Pleno en el Ayuntamiento de Segovia

Los pagafantas y la naranja sanguina

Las sesiones en las que se debaten los presupuestos suelen ser tediosas, pero la de ayer dejó momentos divertidos que deben figurar, con todas las de la ley, en las actas municipales. El acuerdo PP-Vox para los presupuestos motivó algunos de los calificativos que los portavoces de los distintos grupos se dedicaron entre sí. Los choques Segovia en Marcha-Vox y Vox-Ciudadanos fueron los más llamativos. El PP puso la guinda al final, cuando repartió entre la oposición dos documentos para que sus portavoces formalizaran la renuncia a sus retribuciones y contribuyeran así a la reducción del gasto político que antes habían criticado.

En el debate de las enmiendas, previo al de presupuestos, el concejal de Vox, Alfonso Ceballos-Escalera, marqués de la Floresta, se molestó por las referencias de los grupos de izquierda a la «extrema derecha», pero se defendió tratando de hacer pedagogía: «Hace falta que lo explique de nuevo. La expresión extrema derecha nos sitúa fuera de la Constitución, y nosotros acatamos la Constitución. Sería más apropiado hablar de derecha radical, derecha tradicional o derecha reaccionaria. Ustedes son los que tienen socios que están en un golpe de Estado permanente». En el rifirrafe de los presupuestos, el portavoz de Segovia en Marcha, Guillermo San Juan, lanzó el dardo a Vox al dejar a sus concejales como los «pagafantas» del PP. San Juan leyó la definición de 'pagafantas', sinónimo de «tontos útiles», de quienes actúan para agradar a otros sin recibir nada a cambio. El alcalde se molestó mucho y exhortó al portavoz de Segovia en Marcha a retirar la expresión, a lo que se opuso. «Me he limitado a leer una definición», se justificó.

El enfrentamiento entre las portavoces de Vox, Esther Núñez, y Cs, Noemí Otero, dejó otra perla. En el debate de las enmiedas, Otero afeó a los concejales de la 'derecha reaccionaria' su entrega absoluta al PP sin apenas recibir nada a cambio. «Les han dado un cheque en blanco», les dijo. Núñez contestó llamando «roja» a Otero: «Señora Otero, es usted una naranja sanguina: naranja por fuera, roja por dentro». Cuando el pleno terminó, el concejal del PSOE Miguel Merino colgó lo siguiente en sus redes sociales: «La fruta del día: naranja sanguina».

Justo antes de la votación de los presupuestos (14 votos a favor y 11 en contra), llegó el último acto. La portavoz del PP, Rosalía Serrano, molesta por las continuas críticas de PSOE, IU, Segovia en Marcha y Cs a la subida de las dietas y asignaciones a los grupos políticos, repartió entre sus portavoces sendos documentos para que renunciaran formalmente tanto a sus asignaciones económicas, como a la destinada a los grupos a los que representan, a fin de «no incrementar la memoria económica de los presupuestos municipales», les dijo Serrano. «¡Ya está bien!», exclamó Clara Martín. «Eso mismo digo yo: ¡ya está bien!», replicó el alcalde, José Mazarías, mientras los ediles se levantaban de sus sillas sin que el presidente de la corporación hubiera cerrado aún la sesión y recién terminada la votación.

La propuesta del PP fue idéntica a la que el concejal socialista Alfonso Reguera hizo en su día, allá por el año 2015, a los grupos que se oponían a la subida de salarios y asignaciones prevista entonces por el PSOE. «Mucho nos tememos que la oposición no tiene intención de renunciar a ningún dinero del que cobran cada mes religiosamente del Ayuntamiento, pese al uso populista que hacen de esta cuestión en todo momento tratando de confundir a la ciudadanía», dijo el PP en una nota posterior. Fuera del pleno, los socialistas acusaron a Rosalía Serrano de haberse reservado en el presupuesto una futura liberación «con un montante superior a los 75.000 euros al año, a la que no ha renunciado».

• Temas
• Ayuntamiento de Segovia
• Clara Martín
• José Mazarías