El ocio al aire libre llena los caminos de Segovia

En este club cuentan con unos 150 alumnos distribuidos por niveles y ya llevan cinco años impartiendo clases de marcha nórdica en Segovia, unas clases que este año han visto extendidos sus horarios debido a la alta demanda. «Normalmente damos una clase de iniciación gratuita al mes para dar a conocer la actividad y ahora las hemos dejado de dar porque no nos caben más personas en los grupos», reconoce. Con las restricciones, solo están permitidas siete personas por grupo, frente a la decena que tenían antes en las clases de mañana y las casi 20 del horario de tarde.

Ya en verano empezaron a recibir llamadas de gente nueva queriéndose apuntar a sus actividades. «Han cerrado los gimnasios y quieren hacer ejercicio», argumenta la instructora antes de pasar a enumerar las ventajas de practicar este deporte en época de coronavirus: «Esto ayuda a tonificar músculos, es al aire libre, en contacto con la naturaleza y en grupo. La gente necesita desconectar y hablar, y este deporte permite hacerlo». Además, la marcha nórdica es apta para «cualquier tipo de persona, con cualquier edad, incluso con patologías», destaca San Hipólito, que pone el ejemplo de algunas alumnas del club que están recuperándose tras sufrir cáncer de mama.

Aparte de las clases de marcha nórdica a diario, el club Nordic Walking ofrece también a sus alumnos rutas interpretativas y, para hacerlas más atractivas, los monitores cambian de ubicación cada semana: «Nos gusta hacer rutas interpretativas de todo el cinturón verde de Segovia, que es muy desconocido para muchos segovianos, aunque parezca mentira».

Durante estos días, la Vía Verde ha sido el lugar elegido. «Procuramos interpretar paisaje, fauna, flora, arquitectura…», declara la profesora. A partir del lunes, monitores y alumnos recorrerán la Cuesta del Obispo hacia La Lastrilla en la ruta de los almendros que hacen cada año. Además, una vez al mes suelen practicar senderismo fuera de la capital para recorrer la provincia y descubrir, como dice San Hipólito, «rincones que no se conocen de la Segovia vaciada».

El Club Deportivo Aguacero de Segovia también organiza actividades de montaña y senderismo, sobre todo por las sierras de Guadarrama y Gredos, e incluso por otras zonas de España. No obstante, debido a la situación epidemiológica han decidido suspender las actividades desde empezó la segunda ola. El presidente del club, Carlos Burgos, niega que en el club hayan notado más afluencia de personas como consecuencia de la pandemia, pero sí reconoce que han observado «más gente en la montaña y en el campo, que sale por su cuenta, sin pertenecer a ningún club».

Refiriéndose a los socios, explica que también siguen yendo de excursión «a nivel particular». «Todo el mundo sale el fin de semana», comenta. Aun así el club decidió cerrar para evitar posibles contagios entre los montañeros. Las excursiones más frecuentes son a la sierra de Guardarrama, desde la zona del Pico del Lobo hasta El Espinar. Alguna vez han ofrecido a sus socios (todos federados) «algo sencillo» por la zona de Sepúlveda, pero «la gente quiere más caña», reconoce Burgos. «Eso es un paseo de un par de horas, la gente quiere actividades de todo el día», declara.

El presidente del club confirma que en cuanto baje la incidencia de positivos por coronavirus en la provincia, abrirán sus puertas de nuevo y retomarán las rutas: «Los socios lo están deseando, no hacemos más que recibir correos para ver cuándo vamos a empezar a salir». Para Burgos, no solamente se comparte la naturaleza, sino que al caminar «charlas con uno, con otro, bromeas». Admite que le gustaría estar pronto «con los amigos, en grupos más grandes» y confiesa: «Eso también se echa de menos».

A pesar de que no tiene cifras concretas, el concejal de Medioambiente, Ángel Galindo, recuerda que cuando terminó el confinamiento domiciliario el pasado mes de junio, muchos segovianos no dudaron en salir a dar paseos a la zona de la Hontanilla, el Valle del Clamores o la Alameda. «La afluencia a las zonas verdes fue muy grande, la gente necesitaba el contacto con la naturaleza».

Esa necesidad sigue presente a día de hoy. La demanda para apuntarse a las actividades del programa 'Segovia Educa en Verde' sigue siendo alta, según apunta el edil. Aunque el aforo de los grupos es limitado, este proyecto de educación ambiental mantiene las actividades dirigidas a familias y público general, actividades destinadas a conocer el paisaje y la biodiversidad mediante la interpretación del entorno. «La gente sabe que esas actividades son seguras porque son al aire libre, en grupos reducidos y con mascarillas». A los paseos teatralizados «hay bastantes personas que se están apuntando», reconoce igualmente Galindo.

El también concejal de Juventud cuenta que programas municipales destinados a los jóvenes, como 'En forma +18', han centrado casi todas las actividades de este trimestre en el ocio relacionado con la naturaleza: marchas siguiendo el curso del río Eresma, excursiones por Valsaín o rutas en bicicleta por la Cañada Real son algunas de las propuestas incluidas. «Creemos que ahora mismo es lo que nos demanda la gente joven». Por su parte, la Vía Verde, que ya era antes una de las sendas más transitadas por los segovianos, se está viendo favorecida por los cierres perimetrales, según cree Galindo, quien apunta que puede haya gente que esté descubriendo esta zona ahora que no se puede salir de la provincia. «Eso está propiciando que más gente utilice estos senderos», remata