El segoviano Berto coge el temido delantal negro del programa. Shine Iberia SL
Berto, participante segoviano en MasterChef

«La palabra que define mi paso por MasterChef es intensidad»

Alberto Alonso, un joven vecino de Gomezserracín, fue el primer expulsado en la décima edición del 'talent' culinario

Mónica Rico

Cuéllar

Jueves, 21 de abril 2022, 11:27

El año pasado se quedó a las puertas y aseguró que repetiría y así fue. Más de 1,6 millones de españoles de media pudieron volver a ver ayer al joven Alberto Alonso (Berto), de Gomezserracín, intentando acceder a las cocinas de MasterChef, el programa culinario por excelencia de la parrilla televisiva. Una vez más se situó entre los 50 candidatos para acceder. Al igual que la vez anterior, acompañado de su madre y su abuela, tuvo 40 minutos para elaborar su plato y cinco más para terminarlo y emplatarlo delante de los jueces. Optó por unas carrilleras guisadas al vino tinto con 'parmentier' con patata trufada, un plato que llamó 'Memorias de Vietnam'.

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Allí, ante los tres jueces del programa, Alberto o Berto cómo le llaman en el programa, recordó cómo el año pasado se quedó con las ganas y al verse rodeado de las fotos de los ganadores de ediciones anteriores se sentía muy emocionado. No faltaron las lágrimas en ese momento, mientras los tres jueces deliberaban. Para Samantha Vallejo-Nágera su plato y su actitud fueron un 'sí', pero no convencieron a Pepe Rodríguez ni a Jordi Cruz. Sin embargo, este último no estaba seguro de su decisión, por lo que, ante la existencia de un último delantal que suponía el pase a las cocinas de MasterChef, salió del plató a buscar a Berto, que regresó acompañado de su abuela Valentina, quien contó cómo desde muy pequeño le ayudaba y se metía en su cocina. Cruz se retractó y decidió entregarle el tan ansiado delantal.

Fueron unos momentos de emoción, en los que, según el propio Alonso «pasó de todo. Hemos reído, hemos llorado, hemos saltado, hemos estrompado a la abuela contra la pared», bromea, ya que al salir de la mano de Valentina dando saltos, ésta casi choca contra una de las puertas. Y es que MasterChef «es un cúmulo de emociones, que no sabes por dónde van a salir. Es una fantasía». Ysi la primera experiencia, hace ahora un año «fue brutal», esta segunda «ha sido brutal al cuadrado. Súper divertida, súper intensa, me quedo casi sin palabras para describirla, y es que cuando crees que lo has vivido todo, te sorprenden. Es una experiencia muy bonita», asegura, señalando que aún lo es más gracias a quienes le acompañaron el año pasado y nuevamente este, su madre Brigi y su abuela Valentina.

En sus recuerdos también está el plato que preparó el año pasado, dedicado a su madre, mientras que el de este año, lo tituló 'Memorias de Vietnam' «por el año que hemos pasado, por la cantidad de cambios, que ha sido como reconstruirse», según explicó en plató. El fondo del nombre no es otro que una broma que tiene con sus amigos, «porque cuando algo sale mal, siempre decimos 'asumimos y remamos'. Cuando ya ha pasado todo el problema se queda en nada, en Memorias de Vietnam, y como también dije, es un plato para todas las personas que hayan pasado por algún momento de su vida que hayan estado un poco más decaídos».

Esta primera vez como concursante, Berto llegó a las cocinas, realizó una prueba de exteriores, en la que su equipo perdió, y regresó de nuevo a cocinar en una prueba de eliminación en la que finalmente fue el primer expulsado de esta edición. Para él la experiencia «ha sido cortita pero intensa, ha sido muy emocionante, muy nueva. La mejor palabra para describirlo ha sido intensidad». En esa prueba de eliminación, los concursantes tuvieron que realizar un plato con la sangre como ingrediente. Mientras que algunos de sus compañeros optaron por platos más clásicos y muchos arroces, él quiso innovar y utilizar la materia prima de una forma original, por lo que optó por un dulce, un 'brownie' de chocolate y sangre que no salió todo lo bien que él esperaba y que no gustó a los jueces. Sin embargo, no se arrepiente de haber elegido esa creación. «No me pienso arrepentir de algo que he hecho, yo si hago algo es porque lo acepto. Me nació, era arriesgado, pero es lo que me apeteció cocinar en el momento. Me voy muy contento porque si no lo hubiera hecho así es que no habría sido yo».

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De esta nueva experiencia se lleva «compañeros como Paula, Jokin, Eva, Tere… me llevo gente del equipo maravillosa, que han estado ahí en todo el proceso del año pasado y de este; me llevo la experiencia; me llevo también concursantes que no han entrado; y me llevo todo lo que MasterChef me ha podido regalar a nivel de experiencia».

Si su vida estará ligada a la cocina en un futuro «solo el tiempo lo sabe», por lo que su intención por el momento es continuar formándose. Para todos aquellos que se plantean si presentarse en alguna ocasión al programa culinario, Berto les anima a que lo hagan «totalmente. Al final lo que importa es que te guste la cocina, que seas un poco espabilado y que tengas un poco de pasión», asegura.

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