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Emoción, sacrificio, esfuerzo, sorpresa en los gestos de Águeda Marqués en las pruebas que ha corrido en París 2024. Agencias
Segovia

Las perlas de Águeda Marqués, medalla de oro a la espontaneidad

La atleta segoviana ha derrochado simpatía y naturalidad, lo que le ha convertido en uno de los grandes descubrimientos de los Juegos de París

Miércoles, 14 de agosto 2024, 11:24

Águeda Marqués ha conquistado París 2024, cuando a un mes de la ceremonia olímpica ni siquiera sabía si iba a poder cumplir su sueño de participar en unos Juegos. Correr y compartir las calles con las mejores del mundo de 1.500 metros lisos. La atleta segoviana es oro puro. Ella se ha colgado las preseas de la naturalidad, la generosidad, la espontaneidad, de la simpatía; pero también del esfuerzo, del sacrificio, de la superación a pesar que le duelan las piernas y «hasta las pestañas». Sus declaraciones desbocadas de emoción y desprovistas de análisis sesudos y comedidos se han hecho virales. Ha ganado más que una medalla, la atleta ha vencido al artificio deportivo, a las poses y se ha colgado a los hombros a un país que admira y alaba su desparpajo y gracejo. Con la cadena al cuello luciendo el Acueducto de su tierra, Águeda es la más maja salada de París 2024 por comentarios como estos.

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La segoviana acababa de terminar su primera carrera en el Stade France, esa que había perseguido en cada zancada desde niña. Ante el micrófono de TVE, confesaba, aún sin aliento: «Mira, me da un poco de rabia porque no he pasado de ronda. Me he encontrado muy bien, y es que ya está, corren más ahora mismo». Un segundo de pausa, y se viene arriba, consciente del escenario y de las rivales. «Ha sido una brutalidad. Con esto antes se quedaba finalista olímpica en la final, ahhh, y ahora pues aquí estoy, en la eliminatoria. Buah, brutal, es que estoy en shock; pero estoy contenta porque he hecho marca personal».

Tras la primera carrera

«Ha sido una brutalidad. Con esto antes se quedaba finalista olímpica en la final, ahhh, y ahora pues aquí estoy, en la eliminatoria»

Águeda Marqués

Atleta olímpica

Primera carrera en unos Juegos y baja ese tiempo que le entreabrió la puerta a la participar en las Olimpiadas. A la cámara, ella que no está acostumbrada al seguimiento mediático, relata cómo lo ha logrado. «Puf, si es que me he chocado con gente por ahí, pero es que estaba tan concentrada que no me estaba dando cuenta. Quizás sí, la japonesa me ha molestado un poco porque he parado, he seguido, y ya vas un poco justa de fuerzas. Aun así, estoy contenta, porque con la carrera que ha sido me he demostrado que estoy en buena forma y tengo que estar contenta».

Como cuando se saborea un Peta Zeta, Águeda salta de repente de los toques en plena carrera a la complacencia por la marca, al chispazo de alegría para, de nuevo, intentar adoptar un rictus serio para hacer autocrítica sin que el periodista se atreva a interrumpirla. «Está mal que no haya pasado a la semifinal, pero yo qué sé, es que corre mucho la gente» Y esta frase ya pasó a la historia de estos Juegos Olímpicos. La naturalidad con la que asumió que sus límites son más mundanos que los de sus rivales. Aún así, insiste: «Habrá sido la vez que más rápido habré pasado los 1.000 en toda mi vida. Mi entrenador me decía que podía seguir el ritmo; pero es que aun así… Que a falta de 500 metros tenía que estar delante, ¿pero qué delante? Yo estoy flipando, pero es que hay un nivel ahora que... ¡jolín!

Este primer contacto con el universo olímpico, el deportivo y competitivo y el del espectáculo que órbita empezó a encumbrar a Águeda Marqués. En la pista y en los corazones de miles de personas que se rendían a la personalidad de la segoviana, a su simpatía y naturalidad, valores que la élite ha perdido a veces de vista.

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La repesca fue la confirmación de que «ha nacido una estrella», como rezaban algunos comentarios de admiración suscitados tras el descubrimiento de Águeda Marqués al mundo, como atleta y como persona. La del barrio de San Marcos ya estaba semifinales.

El pase a la final

«No sabía ni cómo había quedado, me he quedado así en el suelo y he visto 'sexta' y ha sido 'no, no me lo puedo creer'»

Águeda Marqués

Atleta olímpica

Le quedaban 1.500 metros más, una tercera carrera si quería alcanzar la final. Su pundonor y que ya corría tanto como algunas atletas con las «flipaba» días antes por su velocidad le empujaron hasta lograr un sexto puesto en una semifinal cara. Saltó la sorpresa y se colaba entre las doce mejores de la distancia. Ante tal mérito, la cámara y el micrófono relanzaron la viralidad del fenómeno Águeda Marqués, que multiplicaba exponencialmente las muestras de cariño en las redes sociales, devoción tanto por su capacidad de superación y por su gracejo.

