Los ornitólogos censaron de forma simultánea quince buitres negros y 1.317 leonados en el Refugio de Rapaces y el Parque Natural de las Hoces del Riaza y su entorno, según los datos recabados en una nueva edición del censo de otoño, organizado por ... el fondo del refugio el pasado fin de semana y coordinado por el agente forestal Juan José Molina Pérez, vicepresidente del mismo. Esta observación fue llevada a cabo por 92 ornitólogos procedentes de trece provincias españolas y de Italia.
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De entre las rapaces diurnas también se avistaron esmerejones; pero la mayor sorpresa fue la detección de un águila imperial joven por primera vez para los censos de otoño, según el informe. En cuanto a las aves nocturnas, destaca un cárabo, además de los datos documentados sobre búhos reales y mochuelos. Se registraron al menos catorce especies de aves acuáticas en el embalse de Linares, humedales del sur de Burgos y algunos otros sitios. Desde rascones o fochas, hasta cercetas o patos cuchara, sin olvidar las garzas, grullas en paso migratorio o cigüeñas invernantes, entre otras especies.
El capítulo de las aves esteparias es calificado por los expertos como de «enorme interés», debido el dramático declive de la especie, con la observación de cuatro 'chorlas' ('ortegas'), por uno de los pastores del páramo del sur de Burgos que participan en el censo. Asimismo, se da cuenta de una posible alondra ricotí escuchada en los páramos segovianos por uno de los guardas del Refugio.
Se detectaron, como mínimo, 38 especies de aves no paseriformes, desde perdices hasta el martín pescador; además de al menos 56 ejemplares de aves paseriformes, cifra que seguramente será algo más alta en el informe final, avanza los especialistas. Llama la atención un bisbita alpino, registrado por un biólogo de Barcelona. También sobresalen en la observación la detección de pinzones reales y lúganos, cinco especies de aláudidos, cuatro de zorzales, siete de córvidos, cuatro de gorriones, dos de estorninos, reyezuelos listados, aviones roqueros y acentores comunes, roqueros solitarios y herrerillos capuchinos, entre otros pájaros.
Lamentablemente, el censo no encuentra ningún ejemplar de collalba negra, que «parece estar rozando su extinción en la comarca, si es que no ha desaparecido ya de una amplísima zona entre Segovia, Burgos y Soria», recoge la agencia Ical.
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