XVIII, de la sede de obispos. Todo ello sin moverse de una sala. «Hay ficción y también se utiliza la historia de la ciudad», afirma una de las diseñadoras del juego, Gloria Morille. «Sigue el hilo de todo lo que se ha visto en la exposición y también se refleja la alucinante entrada al Palacio», subraya su compañero, José López.
El recorrido virtual, para lo que es necesario incorporar gafas de realidad aumentada, está guiado por el obispo Murillo. Su figura se levanta desde un trono para acercarse al público e invitarles a unirse en su camino de devolver la paz al edificio, para lo que es necesario superar una serie de pruebas. Hasta seis personas pueden participar simultáneamente en la actividad después de visitar el Palacio e incluso la Catedral.
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