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«Sí, sí, sí, estoy superemocionada., No sé que decir. Estoy superfeliz. No era el objetivo como tal,o sea, era el objetivo pero un objetivo muy ambicioso que perfectamente podía no salir. Y he llegado, no sabía ni cómo había quedado, me he quedado así en el suelo y he visto 'sexta' y ha sido 'no, no me lo puedo creer'. Así que espero descansar un poco y el sábado [por el día de la final] a por todas», decía tras conocerse finalista.

Otro detalle que encandiló al público es cuando Águeda, sin saber que está siendo grabada, entra en la zona donde se colocan los reporteros para entrevistar a los protagonistas después de cada prueba. La segoviana accedía a este estrado pero estaba pendiente de la pista. Cuando se diría al periodista que la esperaba era para advertirle de lo que estaba sucediendo en un estadio pletórico. Su compañera Marta Pérez estaba tratando de sumarse a ella para doblar la presencia española en la final de 1.500 metros femeninos.

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«¡Madre mía! ¿Lo has visto? Ha sido superrápido. Marta, increíble; o sea, ha hecho un marcón, récord de España y se ha quedado sin final. Es que me parece espectacular, tiene que estar supercontenta porque ese pedazo de marca, 3m57s… ¡Madre mía! Estoy ahí, mejorando cada día y nada, creo que me voy a llevar un muy buen recuerdo de París y no se me va a olvidar en la vida. Así que hay que disfrutarlo y vivir esto, que merece la pena.», le confesaba al micrófono cuando la preguntaban si había vivido con más intensidad su pase a la final o el carrerón de récord nacional de su compañera.

«¡Vamos, Marta, vamos! Va súper rápido. Tiempazo, Uaaa Récord de España de Marta, uaaa. qué guay. ¿No ha entrado en la final? Buah, 3m57s Que locura, que locura… ¡Uy, que me mato!», y casi desaparece de plano porque se tropezaba con el cable.; pero sin perder la sonrisa que ha encandilado a u país y más allá, como se ve en los comentarios de personas de otros países que redes sociales piropean su forma de ser.

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Y llegó el sábado 10 de agosto de 2024. Una fecha que va ser imborrable para la atleta segoviana. Ocho y cuarto de la tarde, penúltimo día de los Juegos Olímpicos. En la línea de salida, junto a ella, once rivales y marcas que se habían mostrado inalcanzables hasta ahora. Corrió más que nunca y se hizo con el objetivo de los cuatro minutos justos. a unas décimas de baja de esa barrera. Undécima, dejando el honroso farolillo rojo a la etíope Tsegay.

Ya en la zona de entrevistas, vuelve la segoviana vuelve a relucir como la medalla de oro que se colgó, con récord olímpico incluido, la keniana Kipyegon, o como la cadena con el Acueducto que baila alrededor de su cuello cuando corre en la pista.

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Undécima en la final

«Me duelen hasta las pestañas. Lo he dado todo, no me queda más, en este campeonato no me queda más»

Águeda Marqués

Atleta olímpica

¿Sensaciones? Águeda las desboca. «Me duelen hasta las pestañas. Lo he dado todo, no me queda más, en este campeonato no me queda más. He hecho récord personal de número de carreras, de marcas , de 1.500 seguidos, no puedo más» confiesa exhausta pero con la satisfacción de haber cumplido por encima del deber.

«¿Pero tú has visto? Han pasado a ritmo de los 800, ¿sabes? Veo en el marcador 59» en al primera vuelta y yo 'hasta lueeegooo, a ver si os pillo o algo', narra así, con esta fantasía, cómo ha vivido la experiencia.

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«Nada, estoy muy contenta, he hecho otra vez marca personal, 4m00s y en la cuarta carrera; que es que ayer pensé cómo voy a correr hoy, que es que me duelen las piernas que me costaba subir las escaleras del apartamento. Pero nada, muy contenta, el público ha sido abrumador. O sea, es que esta experiencia ha sido increíble, es que no tengo palabras para describirlo, de verdad», se felicitaba por el hito que acababa de lograr.

Horas después de la hazaña olímpica, Águeda confesaba más tranquila, con menos nervio pero con la misma sonrisa, que estaba «agotada». Y se agachaba como para buscar aire antes de compartir su estado de felicidad y de demostrar una vez más su generoso perfeccionismo. «He disfrutado muchísimo de estos Juegos Olímpicos. Hoy la final ha sido conmovedora, el público increíble y de verdad que solo puedo estar contenta. He luchado lo máximo que he podido, pero es ya son cuatro carreras en las piernas y, jo, por un lado me da un poco rabia no haber quedado finalista entre los primeros; pero creo que no tengo que ser tan inconformista, creo que me merezco estar contenta y feliz».

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Por último, no se olvidó de quienes han estado con ella para que aquel sueño olímpico se hiciera realidad. «Y es que ya está, lo he dado todo. Agradezco muchísimo a todo mi equipo que ha hecho esto posible, que es que sin ellos, esto hubiera sido completamente imposible, de verdad. Y muchas gracias a todos los que me estáis apoyando y a os que me estáis viendo porque para mí es todo un honor y espero haberos hecho disfrutar de esto».

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