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«Hay un problema. Cuando ahí se mata tanta gente hay un problema», afirma Luis Miguel Pérez, alcalde de Navas de San Antonio desde hace veinticuatro años. En el término municipal del pueblo que gobierna se produjo ayer un nuevo accidente mortal, el tercero en nueve años que se registra en el mismo punto kilométrico. Si se aleja ligeramente el foco, al tramo de veinte kilómetros de la N-VI que conectan Villacastín con el núcleo de San Rafael, la cifra de accidentes mortales se eleva hasta los nueve desde 2014. En total, once personas han perdido la vida en ese segmento de carretera durante los últimos nueve años.
La última víctima mortal de una trágica lista es Marisol Barreno Gil, una mujer de 54 años que falleció tras la colisión frontal entre dos vehículos en la N-VI. El conductor del otro turismo, un hombre de 27 años, también resultó herido grave y fue trasladado al Hospital General de Segovia.
El accidente ocurrió minutos antes de las 2:30 horas en el kilómetro 78 N-VI, en el término municipal de Navas de San Antonio. Hasta el lugar del accidente se desplazó una Unidad Medicalizada de Emergencias, una ambulancia soporte vital básico y al equipo médico del Punto de Atención Continuada de Villacastín. Una vez allí, los servicios de emergencia tan solo pudieron certificar el fallecimiento de la mujer, vecina de El Espinar y trabajadora en un bar de Villacastín.
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El punto kilométrico 78 de la N-VI ya se había cobrado antes otras tres vidas. Las de un padre y un hijo, ambos vecinos de El Espinar, en otra colisión con un turismo en 2020; seis años antes, otro choque entre una furgoneta y un coche acabó con la vida de un joven vallisoletano de 25 años.
El alcalde de Navas de San Antonio, el municipio donde se ubica el fatídico kilómetro 78, señala como posibles causas las características de los peraltes en ambos carriles o la existencia de un carril de adelantamiento al que finalmente se deben incorporar los coches que circulan por la derecha. Pérez también confirma que en reiteradas ocasiones el Ayuntamiento ha pedido que se toman medidas. Así lo demuestra una carta mandada al Ministerio de Fomento en 2014 en la que se expone el problema y se pide que se estudie la adopción de alguna medida que ayude a evitar que se produzcan más accidentes en dicho punto. Nueve años después y tras haberse registrado otras tres muertes, el Ayuntamiento sigue esperando una respuesta.
Pero el punto kilométrico 78 no es el único trágico de un tramo de diecisiete kilómetros que acumula decenas de accidentes durante el último decenio. En algunos casos, como en la zona de las curvas del Cantarillón (kilómetro 73), las salidas de la vía son frecuentes, aunque no hay constancia de fallecidos en los últimos años. En ese punto Pérez recuerda que se aprobó un proyecto para suavizar la curva y hasta se ejecutó la expropiación necesaria de una parcela para acometer la intervención. «Vino la empresa, vio que había más roca de la prevista y se fue. Hasta ahora», lamenta.
El regidor de Navas de San Antonio no encuentra otros motivos que expliquen la alta mortalidad del tramo de nacional que une Villacastín y San Rafael. Aunque sí considera que podría haber un mejor mantenimiento de la vía, considera que la intensidad del tráfico en esta zona no es excesiva, sobre todo por la noche o a horas como la del último accidente mortal. Tampoco señala el exceso de velocidad como una posible causa. «Aquí hay vigilancia de sobra. Hay un control exagerídisimo de radares. Desde el puerto de Los Leones hasta Labajos siempre hay varias parejas de la Guardia Civil», concluye.
No está solo en su preocupación. El alcalde de Villacastín, Julio César Sánchez, también subraya la gran cantidad de accidentes que se producen en este tramo. «Es algo que deben estudiar», declara. Y también una vez pasada la localidad, ya que los accidentes se producen en otros tramos de la vía como el punto kilómetrico 87, donde otro joven de 26 años perdió la vida en mayo de 2019.
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