Segovia

«Nos oponemos a los macroproyectos fotovoltaicos: condenan el territorio»

Son muchas las empresas que han requerido la participación de alguna de las asociaciones en la planificación de explotaciones industriales de carácter fotovoltaico. La gerente de Segovia Sur, María José Gil, ejemplifica con un proyecto previsto entre Encinillas, Cantimpalos y Yanguas de Eresma. «Nos llamaron y preguntamos sobre el impacto que iba a tener». La respuesta no era la esperada. «La repercusión económica era mínima porque la inversión viene de fuera y en cuanto al empleo, tan solo se crearía un puesto de trabajo para una persona que vendría a limpiar las placas una vez al año», resume.

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A su vez, los efectos medioambientales eran destacados. «Estaban condenando muchas hectáreas de cultivo». Era un hecho aceptado por los propietarios de tierras heredadas, pues se les ofrecía grandes cantidades de dinero. «No nos oponemos a la transición, pero creemos que se pueden hacer de otra manera», insiste. La gerente de Codinse, María del Mar, opta por «pequeños proyectos con arraigo en el territorio». «Queremos conservar el patrimonio natural que tenemos, es un valor y recurso muy importante», añade.

Por su parte, Miguel Laguna, de Aidescom, resalta la posibilidad de generar grandes ahorros por medio de comunidades energéticas. El área que gestiona esta asociación es precisamente la campiña, donde las placas fotovoltaicas se han extendido por diversas parcelas en los últimos tiempos. «Estamos intentando que estas empresas financien algún proyecto al menos de carácter social en los pueblos, que permita su desarrollo. Hemos compartido ya algunos contactos y propuestas», concluye.